Estimadas compañeras y compañeros:
Quiero
dar las gracias por la oportunidad que nos brinda el Colectivo
Transmisión Social de esta universidad, quienes en conjunto con la
Editorial La Pajarilla han escogido el libro “De la Brigada Secundaria
al Cordón Cerrillos” para iniciar un ciclo de autoformación y
actividades enmarcadas de una parte por la coyuntura de lucha y
movilizaciones que han abierto en Chile los estudiantes, y por otra, en
la proyección de esa lucha hacia el campo popular y en particular hacia
el desarrollo del Poder Popular.
Igualmente agradezco a
los compañeros que me acompañan en este panel, dirigentes sociales del
Cordón de Unidad Sindical y Social de la V Región, a los compañeros del
Colectivo de Estudiantes Populares Organizados CEPO y a los compañeros
estudiantes secundarios de la Zona Norte que están constituyendo
instancias organizativas más sólidas para enfrentar los próximos
desafíos. Saludamos de manera particular a las compañeras hoy aquí
presente del Comité Fin al Destierro quienes luchan por el retorno al
país de compañeros que aun siguen sometidos a la pena de exilio.
“De
la Brigada Secundaria al Cordón Cerrillos” fue lanzado en febrero del
año 2008 en la sede de la CUT en homenaje a Clotario Blest, forjador de
la unidad de los trabajadores chilenos en torno a un programa de lucha
por la revolución social, y en homenaje a los militantes anónimos que
habiendo levantado las experiencias de Poder Popular entre 1970 y 1973,
fueron blanco preferido de la bestial represión en tiempos de la
dictadura.
El libro es un homenaje a Martín Elgueta, quien
nació a la vida política como dirigente secundario para transformarse
luego en dirigente revolucionario del Comité Local Cerrillos Maipú del
MIR, es un homenaje a Santos Romeo y a todos los dirigentes y
trabajadores que enfrentando a los patrones y también al reformismo,
lograron materializar un poder alternativo, un poder dual, construido
desde abajo, que no tuvo el tiempo suficiente para extenderse y ser
hegemónico en el periodo pre revolucionario, siendo arrasado por la
contrarrevolución golpista, asesinados, encarcelados y desaparecidos,
muchos de sus dirigentes.
El texto es un relato lineal.
Es mi propia experiencia, la de un estudiante secundario que entiende
los limites de la lucha reivindicativa y que decide sumarse a un
proyecto revolucionario. Es el relato de las primeras tareas de
inteligencia para frenar al golpismo que intentaba impedir el ascenso de
Allende al Gobierno, es el relato de la participación, muy negada en la
actualidad, del MIR en el Dispositivo de Defensa del Presidente
Allende, es el relato del nacimiento y desarrollo del Cordón Cerrillos y
las experiencias de Poder Popular que allí se desarrollaron.
Es
un texto que nació para sumarse a la gran batalla que se da en torno a
la Historia, toda vez que la historia oficial oculta, tergiversa, niega
la existencia real de esta alternativa sustentada por miles, o en el
peor de los casos, convierte a los compañeros y compañeras asesinados o
desaparecidos en “victimas” despojándolos del proyecto político que
ellos sustentaban, intentando, como siempre lo hacen, en separar al
individuo o al sujeto de su contexto, de sus ideas políticas, para
presentarlo como producto “digerible” en la sociedad de mercado,
ocultando sus ideas, ocultando que es parte de un pueblo organizado, de
un pueblo que en ese entonces comenzaba a levantarse como sujeto, al
igual que hoy, para presentarlo como individuo, desprovisto de ideas,
desprovisto de proyecto, para transformarlo finalmente en una cifra, en
un nombre más sumado a un memorial para que el rito del recuerdo cada
vez más borroso, atenúe su ejemplo.
Estimadas compañeras y compañeros:
Puede
ser sorprendente para muchos, que hoy este libro sea presentado aquí, y
en estos momentos. Pero en esto no hay casualidad o sorpresa.
