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miércoles, 18 de mayo de 2016

SUDAMERICA / ARGENTINA La Universidad Pública se defiende en Argentina

argentina educación publica


No sin menor desidia por parte de los medios de comunicación, omitiendo descaradamente el transcurso de la primera marcha masiva contra el gobierno de Mauricio Macri, la cual además contiene un trasfondo histórico en tanto en su conjunto contiene la alianza de los gremios docentes, de las federaciones estudiantiles universitarias, de los gremios no-docentes, de colegios secundarios y, como base de acción y comunión, la Universidad de Buenos Aires (UBA). En este preciso momento, siendo las 20:30hs del jueves 12 de mayo, una columna enorme de miles de personas se desplaza desde la zona conocida como Facultad de Medicina hasta la Plaza de Mayo, en un trayecto que abarca unas 23 cuadras. Aun es desconocida la cantidad aproximada de asistentes en la marcha, pero lo que los medios concentrados ocultan las redes sociales no paran de transmitir. #UBAdepie ya es trendic topic, y las imágenes y videos de la movilización se hacen patente. Y es que como los propios participantes de esta marcha lo sostienen y el pasado reciente lo demuestran, este grado de comunión en la lucha estudiantil-docente contra las políticas del gobierno de turno no se veía desde el 2001, previo al desastre de la gran crisis Argentina, cuando el Ministro de Economía Ricardo López Murphy transmitió a los ciudadanos las medidas –ya hoy conocidas como un recetario ortodoxo- de ajuste presupuestario y de recortes estatales. En aquel momento, así como está sucediendo hoy, los docentes universitarios y las Universidades Públicas fueron fuertemente perjudicadas y desatendidas por el Estado Nacional: recortes para los fondos de docentes, fuerte reducción del presupuesto universitario, quita de las becas para estudiantes, y que en su totalidad con otras medidas económicas, significaron un recorte de 1962 millones de dólares. Así como lo dijo Mark Twain, “la historia no se repite, pero rima”, el gobierno de Macri ha vuelto a traer a la agenda política las medidas de ajuste económico que han atravesado el mundo occidental los últimos años.
El “sinceramiento económico”, que ha golpeado como un cachetazo que duele más cada día, tiene agobiados a millones de argentinos. La liberación de la economía ha llevado a que tan sólo en cuatro meses haya una inflación acumulada del 20%, siendo la Ciudad de Buenas Aires fuertemente azotada con masivos recortes estatales en subsidios de servicios básicos como la luz, el gas y el transporte público. Según una estimación entregada el día de hoy por la Dirección General de Estadística y Censos de la Ciudad de Buenos Aires, la inflación porteña acumuló en el mes de abril el 6,5%, lo que lleva a que los últimos 12 meses la inflación acumulada escale a un 40%. Pero no sólo la quita de subsidios ha marcado el tándem de la economía, la canasta básica aumentó el primer cuatrimestre del año un 19% según la Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas (FIEL), y únicamente en Abril un 7,8%. Para terminar con los datos duros y proseguir con un análisis tácito del conflicto del ámbito universitario, según los datos que obtiene y procesa periódicamente el Observatorio de la Deuda Social Argentina, dependiente de la Universidad Católica Argentina (UCA), la pobreza aumentó desde fines del 2015 hasta fines de Marzo del 2016 un 5,5%, incrementándose desde el 29% al 34,5% de la población en solo tres meses.
Los números son duros y la bronca se siente. Todos los días los medios transmiten las palabras de Macri y sus ministros sobre un nuevo momento económico que va a llegar el segundo semestre del año y resaltando insistentemente la responsabilidad del escenario actual a “la pesada herencia” que dejaron los Kirchner.
Lo que hoy lleva a marchar a todo el ámbito universitario es en parte una mochila heredada por políticas presupuestarias deficientes previas al gobierno de Macri y una profundización de la precariedad de la institucionalidad de la universidad pública a partir de este “sinceramiento económico” necesario para la aplicación de las políticas económicas ortodoxas que sigue el gabinete macrista. Lo que detonó esta lucha fue el total ninguneo del gobierno a los ajustes salariales de los docentes universitarios.
Mientras gremios como los docentes secundarios recibían ajustes sobre un 40%, los docentes de universidades como la Universidad de Buenos Aires sólo tenían un ajuste de un 15%, lo que transformó la paritaria de un escenario de discusión a uno de burla deliberada. El malestar docente se inició con paros y ha cristalizado hoy con la comunión total con las federaciones estudiantiles, con los gremios del personal no-docente de la UBA, con los profesores de colegios secundarios que son parte de la UBA, con los apoderados de los estudiantes y con gran parte de la opinión pública de la ciudad. Y es que el reclamo docente es compartido por gran parte de la sociedad argentina hoy, fuertemente golpeada por los ajustes ya nombrados, que ve como sólo los gremios más fuertes e indispensables para el funcionamiento de la política económica macrista pueden mantener sus salarios reales ante el avance irrestricto de la inflación.
Los docentes de la UBA llevan años de precariedad, con decenas de miles de profesores en calidad de Ad-Honorem, quienes ejercen prácticamente por mera vocación, abandonados por las políticas universitarias de los últimos 15 años y sometidos al desfinanciamiento crónico de la Universidad más importante del país y una de las más prestigiosas de Iberoamérica. La incapacidad de llegar a un acuerdo digno con el gobierno actual detonó la movilización de los docentes. Y en el preciso momento que los profesores se organizaron y los gremios docentes cohesionaron en la lucha, las federaciones estudiantiles apoyan la causa y se activan celularmente en las diferentes facultades de la universidad, promoviendo la comunión con los claustros. Se adhieren los reclamos por el boleto educativo, las mejoras edilicias de la Universidad, el aumento del presupuesto universitario que ha sido enormemente golpeado con la quita de subsidio a los servicios básicos, entre otras demandas. La omisión del gobierno permitió la continuidad de las demandas de los docentes, incrementando el apoyo del estudiantado y de la opinión pública. Por último, los funcionarios no-docentes, aquellos que realizan tareas no educativas en las Universidades públicas, también levantan sus reclamos salariales y gremiales, avanzando en conjunto con los estudiantes y los profesores.
El escenario por lo pronto es incierto, el gobierno ha decidido hacer caso omiso a la situación universitaria, desconociéndola públicamente y aplicando el cerrojo comunicacional con los medios asociados al macrismo. La situación económica golpea diariamente el bolsillo de la mayor parte de la sociedad argentina, y el escenario actual no carece de poca incertidumbre. Por ahora la marcha universitaria #UBAdepie ha sido un éxito, sin números confiables sobre la cantidad de asistentes y con una censura despreciablemente premeditada de la situación por parte de los medios, queda por lo menos claro que la comunidad universitaria imbricada entre los docentes, los estudiantes y los no-docentes se aceita en pos de la lucha contra el “sinceramiento económico”, y que la Universidad Pública, bien matriz de la clase media argentina, se defiende y se moviliza.
* Chileno radicado en Buenos Aires; estudiante de Historia en la Universidad de Buenos Aires.
Por Sebastián Kramm*
FUENTE: EL CIUDADANO
 

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