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martes, 12 de enero de 2016

Valparaíso: persecución política a estudiante de la PUCV termina con querella criminal y sumario interno + entrevista y comunicados


Luego de la toma realizada a mediados de Julio del 2015 en el edificio Gimpert de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, la institución por medio de su fiscal Hugo Muñoz, inició un proceso de investigación ante los robos y destrozos sufridos en la facultad, siendo inculpados 3 estudiantes, los cuales en ese momento se encontraban en calidad de voceros de la asamblea de la carrera de trabajo social. De estos, Miguel Moya y otro compañero participaron de la ocupación del espacio, ante lo cual se procedió al desarrollo de un sumario interno. A Miguel y a José Vega les añadieron una querella criminal en su contra, sin embargo, José ni siquiera participó de la movilización, por encontrarse fuera de la ciudad.
Lo que resulta paradójico, puesto que los entonces voceros de la asamblea, en su momento repudiaron los daños acaecidos durante la movilización. Miguel Moya en una de sus declaraciones afirma: “los he condenado por los costos políticos que éstos tuvieron para con el movimiento estudiantil”.
Cabe mencionar, que la situación descrita no constituye un hecho aislado, sino que ha sido la tónica durante diversos procesos de movilización ocurridos en el último tiempo en las universidades de la región chilena, las cuales responden a un escenario de criminalización -o deslegitimación- de la protesta social emanado tanto del duopolio político (oficialismo-oposición), los medios de comunicación de masas, e incluso desde las marcadas posiciones de algunos rectores de las universidades del CRUCH. Esto se evidencia en los casos de estudiantes de la UTEM, USACH, ARCIS, UAHC y UCT, quiénes hoy viven un accionar político represivo, manteniéndolos bajo el velo de una persecución política, no precisamente por liderar actos “vandálicos”sino que por poner en entredicho las prácticas antidemocráticas ejercidas desde las Universidades al servicio del mercado.
*ENTREVISTA A MIGUEL MOYA:
¿Cómo defines tu participación en las luchas sociales que  se han desarrollado en los últimos años?
He intentado, desde los últimos años, hacerme parte de las distintas luchas sociales y populares que he tenido cerca. Una gran influencia tuvo en mi la revolución pingüina del 2006, y luego el 2008 donde ya en último año de secundaria participé de manera más activa en la Coordinadora de Estudiantes Secundarios de Quilpué (CESQ), desde ahí he desarrollado un profundo compromiso con las luchas sociales participando, por ejemplo, de los distintos procesos de defensa de la zona norte de mi comuna, a través de espacios como la Asamblea Popular Quilpueína y de una serie de organizaciones sociales y comunitarias. Esta vinculación con el campo popular ha sido lo que también me ha permitido vivenciar el aumento y agudización de los dispositivos de represión y control de las instituciones sociales, tanto estatales como privadas, hemos visto en Valparaíso, por ejemplo, los casos de Pedro Quezada, quien estuvo cerca de 3 meses en prisión preventiva para que luego la fiscalía no perseverara en las acusaciones, el caso de Juan Tapia que resultó Absuelto de toda acusación, de Angiel y Francisco que mantuvo a dos jóvenes menores de edad presos, y así un sinfín de casos donde los tribunales de justicia y las policías de nuestro país se han hecho parte del juego sucio de las autoridades que a través de la criminalización de la protesta han querido frenar las luchas sociales que gritan día a día por recuperar todos aquellos derechos que les fueron arrebatados.
Por lo anterior, ante  el aumento del conflicto social que demanda mayor acceso a derechos sociales y condiciones dignas. ¿De qué se te acusa exactamente luego de la toma realizada en la PUCV? ¿Cómo interpretas los fundamentos entregados en la resolución?
Hoy en mi universidad se me acusa de “desórdenes que impidan el normal funcionamiento de la universidad”, que es en el fondo el llevar a cabo una Toma, pero además se me adjudican faltas al reglamento de disciplina por robos, daños y rayados en la universidad siendo que han asumido que no tienen prueba alguna que me ligue a esos hechos. Sin embargo, como en mi declaración no aporté nombres de quienes fueron, debido a que me encontraba en el subterráneo mientras los robos y daños ocurrieron en los pisos superiores del edificio, o quienes participaron y estaban conmigo durante esta acción política, por lo que se me acusa de “encubridor”, y se me sanciona entonces de igual manera por los daños y robo, admitiendo incluso que no existen pruebas de mi participación en estos. Por esta razón es que tenemos plena convicción de que esto es una persecución política más de las tantas que hemos conocido como movimiento estudiantil, que no pretende más que, a través de mi caso, infligir miedo en los y las estudiantes de nuestra universidad dando un claro mensaje de que todo aquel que se atreva a desafiar su autoridad a través de actos de protesta, como una toma universitaria, será desvinculado de ésta. Y no sólo se castiga la participación individual en el movimiento  estudiantil, sino que hoy la Universidad Católica de Valparaíso me castiga por no delatar a mis compañeros y compañeras, no por no denunciar a quienes robaron y dañaron, porque de ellos no tengo información, sino por no dar los nombres de aquellos que se encuentran en mi misma situación.
