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viernes, 30 de diciembre de 2016

Siglos de Estado de emergencia en el pueblo mapuche


La Guerra de Arauco, uno de los primeros conflictos bélicos de la Colonia en Chile, originada por La Corona Española, consolidó la violencia sistemática hacia el pueblo mapuche desde el período colonial hasta nuestros días.
Desde el período del “encuentro de dos mundos”, durante la conquista, la violencia sistemática por parte de la Corona Española comienza a ejercerse por medio de innumerables asesinatos, engaños y trabajo forzado hacia toda población nativa con el único objetivo de extraer oro y metales preciosos para Europa.
En tanto, para la Corona, la conformación de nuevos flujos de mercados dio pie al asentamiento de las primeras ciudades de Chile y la colonización en el sur, con el fin de seguir extrayendo recursos naturales y obligar a los habitantes de los pueblos originarios a trabajar en función de las tareas del mundo occidental. Ahí se dio paso a cruentas historias contadas por cronistas, viajeros, misioneros y por sobretodo de los relatos transmitidos por parte de los descendientes de los pueblos originarios ante el proceso de violencia y despojo de tierras.
A mitad del siglo XVI, se abre paso desde el mandato de la Corona Española a una gran campaña del terror hacia los diversos pueblos originarios que habitaban desde el valle central hasta el sur de Chile, abriendo paso a rebeliones y genocidios.
Antes de cruzar las campañas de los españoles, según historiadores e investigadores, el pueblo mapuche se expresaba en su heterogeneidad de grupos donde hegemonizaban los reche (hombres auténticos o verdaderos) y los moluche (hombres de la guerra u hombre del occidente) quienes a la vez se subdividían en puelches (hombres del oriente), picunches (hombres del norte), pehuenches (hombres del pehuén) y huilliche (hombres del sur). Al llegar la guerra, la intención de recuperar las tierras usurpadas por los europeos generó la unificación de distintas organizaciones y jefaturas mapuche hacia la demanda de la recuperación del Wall Mapu.
La violencia de Estado y la Frontera
La Frontera fue el nombre que se estableció para distinguir hasta dónde la Corona establecía su Soberanía tras arduas batallas en la zona del río Bío Bío, mientras que ya en el siglo XVII el mestizaje transitaba de una frontera a otra con intercambios comerciales y abriendo relaciones sociales a través de la tradición de las creencias y el parentesco junto con las grandes empresas que abrieron la circulación del capitalismo en Europa a costa de la esclavitud, engaños y creación de nuevos oficios para los mestizos, indígenas y población afrodescendiente en Europa.
Por otro lado, las reformas de la Corona también afectaron en el posicionamiento de quienes habitaban en estas relaciones fronterizas, designando a nuevas autoridades para expandir nuevas ciudades y asentamientos. Así, los Parlamentos entre hispanocriollos y mapuche comienzan a servir de un método de contención para lograr acuerdos de comercio y de alianzas políticas, mientras que por otro lado, estallan resistencias ante la “Ocupación de La Araucanía”.
“Toda una vida guerreando”: Amulepe tain weinchan (Nuestra lucha continúa)
Desde el Parlamento de Trapihue en 1825, el Estado-nación de Chile ratifica a la Frontera del Bío Bío como una zona ingobernable para el Estado nación chileno pero que años más tarde el Estado desconoce estos acuerdos y se inicia una nueva campaña de genocidio mapuche llamada la “Pacificación de la Araucanía”.
El Estado de Emergencia, aplicado en momentos de catástrofe o de excepción enmarca no solo la particularidad del asunto de Estado, sino también la prioridad política bajo el uso de la violencia, amparada por la Constitución, con el argumento de intervenir en caso de perturbación de paz, donde en muchos casos se suspenden los derechos humanos en defensa de la nación.
Hoy, en un período distinto de la historia pareciera que la relación entre el Estado y el pueblo mapuche sea similar a 500 años atrás, cuando sistemáticamente la violencia de Estado se traduce en terrorismo de Estado cuando se hostiga, persigue, encarcela, discrimina, mata y explota a la población mapuche.
Un ejemplo del lavado de imagen del Estado y de los gobiernos de la Concertación, derecha y Nueva Mayoría, es la tardía implementación del actual convenio OIT 169, el cual es un Tratado Internacional para los Pueblos Indígenas y Tribales para países independientes, donde en Chile se tardó un total de 20 años de ratificar para recién implantarse el año 2009 tras un saldo de 11 mapuches asesinados en manos de las Fuerzas Policiales.
Por la autodeterminación del pueblo mapuche
Para apoyar y defender las demandas históricas del pueblo mapuche es urgente que mujeres, jóvenes, estudiantes, pobres, trabajadores y pueblo mapuche levantemos en conjunto una alianza contra el Estado capitalista chileno y los capitalistas para conquistar el derecho de la autodeterminación del pueblo nación mapuche.

Paloma Vargas

FUENTE: LID

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