El miedo del empresariado cuando nos ve en la calle y tan cerca de ellos. Miedo y temor, porque saben que trabajamos incesantemente por un mañana mejor. Para que no se repita lo que pasó en Caimanes, localidad donde Luksic no tuvo escrúpulos para dejarlos sin agua, con tal de llenar y llenar sus bolsillos de los sucios billetes que engordaban su fortuna.
La gente está despierta, nuestro pueblo está despierto y no dudamos: hoy más que ayer ¡FUERA ALTO MAIPO!
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