Hoy en esta universidad quien lucha por demandas justas, por democracia, el compañerismo, la solidaridad, es merecedor de sanciones como la prohibición de matrícula por  dos años.
¿Cuál es tu opinión frente al aumento de casos de compañeros y compañeras sumariados/as  y querellados/as  durante y después de los procesos de movilización vividos en el último tiempo (a nivel nacional)?
Claramente es una respuesta de parte de las instituciones hegemónicas que sostienen este sistema injusto y opresor en contra del aumento de organización y lucha popular que hace ya algunos años se viene viendo, donde distintos sectores del pueblo han decidido recuperar aquellos derechos que se le han arrebatado a punta de muerte y tortura. Por cada vez que el pueblo demuestra que va perdiendo el miedo, los poderosos arremeten con mayor fuerza y brutalidad. Esto se ha visto en el perfeccionamiento de los aparatos legales del Estado para encarcelar a luchadores sociales, como son los cambio en la ley de control de armas, que hoy le permite a las policías inculpar falsamente a compañeras y compañeros para que estos de inmediato queden en prisión preventiva, sin necesidad de probar acusación alguna, claro ejemplo de esto es el caso del compañero Cristóbal de la UTEM que en movilizaciones estudiantiles se le inculpa, falsamente, de porte de bomba molotov quedando de inmediato en prisión preventiva durante varios meses hasta el día 8 de enero en que resulta absuelto por los tribunales chilenos. Hoy ya se ha demostrado por completo su inocencia, pero ya no se puede dar marcha atrás y borrar los meses que de manera arbitraria e injusta lo mantuvieron en prisión.
De igual forma las autoridades de las universidades se están haciendo de reglamentos internos, donde éstos mismos acusan, investigan y deciden, para perseguir a todo aquel que manifieste un compromiso con las luchas sociales y populares que demandan un Chile más justo y libre.
¿Qué llamado harías a quiénes hoy se hacen parte de las distintas movilizaciones sociales?
Hoy, a través de mi caso, hacemos un fuerte llamado a la solidaridad y a denunciar todos estos casos de persecución política. A no dejarse amedrentar y continuar en la lucha por una sociedad solidaria y justa para todas y todos. Hoy es necesario estar más unidos y organizados que nunca para hacer frente a la arremetida represiva y brutal que está teniendo el gobierno, el Estado e instituciones como las universidades y sus autoridades. Casos como el mío y el de Cristóbal seguirán ocurriendo, cada vez más, por eso es necesario alzar la voz con más fuerza que nunca contra la persecución política a las y los luchadores sociales y luchar contra toda injusticia que se cometa contra cualquiera, en cualquier parte.
*PRIMERA DECLARACIÓN PÚBLICA DE MIGUEL MOYA
De algún tiempo hasta ahora, y a través de distintas instancias como la Coordinadora de Solidaridad, he y hemos estado junto a muchas y muchos compañeros acompañando y luchando junto a aquellas y aquellos a quienes las instituciones tanto públicas como privadas (capitalistas todas) han buscado reprimir, criminalizar y encarcelar. Aquellos con los  cuales me ha tocado compartir en esos senderos de lucha saben que lo he hecho con compromiso y convicción. Poniendo a disposición mi vida por la justicia, dignidad y libertad de otros y de todos.
Hoy me veo en la necesidad de alzar la voz en un llamado a la solidaridad conmigo y a la vez con nosotros todos, con nosotros pueblo, un llamado que espero pueda llegar a cada rincón donde exista alguien que me conozca y que esté dispuesto a brindarme hasta el más mínimo apoyo solidario, que hoy se hace necesario.
Como sabrán los que me conocen llevo alrededor de 6 años estudiando en la Universidad Católica de Valparaíso, 6 años marcados por una participación en el denominado Movimiento Estudiantil, pero por sobre todo en la organización de estudiantes desde todas las instancias posibles. Hoy eso tiene un costo, hoy el organizarse y luchar tiene un costo.
Se me ha informado que la PUCV, que ya ha interpuesto una querella criminal en mi contra donde arriesgó hasta 5 años de cárcel y aún está en curso, además me ha acusado de manera interna de hechos que no he cometido, de los cuales no tienen prueba alguna (y no tienen como tenerlas) y donde lo único cierto es que he participado en la toma de dependencias de la Universidad validando una forma de lucha histórica que como movimiento Estudiantil nos hemos visto en la necesidad de utilizar, pero para la PUCV esto es meritorio de sanciones como la expulsión de la Universidad, que pone en manifiesto riesgo mis posibilidades de estudio en ésta y cualquier otra universidad ligada al CRUCH. Paradójico parece que la misma lucha por una educación pública digna, justa y libre hoy me deja sin posibilidades de estudiar, pero no es de extrañar, así funcionan las instituciones represivas y opresivas de ésta sociedad, y la UCV no es ajena a eso, lo ha hecho antes, lo hace ahora y lo seguirá haciendo.
