Este miércoles se cumplen 32 años de uno de los hechos más dramáticos registrado en dictadura y para que destaque entre otras tragedias de esa época tiene que ser demasiado. El 11 de noviembre de 1983, el obrero de la construcción Sebastián Acevedo Becerra, de 52 años a la fecha, se quemó vivo frente a la Catedral de Concepción para exigir que la CNI liberara a sus 2 hijos detenidos.
Según diversas opiniones, se trata del primer suicidio a lo bonzo en nuestro país. Fue tal el impacto que causó la inmolación, que el cura obrero José Aldunate y decenas de activistas defensores de los derechos humanos formaron el Movimiento contra la Tortura Sebastián Acevedo.
Dos días antes, a las 7 de la mañana, cuando el obrero de la construcción esperaba locomoción para dirigirse a su trabajo en Concepción, 30 agentes de la Central Nacional de Informaciones fuertemente armados irrumpieron violentamente en su casa de la Villa Mora de Coronel.
FUENTE: FACEBOOCK
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