Con un nuevo rechazo el gobierno recibe un nuevo golpe. Los funcionarios siguen en paro tras la miserable discusión en el congreso. Dirigentes fueron desalojados de la sala despertando la bronca funcionaria.
Este lunes comenzó la tercera semana de movilización, luego que la semana pasada el gobierno no lograra aprobar el reajuste propuesto para el sector público, el cual mantiene estancado, de manera intransigente, en un 3,2%. El gobierno, por su parte, se preparó con una reunión del comité político en el Palacio de la Moneda, en el cual se pretendía asegurar la votación de este martes con la presencia de los presidentes de la Cámara de Diputados y el Senado, Osvaldo Andrade (del Partido Socialista) y Ricardo Lagos Weber (del Partido por la Democracia), además de el ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés y el diputado. Demócrata Cristiano, Matías Walker.
El martes comenzó con funcionarios y docentes de diversas ciudades movilizándose. Las siguientes noticias del congreso venían de la comisión de Hacienda de la Cámara la cual aprobó el veto presidencial del gobierno con 8 votos a favor y 5 abstenciones.
Pero como si no bastara la escandalosa votación de la comisión, luego de iniciado el debate en sala, durante el transcurso de la tarde ante la bochornosa discusión, las graderías estallaron en molestia, a lo lo cual el diputado Osvaldo Andrade, quien durante el pasado gobierno de Bachelet fuera llamado el “ministro de los trabajadores”, ordenó desalojar la sala.
El desalojo de sala inflamó el descontento de los dirigentes públicos y demás trabajadores quienes arrojaron monedas a los parlamentarios, promoviendo, Andrade, la intervención de carabineros mientras los funcionarios gritaban “fuera Valdés”.
Esteban Maturana, presidente de la Confusam, denunció la “traición del Partido Socialista, Partido por la Democracia, Democracia Cristiana y Partido Radical a los trabajadores” señalando que los trabajadores deberán responder con movilización.
Con el paso de las horas, las dirigencias volvieron a llamar al diálogo al Gobierno.
Con el paso de las horas, las dirigencias volvieron a llamar al diálogo al Gobierno.
El trato de los parlamentarios de la Nueva Mayoría, tanto por el miserable reajuste, como por el desalojo de la sala, es de dura intransigencia. Mientras la Nueva Mayoría se rehusa a torcer su brazo, los dirigentes llaman al dialogo, en vez de hacer un fuerte llamado a la movilización y a coordinar acciones para fortalecerla.
Es así como los dirigentes se intentan reubicar para dialogar, y donde los trabajadores de base no pueden quedarse de brazos cruzados mientras su justa movilización es usada de moneda de cambio para salvar el pellejo del Gobierno y la Nueva Mayoría, en este debate central para los trabajadores públicos.
En este sentido los trabajadores deberán organizarse desde la base para superar a sus dirigentes, y así llevar la movilización hasta el final.
Daniel Vargas
FUENTE: LID
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