En el Ejército existía una red de personas que desde diferentes lugares entregaban facturas (ideológicamente falsas) al personal del Comando de Apoyo a la Fuerza", arremetió el oficial.
Popularmente el caso es conocido como "Milicogate" e involucra a un grupo de oficiales y suboficiales del Ejército de Chile que, entre los años 2010 y 2014, se involucró en una serie de millonarias defraudaciones con los fondos provenientes de la Ley Reservada del Cobre.
Producto de lo anterior, la institución castrense se vio obligada por primera vez en su historia a realizar una auditoría externa por los pagos de cientos de facturas falsas no reconocidas por el Servicio de Impuestos Internos (SII).
Fondos que fueron gastados en lujosos viajes, caballos, fiestas y el casino.
Este miércoles, The Clinic reveló un nuevo antecedente: el comandante de la División de Mantenimiento del Ejército, general Héctor Ureta Chinchón, a días de ser llamado a retiro, envió un correo electrónico a sus pares.
El mensaje fue directo: la responsabilidad de los desfalcos recae en el polémico Comando de Apoyo a la Fuerza.
"Hay todo tipo de responsabilidades, tanto legales, administrativas y de mando", recalcó en el mail.
El nombre de Ureta aparece mencionado por Clovis Montero, ex tesorero del Estado Mayor del Ejército y ex miembro de la Contraloría de esa institución, quien fue procesado por la justicia militar.
Según Montero, el dinero defraudado terminó en manos del cabo Juan Carlos Cruz, el empleado civil Danilo Alarcón, los coroneles Jorge Silva, Fernando Grossi y Pedro Ferrer y Ureta.
Producto de la investigación, se encuentran en prisión dos de sus colaboradores: la sargento Millaray Simunovic y el suboficial Claudio González Palominos.
En el mensaje electrónico, Ureta apunta al mando del Ejército y al polémico Comando de Apoyo a la Fuerza. A su juicio, son ellos los responsables de gestionar en reserva los recursos que anualmente entrega Codelco para la compra de armas.
“A la División de Mantenimiento no le robaron”, declaró al respecto.
“De las más de 1.200 facturas falsas, actualmente en investigación por parte de la Fiscalía Militar, no existe ninguna de ellas que haya sido tramitada para pago por los diferentes organismos y jefaturas de la División de Mantenimiento”, explicó Ureta.
Según su versión, "en el Ejército existía una red de personas que desde diferentes lugares entregaban facturas (ideológicamente falsas) al personal del Comando de Apoyo a la Fuerza”.
De acuerdo al artículo del medio electrónico, las declaraciones de Ureta coinciden con las investigaciones que sustancia la VI Fiscalía Militar desde 2014.
En otras palabras, las defraudaciones en torno a la Ley Reservada del Cobre no eran una práctica exclusiva de los cinco militares detenidos hasta ahora en el Regimiento de Policía Militar. Era una práctica extendida al interior del Ejército.
En su mensaje, Ureta apuntó a los altos mandos del Ejército, desestimando incluso las versiones que dio el propio comandante en Jefe, el general Humberto Oviedo.
“Otro aspecto que deseo dejar claro es que estos hechos fueron descubiertos de una manera totalmente fortuita, totalmente por casualidad, mientras se realizaba un trabajo sobre las actas de recepción de los documentos contables y no por un control”, señaló el oficial.
Ureta disparó también en contra de sus camaradas: “La propia institución copia los textos que se derivan de dicho pasquín (The Clinic) y sesgadamente los publica por medio de sistemas de comunicación institucionales, para conocimiento de todos los miembros del Ejército”.
Asimismo, tiró sus dardos en contra del Comando de Apoyo a la Fuerza (CAF): “¿Quiénes debían llevar el control de estos cobros en el CAF? ¿Quiénes debían llevar los saldos de los decretos de la demanda estratégica en el CAF? ¿Quiénes debían llevar los consolidados (balances generales) que permitieran saber que año a año faltaban fondos?”.
“Las facturas ideológicamente falsas aparecían en el CAF, sin tener un oficio conductor de alguna unidad, por tanto era muy fácil advertir que no eran imputables a alguna unidad”, detalló.
Aportó también que para ocultar los desvíos de fondos los gastos eran cargados a un ítem llamado “compensación presupuestaria, una especie de préstamo desde el presupuesto corriente”.
“Fue de estas compensaciones principalmente desde donde se pagaron las facturas ideológicamente falsas. No fue del Mantenimiento del Potencial Bélico administrado por la División de Mantenimiento”, dijo.
El Mostrador
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