Si algún ingenuo aún dudaba que el rol de las fuerzas armadas es el de enseñar, como práctica esencial de su funciones, el asesinato del prójimo, el video con el entrenamiento físico y concientizador de los marinos chilenos, en las calles de Viña del Mar, acompañado del cántico “argentinos mataré, bolivianos fusilaré, peruanos degollaré”, es de esperar que lo haya sacado de su candidez. Más aún cuando el diputado de la UDI Gonzalo Arenas –pinochetista recalcitrante- afirma que “estos cantos han estado siempre en todas las FFAA. Yo fui cadete hace más de veinte años y se cantaba igual”. Arenas representa a un sector de chilenos chovinistas y xenófobos que además justifican las violaciones de los derechos humanos durante la dictadura militar.
Aunque las máximas autoridades de la marina y del gobierno condenaron el video (políticamente no les quedaba otra opción), no olvidemos que la marina, encabezada por el almirante Merino, que dio un golpe interno, fue la institución que llevó el pandero en el golpe de Estado de 1973. Yo me pregunto si en aquella oportunidad, mientras los marinos chilenos torturaban a sus compatriotas a bordo del buque escuela Esmeralda, habrán entonado cantos parecidos: “socialistas mataré, miristas fusilaré, comunistas degollaré”. Recordemos que todo esto se cumplió, a cabalidad, tras el golpe militar, demostrando, al parecer, que los uniformados aprendieron muy bien la doctrina enseñada a través de sus cánticos.
La marina chilena es una institución clasista, patriotera, pechoña, dispuesta a matar no sólo a nuestros pueblos hermanos, sino que a los propios chilenos, como quedó demostrado en 1973. Esta institución está gobernada por el sector más reaccionario de la derecha y obedece a intereses antidemocráticos, tal como el resto de las FFAA. Me parece que ya es la hora definitiva en que la educación de los integrantes de las Escuelas Militares pase al mundo civil.
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