No sólo las cifras acordadas son consideradas insuficientes debido al costo real de la vida, sino que además recuerdan los incendiarios discursos de la propia Bárbara Figueroa diciendo que no aceptaría un sueldo mínimo menor a 250 mil pesos. Y de pronto, la misma dirigente sindical cede en las negociaciones y, más aún, se retira de ella hasta el 2016.
Excluidos de las negociaciones e indignados por los anuncios sobre el aumento del salario mínimo se encuentran los dirigentes de la segunda organización sindical más grande del país, la Central Autónoma de Trabajadores (CAT). En entrevista con Radio Universidad de Chile, Óscar Olivos, su presidente, calificó al gobierno de “sectario”; a la CUT de ser el “brazo sindical de La Moneda” que está “de rodillas frente al gobierno; y a los acuerdos entre ellos, como “estafas” y “pantallas”.
Hechos consumados, al menos en lo que respecta a la relación con el Ejecutivo, y que tienen indignado a Óscar Olivos, presidente de la Central Autónoma de Trabajadores, quien no trepida en calificar el acuerdo de “espurio, mentiroso y excluyente”. Además de recordar que la CAT es la segunda organización laboral más importante del país, que agrupa a sindicatos vinculados con la empresa privada, justamente el grupo que se ve afectado por el salario mínimo, pero que, denuncia, es intencionalmente dejado fuera de las negociaciones.
¿Qué le parece el acuerdo entre la CUT y el gobierno para el aumento del salario mínimo?
Rechazamos tajantemente este acuerdo espurio que ha hecho el gobierno de Chile con su brazo sindical, que es la CUT, porque no representa el sentir de los trabajadores en general, porque creemos que Chile está perfectamente en condiciones de entregar un reajuste al salario mínimo para llegar a los 250 mil pesos.
En primer lugar, no expresa lo que los trabajadores necesitan, especialmente aquellos de las pequeñas y medianas empresas, que el reajuste al salario mínimo es el único aumento que tienen al año. Además, es un ajuste mentiroso. Cuando hablan de que va a subir a 225 mil pesos, que es un aumento del siete por cierto; que el 2015 va a subir a 240 mil, que es un aumento del seis por ciento, y el 2016 a 250 mil pesos, que es un aumento del cuatro por ciento, o sea, es una mentira que es un aumento de un 40 por ciento.
En tercer lugar, el Gobierno de Chile es sectario, excluyente y mentiroso. Cuando la Presidenta y los ministros hablan de que este gobierno es incluyente, están mintiendo porque han negociado solamente con la CUT y han dejado afuera de las conversaciones a las organizaciones que afilia a los trabajadores del área privada, que son los que tienen que ver con el salario mínimo, estas son la Central Autónoma de Trabajadores y la Unión Nacional de Trabajadores (UNT). La CUT afilia mayoritariamente a trabajadores del área pública, que no tienen nada que ver con el salario mínimo. Aquí hay una jugarreta del gobierno con la CUT para perjudicar y para aprovecharse de los trabajadores en general.
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