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sábado, 16 de noviembre de 2013

Documento para el foro-debate “Poder popular: Perspectivas actuales en torno al camino revolucionario”.

15 de noviembre de 2013 a la(s) 13:47
Analisis expuesto por la FeR con respecto al poder popular.


Antes de comenzar la presentación en torno a nuestra visión del poder popular, es necesario situar esta discusión en el contexto político-social que está viviendo nuestro país. Existe cierto consenso en nuestros análisis que desde el 2011 en Chile, se abre un nuevo ciclo dentro de la lucha de clases. Es decir, el 2011 se puede observar un punto de inflexión y el surgimiento de nuevo escenario político, social y subjetivo, a partir de las protestas estudiantiles y territoriales. Sin embargo, es necesario señalar que no estamos frente a una crisis económica (como por ejemplo si la hay en Europa con altos índices de cesantía y reformas neoliberales impulsadas por el FMI) o crisis política (las cuales están marcadas por el quiebre de consenso al interior de la clase dominante, que dan paso a disputas interburguesas tal como sucedió en Argentina el 2001, o bien, por el ascenso de las fuerzas populares a la disputa de la conducción del Estado, como sucedió en Bolivia entre 2003-2008), sino más bien nos encontramos frente al rompimiento del consenso social que permitió gobernar con relativa paz social durante la “transición a la democracia” y profundizar el modelo neoliberal. En ese sentido, para el bloque dominante, lo que está en juego en este momento, particularmente en estas elecciones, es la necesidad de construir un nuevo consenso social que permita crear un nuevo escenario de gobernabilidad, oxigenando el capitalismo y la democracia burguesa.

¿Cómo nos pilla este nuevo escenario a las organizaciones revolucionarias? Divididas y carente de propuestas y salidas concretas. Es por eso que desde nuestra organización, actualmente hemos priorizado fortalecer los procesos de unidad dentro de quienes se reivindican como revolucionarios, potenciando así los procesos de formación y discusión política, con el objetivo impostergable de dar saltos cualitativos orgánicamente, los cuales están atravesados necesariamente por la unificación de nuestras fuerzas. Que quede claro compañeros. Si no somos capaces de afrontar el 2014 de forma unitaria, nos vamos a la chucha. Ninguna organización por si sola tiene la capacidad de disputarle la conducción a la maquinaria de la Nueva Concertación.  

Bueno. Respecto al poder popular, partiremos definiendo nuestra perspectiva en torno a lo que comprendemos por éste. El poder popular es el ejercicio del control territorial en su aspecto económico, político, militar, e ideológico-cultural con perspectiva revolucionaria. Desde nuestra visión, el poder popular surge en una situación pre-revolucionaria y propicia las condiciones materiales y culturales para la consumación de una revolución. Asimismo, su despliegue responde a las condiciones sociales existentes en cada localidad, por ende, el surgimiento de un poder popular no es homogéneo.

El poder popular como forma de ejercicio de poder concreto, está relacionado con lo que Mario Roberto Santucho señala como la existencia de un doble poder o poder dual, dentro de un mismo territorio. De ese modo, el poder popular remite a los grados de descomposición del consenso social burgués y al poderío de las fuerzas del pueblo. En otras palabras, a la crisis de hegemonía y la disputa por el poder, el cual se manifiesta en el surgimiento de órganos y formas de poder revolucionario a nivel local y nacional, que coexiste en oposición al poder burgués. En ese sentido, llamarle a un taller de niños en una población “construcción de poder popular”, lo consideramos un error de conceptos. Y es aquí donde me gustaría dar a conocer uno de los conceptos que hemos venido discutiendo. Es fundamental DIFERENCIAR entre la construcción de espacios de lucha, espacios de consciencia y construcción de fuerza político-social, respecto a la construcción de poder popular, el cual tiene su fundamento en el control de cierto espacio social, político, económico y militar.   

Desde nuestra perspectiva, el ejercicio del poder popular históricamente se ha realizado sobre la base de un pueblo organizado, consciente y con experiencia de lucha. Es decir, sobre la base de una fuerza político-social articulada, que sea capaz de disputarle el poder a la burguesía e imperialismo. En ese sentido y respecto a nuestro contexto nacional, ¿tenemos acaso dicha fuerza construida?, ¿es correcto entonces hablar ligeramente sobre el poder popular y englobar también bajo aquel concepto las acciones cotidianas, solidarias y la construcción de relaciones sociales alternativas? Pues desde nuestra perspectiva y he aquí otro concepto, lo fundamental para este periodo es, por una parte, la construcción de una fuerza social de protesta de carácter popular, y por otra parte y tal como señalamos al principio, la creación de una organización revolucionaria que dé conducción a dicha fuerza. Sólo así se podrá avanzar dialécticamente de la construcción de fuerza social de protesta a la creación de una fuerza social revolucionaria con perspectivas de poder. En ese sentido, es necesario comprender que la constitución de dicha fuerza social es la fase preliminar al ejercicio del poder popular, cuyos elementos son: la acumulación de fuerzas, la experiencia de lucha y de organización, la confianza en la propia fuerza y el aprendizaje de que sólo luchando y enfrentando al poder burgués, se consiguen los objetivos.

