Las transformaciones a través de las elecciones no son el camino largo, son el camino imposible.

Algunas conclusiones que hemos inferido de los datos entregados por radio bio bio en su segunda proyección de los resultados de las elecciones presidenciales del día de hoy:

1. La abstención triunfa con más de un 52% del universo de potenciales votantes.
2. De quienes votan, la derecha dura (Bachelet, Mathei, Parisi, MEO e Israel) suman un impresionante 93,16%
3. Las "izquierdas" reformistas, ostentan un escuálido 6,84%

Además una reflexión sobre el dato de la abstención, que si bien es mayoritaria, evidentemente la mayoría absoluta de este porcentaje está dado por gente que no vota por desinterés y apatía más que por un gesto de acción política. Y no hay que pasarse rollos de que este porcentaje le pertenece o es producto de la izquierda revolucionaria en el marco de las campañas contra el circo electoral.

Es importante resaltar lo lejos que estamos como país o como clase si se quiere, de generar, en un sentido masivo, ideas de cambio realmente potentes y que sean acogidas por el conjunto de la población trabajadora de este país. De hecho resulta impactante, al cruzar estos datos con los conocidos datos de ingreso, recordemos que a lo menos un 50% de los trabajadores tiene como ingreso menos de 250 mil pesos mensuales.

Estos datos confirman fehacientemente que el camino de las transformaciones será largo, pero no tan largo como el camino que aquellos que eligen realizar cambios desde dentro del sistema, ese camino no es largo, es imposible.

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