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martes, 6 de septiembre de 2016

AMÉRICA DEL SUR / BRASIL El PT no logra hegemonizar las multitudinarias movilizaciones contra Temer


La movilización del domingo pasado en San Pablo fue mayor de lo esperado. Por ahora el PT no ha logrado identificar esta rabia con su línea política de Directas ya.

La movilización del domingo pasado en San Pablo fue inesperada. Sonó la alarma en el gobierno golpista de Temer, que se encontraba por negocios en China. Fue bien mayor de lo que se esperaba. Cuestionado en China sobre el tamaño de la acción que renió a 100.000 personas en San Pablo con la consigna Que se vaya Temer, el ministro de Economía, Henrique Meirelles, fue obligado a admitir que se trata de "un número bastante sustancial", contradiciendo la línea despreciativa de Temer, que consideraba que las movilizaciones eran de "40 personas". El "portero con mandato débil", término con el que los jefes de gobierno del G20 se refieren cortésmente a Temer, se quedó callado.
La prensa golpista -que construyó la fábula de la "manifestación de 1 millón" de la derecha, detrás de la que Meirelles se escondió en la misma declaración- también alertó a Temer. "Una buena sugerencia, en este comienzo [de gobierno] es evitar el riesgo de tropezar en las palabras. Más de 40 salieron a las calles este domingo. Y son parte del Brasil que Temer tendrá que gobernar", escribe Valdo Cruz del diario Folha de S. Paulo.
Estos "más de 40" son expresión de que la consumación del impeachment no pudo cerrar la crisis orgánica del régimen político burgués. Esta se mantiene abierta y a todo vapor: no importan los malabares que intente hacer Temer, es imposible esconder el odio de sectores de masas contra el golpe institucional. El "Que se vaya Temer" y el "Temer golpista" retumbaron en las calles, en los colectivos y subterráneos de la capital paulista, así como en las movilizaciones de todo el país.
No solo contra Temer. Esta rabia de sectores de masas de la juventud y de los trabajadores recae también sobre los partidos tradicionales de la derecha, el PSDB y el PMDB, y todo el espectro de partidos del orden.
Si el PT está deshecho después de aplicar duros ajustes contra los trabajadores y hacer propia toda la corrupción de los gobiernos capitalistas más reaccionarios, el PSDB no anda mucho mejor. Está partido, sin un líder claro. La división tucana en el Congreso, de un lado entre el paulista Aloysio Nunes junto con el paraibano Cássio Cunha Lima, y el minero Aécio Neves, muestra que hay disputas internas fuertes y ausencia de plan claro. Además, los tucanos tienen cargos en el gobierno, pero no tienen narrativa. Envueltos en los entramados de corrupción de Petrobras, es notable cómo no encantan a nadie, ni siquiera durante la histórica crisis del petismo.
¿Habría alas en el tucanato rumiando entre bambalinas la construcción de una nueva mediación liberal de derecha? No sería imposible. La historia del Mani pulite (operación Manos Limpias) en Italia muestra cómo investigaciones de esta envergadura ya dieron origen a nuevos partidos populistas de derecha, como el de Berlusconi después de 1992.
Del PMDB, ni que hablar. Sus incontables caciques regionales se dividen según intereses propios. La división más notable es entre Renan Calheiros, presidente del Senado, y Michel Temer. Renan Calheiros y Michel Temer ya nutren antipatía de larga data. Con la votación separada en el Senado que permitió que Dilma preservara el derecho de ocupar cargos públicos después del impeachment, esa antipatía se hizo disputa abierta. Calheiros dijo en la asunción "estamos juntos", que suena a advertencia que significa "tómeme en serio si no el Congreso estará en su contra". Temer dió más de un aviso, ya en China, de que "el que esté insatisfecho con el gobierno, que desembarque pronto". Aun que sean perdigones, alertas con dirección cierta.

La nueva política del PT: "Directas ya"