A
pesar de las derrotas sufridas en el pasado, existe en el campo popular
una corriente política dispersa, fragmentada, que ha sido calificada
con diversos nombre: izquierda inquieta, izquierda desconfiada,
izquierda revolucionaria, izquierda que recoge la experiencia del
desarrollo del Poder Popular, que lo concibe no solo como experiencia de
organización, sino que, principalmente como línea política para la
lucha y la acumulación de fuerzas con vista a la lucha por el poder y la
transformación revolucionaria de la sociedad.
Esta
corriente que reitero, esta dispersa, fragmentada, atomizada, se radica
en numerosas organizaciones de bases, en colectivos estudiantiles,
poblacionales, sindicales, en diversas organizaciones políticas
revolucionarias, en organizaciones sociales que han estado durante los
dos últimos decenios luchando por sus reivindicaciones y para
reconstruir el campo popular, el tejido social arrasado por la
contrarrevolución.
Son, somos, los porfiados, los inútiles subversivos.
Son,
somos, los que nunca compramos el discurso de la alegría que llegaba,
que no aceptamos nunca que la derrota era definitiva y que debíamos
bajar los brazos aceptando la dominación, la pseudos democracia que nos
imponían, la impunidad para los asesinos de ayer y de hoy, la sociedad
donde la mercancía y el crédito valen más que el ser humano y sus
derechos.
Son, somos, los que no aceptamos irnos para la
casa, no aceptamos cruzar la vereda para convertirnos en funcionarios
del gran capital y de los intereses de la burguesía.
Nunca
nos resignamos en la derrota y en medio del desconcierto, del reflujo,
del retroceso impuesto a las masas, estuvimos y estamos luchando por
reconstruir una alternativa revolucionaria, por reconstruir la fuerza
política y social necesaria para volver a instalar en la sociedad un
proyecto de cambio social verdadero, real, distinto al proyecto de
reformista y neo reformistas que se contentan con luchar por reformas a
un sistema podrido e injusto, cuyos defensores tratan por todos los
medios posibles de mantenerlo a flote, haciendo las concesiones
necesarias , siempre y cuando no se toquen las bases fundamentales que
sostienen al sistema.
Es la experiencia concreta de la
inmensa mayoría de los chilenos respecto al sistema en que vivimos la
que está generando una nueva fase en la lucha del pueblo por sus
reivindicaciones y derechos.
Es el rechazo generalizado al
sistema político, al gobierno y a la Concertación, es el rechazo a la
voracidad del capital que arrasa con bosques, ríos, comunidades y a la
naturaleza misma.
Es el rechazo a seguir viviendo
angustiados y sometido por las deudas y el crédito, el rechazo a un
sistema en el cual sólo quien tiene dinero accede a la salud, a la
vivienda, a la educación de calidad.
Es la propia
experiencia de miles de chilenos que están hartos de que el lucro sea el
motor que mueve a un país que en esencia es rico en materias primas,
rico en recursos humanos pero cuyas riquezas se la llevan los capitales
foráneos y una clase social concreta en desmedro de las grandes
mayorías.
Éste es el suceso de fondo en nuestros días.
Ésta
es la crisis social que estamos viviendo y que tiene muchas expresiones
como la lucha del pueblo mapuche por sus derechos, como la lucha por la
memoria y justicia, como la lucha de los sin casas y los deudores
habitacionales, como la lucha de los subcontratistas en el mundo de los
trabajadores, como la lucha de los ambientalistas en defensa de la
naturaleza, como la lucha de todos los excluidos del sistemas,
principalmente jóvenes populares que no tienen ningún futuro por
delante.
Es en este marco en que se inscribe la lucha de
los estudiantes, que no es más ni menos que una nueva oleada de una
lucha iniciada en el “mochilazo”, proseguida por los “pingüinos” y
vuelta a instalar nuevamente por una nueva generación en que algunos de
sus dirigentes y bases ya ha aprendido las anteriores lecciones
respecto a los mecanismos que tienen los poderosos para contener, para
desgastar, para derrotar las fuerzas que se movilizan.
Ciertamente
el movimiento estudiantil es heterogéneo porque heterogénea es su
composición de clases, sus intereses y sus aspiraciones políticas.