En consecuencia, es recién en esa fase donde nos encontramos actualmente. Las luchas sociales recién se encuentran en una etapa embrionaria, donde desde el 2011 podemos ver que se ha legitimado en mayor medida que antes, el enfrentamiento y los cortes de rutas (recordemos que las dinámicas de la lucha de clases se pegan saltos cualitativos y no avanzan en forma lineal). Asimismo, las asambleas aún están en procesos de aprendizajes colectivos e individuales. Y para qué señalar los sindicatos respecto a los cuales aún la gran mayoría poseen una conducción reformista y/o burocrática, a contrapelo del impulso de las bases a la lucha.

Otro aspecto que es necesario posicionar, son los elementos que permiten el surgimiento de un poder popular. En primer lugar, tal como hemos venido mencionando, es fundamental el desarrollo y la existencia de organizaciones de masas con disposición al combate y orientadas bajo una lógica revolucionaria, es decir, con la disposición a que en cualquier momento se pase por encima de los canales institucionalizados de demandas. En segundo lugar, es fundamental la existencia de una vanguardia que politice, y oriente al pueblo y a los trabajadores en su actuar. Es un hecho que las masas se encuentran alienadas y reproducen la ideología dominante, es decir, la ideología burguesa, por lo tanto, la existencia y acción de una vanguardia es un requerimiento para avanzar en la superación de la consciencia en sí y dar paso a la consciencia para sí. Hay que tener en cuenta que la forma que tome la vanguardia dependerá de las distintas circunstancias y necesidades históricas, al igual que la estrategia de poder y las tácticas. Y por último, el otro elemento fundamental es la existencia de su brazo político-militar. Es un hecho también que los órganos de poder popular no pueden subsistir sin la fuerza material que los respalde, sin un ejército revolucionario capaz de rechazar el ataque de las fuerzas armadas contrarrevolucionarias.

Para finalizar, daremos a conocer nuestra visión respecto al poder popular, el gobierno y el Estado. En nuestras discusiones, hemos llegado a la conclusión de que las consignas en torno a la creación de poder popular, han carecido o simplificado la discusión respecto al poder. En consecuencia, percibimos que muchas organizaciones apelan a la construcción del poder popular desde abajo, como única vía de generación de poder, diluyendo así la verdadera esencia de la cuestión, por lo que se deja en manos de la clase dominante o ni siquiera se problematiza en la conquista y poder que reside en el Estado. La conquista del poder político se ha realizado históricamente mediante dos vías: Ganar en las elecciones o mediante la lucha armada. No hay más formas. De acuerdo a las experiencias históricas, los momentos en que se ha dado la emergencia de un poder popular, éste ha tenido distintas relaciones tanto con el Estado como con el gobierno. En algunos casos, el poder popular ha permitido realizar revoluciones exitosas, derrotando a gobiernos y Estados oligárquicos, pero una vez construido el nuevo Estado, el poder popular ha sido aplastado, tales como los soviets en Rusia o el poder rojo en China. En otros casos, el poder popular ha entrado en contradicción con las estrategias reformistas de gobiernos populares y Estados burgueses, tales como sucedió en Chile con Allende. Mientras que en otras ocasiones, el poder popular es fomentando desde el gobierno popular para superar y desmontar paulatinamente el viejo Estado burgués, tal como está sucediendo en la Venezuela bolivariana.

 A nuestro entender, consideramos que la maquinaria del Estado no puede quedarse en manos del enemigo, por lo tanto, hay que hacerse de esta, como sea. El Estado si es bien ocupado, puede ser un instrumento para fortalecer la organización popular. Asimismo, consideramos que el poder popular es fundamental para realizar y darle un carácter socialista a una revolución, sea esta mediante el poder del fusil o a través de las elecciones (lo cual no significa que el tema militar no haya sido resuelto). Por lo tanto, la conquista del Estado y el ejercicio del poder popular, no debe tomarse como algo excluyente, sino que deben complementarse en la medida en que los organismos de poder popular mantengan independencia del Estado. Eso significa que ni la coalición gobernante, ni los partidos deben confundir las organizaciones de masas con la vanguardia. Las organizaciones de masas son del pueblo, no del Estado, ni de los partidos, lo cual debe respetarse a todo nivel. Desde una asamblea estudiantil o barrial hasta en los complejos órganos de poder popular que pretendemos construir. El socialismo lo construyen las masas, no el partido, ni el Estado.

Gracias.

Fuente: Facebook

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