Es por esto que me veo en la necesidad de hacer un llamado a la solidaridad, no sólo por mí, sino por la defensa a nuestra lucha, una lucha digna y profundamente justa en la cual no estamos dispuesto a dejar a compañeros y compañeras en el camino, como lo hemos demostrado una y mil veces, y como lo seguiremos demostrando cada vez que sea necesario.
Yo por mi parte no me dejaré doblegar por sus amedrentamientos, seguiré en pie y haré valer mi derecho a estudiar y a luchar hoy y siempre.
Sólo el pueblo defiende al pueblo
*SEGUNDA DECLARACIÓN PÚBLICA DE MIGUEL MOYA
El día 22 de Diciembre la Universidad Católica de Valparaíso me informo que tras la investigación sumaria realizada por los hechos ocurridos en la toma del Edificio Gimpert durante el mes de Julio se me responsabilizaba de todos los robos y destrozos ocurridos. En la carpeta de dicha investigación no existe prueba alguna que me ligue a tales hechos, sólo comprueba mi participación en la ocupación. Sin ninguna prueba de esto hoy la Universidad amenaza con expulsarme, marginándome no solo de ésta sino de cualquier institución del CRUCH. En ningún momento he negado mi participación en la acción política que fue la toma, enmarcada en las movilizaciones que en esos momentos como estudiantes llevábamos a cabo por una Universidad democrática la cual llevaba ya varios meses de paralización en mi carrera y en la universidad, así como en ningún momento avalé los robos y los destrozos que afectaron en su mayoría a profesores y trabajadores.
Los hechos de violencia y robos, como lo he mencionado en otras instancias, ocurrieron en los primeros momentos de la ocupación y ocurrieron en los pisos superiores (entre el 6to y el 12vo), mientras nos encontrábamos asegurando las entradas al edificio, yo en particular me encontraba en el estacionamiento subterráneo junto a funcionarios de la institución que estaban sacando sus vehículos, por lo cual no nos enteramos hasta un rato después de ya consumados los hechos. Aquellos que participamos en la ocupación como acción política desde el primer momento rechazamos los robos y daños pues esto era contraproducente con la finalidad de la ocupación y ponía en peligro los objetivos que nos habíamos propuesto, así lo manifesté en las distintas instancias y encuentros con estudiantes y profesores. Si hoy se me quiere expulsar de la universidad Católica de Valparaíso no es porque haya robado o destrozado algo, no es porque haya violentado a alguien, porque de eso no tienen prueba alguna, porque de eso no hice nada. Si hoy me encuentro en esta situación es porque en esta universidad, al parecer, no está permitido organizarse y luchar por cambios dignos y justos como los que desde el Movimiento Estudiantil proponemos.
Hoy me veo en la necesidad de hacer un llamado a la solidaridad, porque sepan que no bajaré los brazos ni me dejaré amedrentar por las falsas acusaciones que hoy hace nuestra institución y que tienen por objeto expulsarme, no sólo buscando mi marginación, sino con una clara intencionalidad política que pretende dejar en claro que en la PUCV no está permitido alzar la voz contra su orden establecido.
Hoy la Universidad quiere marcar un precedente en contra de la protesta social y el Movimiento Estudiantil. El día lunes 28 de diciembre tengo que ir a presentar mis descargos contras las acusaciones que se me hacen, según el procedimiento tengo 3 días hábiles para esto, luego de aquello el fiscal Sr. Hugo Muñoz revisa los antecedentes y propone una sanción al Prosecretario Fernando Castillo quien decide en última instancia. Una vez que se me notifica la sanción tengo, nuevamente, 3 días hábiles para apelar. Hoy hago un llamado a que seamos nosotros quienes marquemos un precedente, un precedente de solidaridad, un llamado a que dejemos en claro que no nos dejaremos amedrentar y que seguiremos esta lucha con más organización y convicción que nunca sin dejar a ningún compañero o compañera en el camino. Este día lunes nos reuniremos a las 12hrs para ir a entregar los descargos, están todas y todos invitados a demostrarle a la Universidad Católica de Valparaíso que seguiremos adelante sin importar sumarios o querellas, que cada una de sus acciones tendrá una respuesta empapada de la solidaridad popular, que aunque me expulsen a mi otras y otros seguirán luchando hasta transformar ésta universidad y la educación completa en una digna y justa que el pueblo chileno merece y necesita.
Miguel Moya Estudiante de Trabajo Social Pontificia Universidad Católica de Valparaíso
“Sean capaces siempre de sentir, en lo más hondo, cualquier injusticia realizada contra cualquiera, en cualquier parte del mundo, es la cualidad más linda del revolucionario” Ernesto Guevara
26 de Diciembre del 2015, Valparaíso.
FUENTE: Solidaridad

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