Distinto es el interés que tiene un universitario de clase media o alta
que ha logrado entrar a una universidad de prestigio, del joven
universitario que ha entrado en una universidad privada de dudosa
calidad, o el interés de un joven secundario que sabe que nunca llegará
bajo las actuales condiciones ni a una ni a otra universidad
simplemente porque no tiene ni las condiciones económicas ni se le ha
brindado la educación y el conocimiento necesario para ello.
Así
mismo, el movimiento es heterogéneo porque en su seno existen fuerzas y
convicciones políticas distintas: quienes aspiran a reformas y
reivindicaciones económicas, y quienes, como las corrientes de izquierda
revolucionaria, izquierda desconfiada o como quiera llamárseles,
rechazan las bases misma del actual sistema educativo bajo la consigna
de NO AL LUCRO, NO A LA EDUCACION DE MERCADO misma corriente que
comienza a retomar el proyecto histórico de luchar por la transformación
revolucionaria de la sociedad, que entiende entonces la necesidad de
construir fuerzas para ese objetivo y encuentra en la experiencia de
poder popular una alternativa concreta de organización y de lucha.
Los
dueños del poder y la riqueza conocen estas divergencias en el campo
popular. De hecho, el texto “De la brigada secundaria al Cordon
Cerrillos” retrata las mismas contradicciones, la misma lucha en un
tiempo político y en un contexto diferente, pero que en el fondo
representa la lucha de clases, las maniobras del poder, la ilusión del
reformismo de cambiar la sociedad desde la institucionalidad que los
poderes han configurado, y por supuesto el desarrollo de esa otra
alternativa, del “fantasma de Chile” del Poder Popular como expresión
concreta de las fuerza social revolucionaria.
Posiblemente
en los próximos días, se instale como voluntad mayoritaria de los
estudiantes movilizados, la mesa de negociación y consecuentemente con
ello, se consigan algunas reivindicaciones que dejaran satisfecho a los
reformistas y neo reformistas que presentaran estos logros como grandes
conquistas, como resultados de ser protagonistas “de las grandes ligas”
como se ufanan los neo reformistas.-
Seamos claros: para
el reformismo, este movimiento le servirá en cuanto puedan traducir la
fuerza de los estudiantes en respaldo político en el plano electoral,
así como a los neo reformistas en su afán de proyectarse como fuerzas
políticas y levantar candidatos a concejalías o alcaldías como lo
proyectan.
Para la mayoría de los estudiantes, una vez
pasada la euforia de la negociación, despertaran al nuevo escenario post
movilización en que la letra chica, las eternas comisiones que se
articularan, terminaran por mostrarles una vez más, que han sido
burlados, contenidos como fuerza, diluidos y sus demandas principales
insatisfechas.
Por ello, los revolucionarios, los inútiles
subversivos, los desconfiados, no podemos aceptar ni participar de un
proceso de negociación que ya partió mal con la exclusión de ACES y con
la aceptación que el resto de dirigentes hicieran de esta exclusión
desde el poder.
Por supuesto que vamos a preservar la
unidad del movimiento pero dejando muy en claro nuestra negativa y
desconfianza en la negociación. Estableciendo nuestra posición con
claridad: Ninguna migaja. No al lucro en la educación. No a la Educación
de Mercado.
Pero reformistas y neo reformistas deben
estar advertidos que serán los responsables de conducir al movimiento
estudiantil a una nueva derrota, guardándonos el derecho a levantar
nuestras propuestas de lucha en el futuro.
A sostener en cada escuela, universidad y liceo las bases esenciales del movimiento:
A comprender la heterogeneidad del movimiento y que si se da la negociación será producto también de nuestra propia debilidad, dispersión y poco desarrollo.
A preservar la unidad del movimiento estudiantil.
Educación gratuita y de calidad para todos.
No al lucro en la ecuación.
No a la educación de mercado.
A construir Asambleas y Coordinadoras Populares sumando pueblo a la lucha.
A crear, crear Poder Popular.
Lunes, 05 de septiembre de 2011
Tomado de: Alma Negra (facebook)