La consumación del golpe cambia el escenario estratégico del país. Las movilizaciones del domingo lo mostró. Dilma venía aplicando un ajuste brutal e impidió, a través de las centrales sindicales burocráticas como la CUT y la CTB, cualquier lucha. El PT impidió una lucha decidida contra los golpistas. Si antes el PT escondía sus intenciones de desvío detrás de la masiva consigna "Que se vaya Temer", una vez consumado el golpe, el PT decidió cambiar hacia una línea de "Directas ya", resignificando la histórica consigna de la lucha contra la dictadura en los 80 con el contenido de "elecciones anticipadas". Aprobada por su Ejecutivo Nacional, esta consigna busca transformar el odio legítimo contra el golpe en actos electorales a favor del PT para octubre y en especial para el 2018.
Se trata de la defensa de "Lula ya", o de instaurar una larga campaña electoral para pone un nuevo gobierno ajustador en el poder, esta vez ungido por las urnas. La conducción del acto por Vagner Freitas de la CUT y Guilherme Boulos del MTST quiso imprimir ese carácter a la manifestación.
El PT tiene su nueva fórmula para recomponer el régimen pactado con la derecha, con la realización de nuevas elecciones. De esta manera, busca desviar la rabia contra el golpe y los ajustes hacia un desgaste hasta octubre, y bloquear una lucha seria ahora.
Sin embargo, también fue visible en esta movilización que por ahora el PT no ha logrado identificar la rabia contra el golpista Temer con su línea política de Directas ya. Si la agitación por Directas ya tuvo alguna resonancia, fue expresivamente menor que la rabia contra la derecha potencialmente independiente. Para amplios sectores, las consignas "Que se vaya Temer" y "Directas ya" no son idénticas, como quieren los aparatos petistas.
Está abierta la disputa política por el contenido del Que se vaya Temer.

La disputa por el contenido del Que se vaya Temer

El MRT preparamos un bloque para intervenir con una política independiente y fuimos parte de la disputa en un sector significativo de la movilización para que la lucha contra la derecha se diese de forma independiente del PT y su "Lula ya". Fuimos la única organización de la izquierda que planteó con personalidad la exigencia de que la CUT y la CTB rompan su pasividad y complicidad con el golpe y convoquen a asambleas de base para preparar un plan de lucha serio con piquetes y paros y una huelga general contra los ataques y para tirar abajo el gobierno de Temer con los métodos de la clase trabajadora.
La mayor parte de la izquierda presente en la movilización, el PSOL (MES, NOS, LSR, RUA, APS y 1º de Mayo) y el MAIS levantaron juntos la bandera de "Elecciones generales", llegando a cantar junto con la burocracia sindical la consigna Directas ya. La consigna Elecciones generales, compartida por los que justificaron el golpe como el PSTU, hasta los que lo repudiaron como el MAIS, ya era incapaz de delimitarse con las alas de la derecha burguesa insatisfechas con Temer, como Marina Silva de Rede; en este nuevo escenario, es también funcional al "Lula ya" del PT, que busca recomponer el régimen con la derecha. Queriendo cambiar los políticos sin cuestionar las reglas del juego, la izquierda sigue levantando una política de relegitimación de los ataques y de los ajustes con el sello de las urnas, haciendo el juego electoral de la burocracia petista, que más que nunca buscará paralizar la acción independiente de los trabajadores y desviar su insatisfacción hacia la campaña por Lula.
El MES, corriente de la excandidata presidencial por el PSOL, Luciana Genro, agrega a esto su vergonzoso golpismo a través del autoritarismo judicial, exigiendo la continuidad de la proimperialista operación Lava Jato y apoyando el derechista Sérgio Moro en sus "10 medidas contra la corrupción", que buscan sustituir un esquema de corrupción con la cara petista por otro con el rostro de la derecha.
Ni la Lava Jato, ni la reforma política que censura a la izquierda en estas elecciones, y mucho menos en las "Elecciones generales" (filial política del Directas ya del PT) pueden dar una salida progresista a la profunda polarización social y a la crisis orgánica en Brasil. Para la izquierda es fundamental entender que el combate a los golpistas exige la más irrestricta independencia política del PT y el combate a la burocracia sindical. De esta forma, a partir de la candidatura anticapitalista de Diana Assunção, defendemos que un plan de lucha serio encabezado por las centrales sindicales contra los ataques es la base para imponer, a través de la movilización, una nueva Asamblea Constituyente, desde una perspectiva anticapitalista, que cuestione todo el podrido régimen de 1988 y que comience a combatir los privilegios y la corrupción, imponiendo el fin de la deuda pública y que todo juez y alto funcionario político sea elegido y revocable, y que reciban el mismo salario de una docente. Una constituyente que ponga en discusión los grandes problemas de la población trabajadora, como el derecho a la salud, educación, vivienda, empleo, la subordinación del país al imperialismo con la deuda pública.
Estas consignas pueden avanzar en "perforar" las instituciones de la democracia de los ricos, cuestionando sus privilegios en medio de semejante crisis económica que genera casi 12 millones de desempleados en el país, preparando las condiciones de su derrota y la sustitución por un gobierno de los trabajadores en su aspecto anticapitalista y antiburgués.

André Augusto

Campinas 


FUENTE: LID

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