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miércoles, 18 de mayo de 2016

SUDAMÉRICA / Brasil: con represión, el gobierno golpista busca disciplinar a la juventud



Temer debe derrotar a quienes hoy son la vanguardia en la lucha contra los ajustes para que su ejemplo no contagie al movimiento obrero y a sus principales batallones, capaces de paralizar el país.

El pasado viernes (13), un día después de que Michel Temer había asumido la presidencia de la República por medio de un golpe institucional, pudimos presenciar cómo Geraldo Alckmin (PSDB), gobernador del Estado de San Pablo, firmaba un decreto que habilitaba el desalojo de las ocupaciones de escuelas sin autorización judicial. Acto seguido, su policía asesina ingresó a las escuelas reprimiendo brutalmente, deteniendo a jóvenes estudiantes.
Alexandre de Moraes, exsecretario de Seguridad del gobierno tucano (del PSDB) del estado de San Pablo afirmó que “ningún derecho es absoluto” al referirse a las movilizaciones y manifestaciones de protesta, declarando que se “ejercerá la represión dura a los movimiento sociales”. Es la forma con la que el nuevo ministro respondió al llamado del golpista Temer, durante su discurso de asunción: “Es urgente pacificar el país”.
No es por azar que estos hechos hayan coincidido: es el modo en que la derecha golpista busca preparar el terreno para hacer favorable la relación de fuerzas para que los empresarios y banqueros apliquen nuevos ataques, más duros a los que ya venía implementado Dilma, sin correr el riesgo de ver una estallido de lucha de clases. Tanto es así que Temer ya recurrió a la burocracia sindical mafiosa de la central Força Sindical, entre otras, para sellar un pacto de “pacificación” mientras intenta hacer pasar la reforma del Sistema de seguridad social contra la juventud y millones de trabajadores. Para que el gobierno golpista se mantenga en el poder necesita atacar los focos de resistencia y lucha que se expresan en el país y no hay dudas de que la juventud está a la vanguardia de la resistencia a los ataques, y en particular, los secundarios de San Pablo que están al frente de las luchas contra los ajustes.
La represión a los estudiantes el pasado viernes 13 contó con el aval del nuevo ministro de Justicia, Alexandre de Moraes, responsable de coordinar la brutal represión contra los secundarios en lucha el año pasado (2015) y ahora asume la cartera de Justicia de un gobierno golpista para nacionalizar sus métodos violentos sobre cómo lidiar con aquellos que luchan. Un intento de lograr que por miedo y la violencia se logre derrotar a aquellos que luchen contra los ataques y los ajustes en curso.
Los estudiantes secundarios de San Pablo lograron algo histórico en 2015: fueron uno de los pocos sectores que logró derrotar a Alckmin, uno de los gobiernos más intransigentes y represores de los últimos años. Por medio de su autoorganización y coordinación entre las ocupaciones, protagonizaron una gran batalla en defensa de la educación y ganaron el apoyo de la población, haciendo que Alckmin retroceda en su propuesta de cierre de escuelas, cayendo su popularidad a niveles inéditos. Un ejemplo de lucha y resistencia que despertó en diversos sectores de la clase trabajadora la esperanza que es posible vencer.
Sabemos que la política se define en la lucha de clases. Una de las tareas centrales para este gobierno golpista que acaba de asumir es lograr imponer derrotas a los luchadores, actuar contra el sentimiento de que “es posible vencer”, para poder implementar ajustes más profundos a los que ya venía aplicando el gobierno del PT. El enemigo principal de los ajustes no ha sido derrotado, los trabajadores mantienen sus fuerzas intactas, a pesar de la inmovilidad que le imponen las traidoras burocracias sindicales. Y esto es lo que preocupa a los gobiernos, en primer lugar al gabinete de ajuste de Temer, no permitir que la chispa juvenil incendie el instinto de resistencia de las grandes fábricas y los servicios estratégicos.
Es fundamental para Temer derrotar a quienes hoy son la vanguardia en la lucha contra los recortes y ajustes para que su ejemplo no contagie al movimiento obrero y a sus principales batallones, capaces de paralizar los principales centros de la economía. Derrotar a los secundarios de San Pablo es parte de un plan estratégico de este nuevo gobierno, que tiene plena conciencia de cómo la juventud puede ser la chispa que incendie a la clase trabajadora. Lo que los gobiernos temen es que la juventud sea la caja de resonancia que abra el camino a que los trabajadores entren en escena en la lucha contra los ataques. En las jornadas de Junio de 2013, la salida a las calles de la juventud por demandas sociales abrió el camino a una serie de huelgas y luchas obreras, que se conoció como el “mayo obrero de 2014”, iniciado por el triunfo de la huelga de los recolectores de basura (garís) de Río de Janeiro.
Del mismo modo la lucha de los estudiantes secundarios de Río de Janeiro, de Ceará y de Rio grande do Sul encabezada por los secundarios de San Pablo a los que se suman los estudiantes universitarios de la Universidad de San Pablo, Universidad Estadual de San Pablo y la Universidad de Campinas puede ganar trascendencia nacional con la huelga de los trabajadores de estas tres universidades, abriendo las puertas para que la clase obrera se ponga al frente de la lucha contra la reforma del Sistema a de Seguridad social, la reforma laboral, contra los despidos y todas las medidas de ajuste que este gobierno pretende implementar. La clase trabajadora encuentra en la juventud un punto de apoyo para salir a escena y esta poderosa alianza puede derrotar todos estos ataques que los gobiernos y la burguesía preparan.
A pesar de haber votado en asamblea la desocupación de las escuelas como una medida de protección frente a la violencia policial de Alckmin, los secundarios no desistieron de la lucha y están organizado actos en las calles y paralizando las escuelas y preparan una movilización. Ahora los secundarios tienen a su lado a los universitarios y a los trabajadores de las universidades del estado, encabezados por el Sindicato de Trabajadores de la Universidad de San Pablo (Sintusp) que está en huelga y lucha contra las medidas del gobernador, en defensa de la educación.
Nuestro objetivo va en sentido opuesto al de los ministros, denunciamos la represión y queremos rodear de solidaridad todas las luchas en curso, unificando a los trabajadores y a los estudiantes. Nuestra lucha es una sola para derrotar el ataque de los gobiernos y derribar al golpista Temer. Debemos apuntar a transformar nuestra lucha en un punto de apoyo para construir una huelga nacional en defensa de la educación, abriendo el camino para un cuestionamiento de todo el régimen político a partir de una nueva Constituyente Libre y Soberana, que en base a la movilización ponga las riendas del país en manos de los trabajadores, las mujeres y la juventud y haga que los capitalistas y sus políticos paguen por la crisis.

Odete Cristina

FUENTE: La Izquierda Diario

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