No se confundan: en el Parque Forestal, a la altura del Museo Bellas Artes NO HABÍA INCIDENTES, no había fuego, ni desmanes, lo que sí había era un contingente policial de dimensiones cinematográficas, completamente desproporcionado y con una clara finalidad: romper la marcha. Y este caballerito de la foto se dio un festín disparando lacrimógenas directamente a la columna de estudiantes.
Decenas de personas de todas las edades quedaron aisladas y encajonadas y las imágenes de la gente descompensada y vomitando fueron parte de un maldito paisaje.
Gracias al fotógrafo que entendió el momento y registró toda la secuencia.
-OPAM-
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