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sábado, 31 de mayo de 2014

Aniversario "El Cordobazo significó un salto de calidad en la lucha popular"


El historiador y escritor cordobés Esteban Dómina sostuvo que el Cordobazo, del que el jueves se cumplirán 45 años, significó un "salto de calidad en la lucha popular; un antes y un después que trajo, entre otras consecuencias, el endurecimiento de las consignas políticas, niveles superiores de organización y la irrupción de las organizaciones armadas".

Dómina señaló que el hecho de masas del 29 de mayo de 1969, conocido como el Cordobazo "fue una rebelión obrera y popular contra la dictadura de Juan Carlos Onganía que dio por tierra con los planes de perpetuidad de la llamada Revolución Argentina, instaurada en 1966, y que la versión cordobesa del onganiato era el gobierno encabezado por Carlos Caballero, de rancia raigambre conservadora".

Relató que la jornada de lucha coincidió con un paro nacional decretado por las dos CGT -la vandorista y la de los Argentinos-, que en Córdoba se adelantó un día y se convocó bajo la modalidad de paro activo con abandono de tareas a partir de las 11.

"No tuvo color político ni autoría exclusiva. El mayor protagonismo corrió por cuenta de los trabajadores enrolados en el Smata (Sindicato de Mecánicos y Afines del Transporte Automotor), conducido por Elpidio Torres, y de Luz y Fuerza (LyF), el gremio de Agustín Tosco", recordó Dómina en diálogo con Télam.

Detalló que la adhesión de la Unión Tranviarios Automotor (UTA) de Atilio López, "garantizó que ese día la actividad laboral fuese nula. El activo universitario tuvo gran participación, en el marco de la unidad obrero-estudiantil acuñada al calor de la lucha contra la dictadura".
"Fue una rebelión obrera y popular contra la dictadura de Juan Carlos Onganía que dio por tierra con los planes de perpetuidad de la llamada Revolución Argentina"
En su relato cronológico recordó que la pueblada cobró mayor voltaje después de que se produjo la muerte del obrero mecánico Máximo Mena, baleado por un policía en la esquina de bulevar San Juan y Arturo M. Bas, en el centro de la ciudad de Córdoba.

A partir de ese hecho policial, las fuerzas de seguridad "desbordadas por la magnitud de la movilización, cedieron el control del terreno a los manifestantes quienes, dispersados y reagrupados, se arracimaban en las esquinas, lanzando piedras y bolitas de acero bajo las patas de los caballos de la policía montada para hacerlos rodar por el piso".

Mientras tanto "otros destruían escaparates con bulones arrojados con gomeras de fabricación casera. Las bombas molotov servían a su vez para incendiar las barricadas que se improvisaban en cada bocacalle con lo que hubiese a mano más lo que la gente, en solidaridad con los manifestantes, arrojaba desde las ventanas de los edificios linderos", precisó.

El historiador que hoy se desempeña como concejal de la alianza del Frente Cívico, en el municipio de la capital cordobesa, añadió que "hubo una sucesión de hechos y las fuerzas del Ejército intervinieron recién al final del día y, paulatinamente, retomó el control de la situación".

"Durante esa noche, actuaron francotiradores apostados en lo alto de los edificios. El último bastión en ser reducido fue el Barrio Clínicas, donde la toma se extendió hasta el día 30. Tosco y otros dirigentes fueron detenidos y enviados a prisión", prosiguió.

Finalmente, destacó que el Cordobazo "es la principal referencia en las luchas populares y que desde entonces figura en categoría de acontecimientos de resonancia internacional como el Mayo Francés o la Primavera de Praga". - TELAM

El 29 de mayo de 1969 se producía el "Cordobazo".
La ciudad de Córdoba era la capital industrial de las provincias con la instalación de las fábricas de automotores como Fiat y Renault, lo que había generado el crecimiento de una fuerte clase obrera combativa, cuyos máximos referentes fueron, entre otros, Agustín Tosco y René Salamanca.

La dictadura de Onganía congeló los convenios colectivos de trabajo y los salarios y la respuesta de las regionales cordobesas de SMATA, Luz y Fuerza y la UTA fue convocar a un paro general.

El 29 de mayo los trabajadores se movilizaron hacia el centro de la capital cordobesa y rápidamente recibieron el apoyo de los estudiantes universitarios y parte de la población que levantó barricadas para enfrentarse a la policía.

Ante la magnitud de la movilización, Onganía envió a tropas del Ejército y durante los enfrentamientos, que duraron tres días, se produjeron 16 muertos, decenas de heridos y una numerosa cantidad de detenidos, entre ellos los principales dirigentes sindicales clasistas.

La dictadura intentó aplacar la protesta social, que se incrementó después del "Cordobazo" reemplazando a su ministro de Economía, Adalbert Krieguer Vasena, por Dagnino Pastore, pero incrementó la represión y al poco tiempo obreros y estudiantes protagonizaron el "Viborazo" en la provincia.

"Vengo a cortar la cabeza de la víbora", había dicho el interventor de la gobernación enviado por Onganía para restablecer el orden.

La espiral ascendente de la protesta social convenció a un sector de las Fuerzas Armadas -los "liberales" encabezados por Alejandro Agustín Lanusse- que la etapa de la "Revolución Argentina" había llegado a su fin.

El 30 de junio de 1969 el gobierno de Onganía decretó el estado de sitio en todo el país; pero el 8 de junio de 1970 debió renunciar ante la presión de sus camaradas de armas que buscaban una salida al régimen.

Onganía fue reemplazado por Roberto Marcelo Levingston, quien a su vez fue desplazado por Lanusse, conducción política de los "liberales".

La "Revolución" que no tenía plazos en el tiempo se derrumbó para dar paso a otra etapa, que comenzó con el regreso al país de Juan Domingo Perón.

Fuente: Argentina.ar





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