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jueves, 14 de abril de 2016

Michoacán: salvaje represión contra estudiantes normalistas que exigen becas y plazas

Este 12 de abril, estudiantes de la Normal Rural “Vasco de Quiroga” de Tiripetío, Michoacán, que demandaban el pago de sus becas y plazas para todos los egresados normalistas, fueron salvajemente reprimidos por policías estatales, con saldo de al menos diez estudiantes heridos. Apenas unos días después de que fue encontrado asesinado Carlos Sánchez, estudiante del Centro Regional de Educación Normal de Guerrero.















Esta represión fue simultánea con la entrada del ejército en Atenco y la destrucción de la propiedad comunal de Xochicuautla en el Estado de México. En medio de una gira de Peña Nieto por Berlin en el que el principal punto de atención para la prensa europea es la escandalosa crisis de derechos humanos en nuestro país.
El normalismo en la mira
Estos hechos no son nuevos ni aislados. Son continuidad de una larga ofensiva del Estado y los empresarios (con sus medios de comunicación) para acabar con la resistencia del movimiento estudiantil normalista, aliado natural de los maestros que enfrentan la “reforma educativa”. Y, al mismo tiempo, son los normalistas el principal obstáculo para que sean cerradas las escuelas normales, urbanas y rurales, históricos pilares de la educación pública.
Con este fin, el gobierno y sus aliados implementaron desde hace años una campaña para satanizar ante la opinión pública, criminalizar y reprimir a los normalistas combativos. Esta campaña se coronó con la desaparición forzada de los 43 y el asesinato de tres de sus compañeros en Iguala, el 26 de septiembre del 2014. Pero no paró ahí.
El 15 de septiembre del año pasado, estudiantes de la normal rural “Benito Juárez” de Panotla, Tlaxcala, fueron reprimidas mientras exigían al gobierno estatal más recursos para su escuela, así como el respeto a su organización como estudiantes. Poco después, el 7 de diciembre, 52 estudiantes (30 hombres y 22 mujeres) de la Normal Indígena de Cherán, Michoacán, fueron detenidos por tomar una caseta para exigir su derecho a una plaza docente al terminar sus estudios y trasladados a penales federales, donde permanecieron recluidos por varias semanas.
No obstante, a pesar de los duros golpes recibidos, el movimiento estudiantil normalista sigue en pie de lucha. El pasado 6 de abril, cerca de mil estudiantes del Frente Único de Normales Unidas del Estado de Guerrero (que agrupa a nueve normales públicas de la entidad), marcharon también para exigir plazas docentes y la presentación con vida de los 43.
Hay que defender a los maestros y a los normalistas combativos
No es por gusto que los estudiantes normalistas de Guerrero, Michoacán y otros estados seguimos protestando. Como “docentes en formación”, somos de los primeros afectados por la “reforma educativa”, que nos convierte en futuros trabajadores precarios y sin derechos laborales.
Para nosotros, esta reforma implica que perdamos nuestro derecho al trabajo, al tener que competir con miles de profesionistas provenientes de otras instituciones por una de las escasas plazas disponibles. Así como a la estabilidad laboral, ya que en cualquier momento podremos ser despedidos como resultado de las evaluaciones punitivas.
A casi un año y medio de la desaparición forzada de los 43, la intención del gobierno es impedir que el movimiento estudiantil normalista se reorganice y se unifique, junto a los miles de maestros que en diversas entidades también están enfrentando la reforma.
No podemos seguir luchando separados
La Federación de Estudiantes Campesinos Socialistas de México (FECSM), junto a las combativas federaciones de estudiantes normalistas de diversos estados, como el FUNPEG, la ONOEM, la CENEO y otras, deben convocar junto a la CNTE, a un plan de acción unificado y a una gran campaña nacional e internacional de solidaridad.
El objetivo: para tirar abajo la reforma educativa del Pacto por México, la cual quieren imponer sobre nuestros cuerpos, asesinándonos, apresándonos, desapareciéndonos, con los peores vejámenes en contra de nuestras compañeras maestras que salen a luchar e imponiendo el terror y persecución en las escuelas.
Debemos fortalecernos con la unidad de todos los sectores de la educación pública. Sólo así podremos frenarlos y enfrentar la represión a los que luchan. Sólo así podremos liberar a los maestros presos y retomar la lucha en las calles por la presentación con vida de los 43 de Ayotzinapa. Sólo así podremos lograr la abrogación de la reforma educativa, una reforma al servicio de los grandes capitales. Ése es el camino de la defensa del normalismo y de la educación pública para los hijos del pueblo trabajador.
Que se escuchen bien fuertes nuestras voces en todas las calles de México:
¡Si tocan a uno, nos tocan a todos!
Aldo Santos 

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