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jueves, 14 de abril de 2016

Peligra vida de Mauricio Hernández, prisionero político chileno en Brasil



·        Traslado imprevisto de cárcel de ex combatiente antifascista, lo pone en limbo judicial, sin posibilidad de accionar de sus abogados y sin pronunciamiento alguno de gobiernos de Chile y Brasil.

·        En tanto empeora su salud, se multiplica la solidaridad y se intensifica la campaña por la libertad del ex dirigente del Frente Patriótico Manuel Rodríguez.

 “La prisión me robó la libertad, pero no los recuerdos.”
Nelson Mandela



El traslado carcelario sin aviso y arbitrario de Mauricio Hernández Norambuena, ex combatiente chileno antifascista e internacionalista, y ex dirigente del Frente Patriótico Manuel Rodríguez (destacamento político y militar que enfrentó a la tiranía de Pinochet desde los años 80 del siglo XX), actualmente prisionero político en Brasil, en los hechos significa que el luchador social se quedó de golpe sin proceso judicial y, por tanto, carece de todo derecho en su condición de reo por razones políticas e ideológicas.

Mauricio Hernández o “Comandante Ramiro”, lleva más de 14 años deambulando por los peores presidios de alta seguridad de Brasil, agravado por ser víctima del feroz Régimen Disciplinar Diferencial (RDD), consistente en un encierro y aislamiento extremos. De acuerdo a sus familiares directos, debido a semejante régimen, en el último tiempo Mauricio Hernández ya presenta un evidente empeoramiento físico y psicológico.

Hasta casi mediados de marzo de 2016, Hernández Norambuena permanecía prisionero en la Cárcel Federal de Porto Velho, en Rondonia, Brasil, cerca de la frontera con Bolivia, pero sorpresivamente fue llevado hasta la Prisión Federal de Mossoró, en el interior de Rio Grande do Norte, a casi 6.000 kilómetros de Santiago de Chile. Esto es, la justicia brasileña intensificó su castigo y, acaso más gravoso todavía, con el cambio de cárcel está impidiendo que su abogado en Brasil, Fernando Moreira, y su defensor en Chile, Alberto Espinoza, puedan realizar cualquier gestión judicial a favor de Mauricio. En la realidad, el luchador social internacionalista ahora mismo se encuentra en la más completa indefensión legal y a expensas de los caprichos de sus carceleros.

EL GOBIERNO CHILENO CALLA
Por su parte, el gobierno chileno de la Nueva Mayoría, se comprometió por iniciativa propia a responder a un conjunto de demandas sobre las condiciones de presidio para esclavos en el que se encuentra Hernández Norambuena. Sin embargo, esa respuesta que debió haberse efectuado hace un mes, se ha esfumado en medio del silencio de La Moneda.

En este sentido, la familia de Mauricio Hernández y la coordinadora nacional de solidaridad por su libertad, se manifestaron altamente preocupadas por la vida del imputado, esta vez, no sólo por el traslado intempestivo del que fue objeto, sino también por el enrarecido clima político por el que atraviesa el gobierno democrático de la Presidenta Dilma Rousseff ante la ofensiva golpista que apremia a su administración y al pueblo brasileño, y a las inciertas repercusiones que podrían afectar a Mauricio. No es un misterio para nadie que de llegar a tener éxito un “golpe blando” por la derecha más dura de Brasil, ello significará no únicamente un ajuste estructural en contra de la población mayoritaria del gigante latinoamericano, sino también la represión y una batería de medidas antipopulares de las cuales no están exentos los prisioneros políticos, más todavía si su origen es extranjero. Al respecto, la solidaridad chilena con Hernández Norambuena y su familia han redoblado su solicitud al gobierno de Michelle Bachelet para que acelere los trámites de extradición al país andino del cautivo luchador social.

LA SOLIDARIDAD EN ACCIÓN
Mientras tanto, en Chile la ampliación de la solidaridad con la causa de la libertad de Mauricio Hernández no se ha hecho esperar. Es así que numerosas personalidades y agrupaciones han firmado una carta de apoyo a la liberación del prisionero político, y como mínimo su extradición inmediata a Chile. Entre los adherentes se encuentra la Confederación de Estudiantes de las Universidades de Chile (Confech); Tomás Moulian, Sociólogo, académico y Premio Nacional de Ciencias Sociales 2015;  Gabriel Salazar, Historiador y académico, Premio Nacional de Historia 2006; Juan Pablo Cárdenas, Periodista, académico, Premio Nacional de Periodismo 2005; Gabriel Boric, ex dirigente estudiantil y Presidente de la Fech, actual Diputado de la República; Alberto Mayol, Sociólogo y académico; Alicia Lira Matus, Presidenta Agrupación de Familiares de Ejecutados Políticos (AFEP); Cristián Cuevas, dirigente social; Carmen Soria, de profesión ciudadana; Pablo Salas, realizador audiovisual; Víctor Hugo Robles (El Ché de los Gays), periodista y activista social; entre muchas y muchos otros.

Las y los solidarios señalan en la carta dirigida a la Presidenta Dilma Rousseff que “declaramos ante Usted y el mundo que somos personas de reconocida trayectoria con el compromiso y defensa de los derechos humanos en Chile y América Latina. Se trata de un deber superior que reafirmamos, tanto en el oscuro pasado de las dictaduras militares que asolaron a Chile, Brasil y al resto del Continente, como en la actualidad, ante cualquier vulneración de los derechos y principios fundamentales que originaron la Declaración Universal de los Derechos Humanos y demás Pactos y Convenciones regionales. Nuestra convicción ética demanda la alerta y vigilancia permanente de los respectivos Estados y sus ciudadanos. Sobre todo si en los hechos se transgreden y naturalizan gravemente.”.


Asimismo, añaden que “hoy nos conmueve que Mauricio Hernández Norambuena (un compatriota y luchador social de nacionalidad chilena, que en el pasado reciente fue un dirigente y luchador consecuente con el ideario de la emancipación latinoamericana, la democracia y la justicia social, y que combatió resueltamente a la dictadura de Pinochet en Chile) ahora se encuentre privado de libertad en tierras lejanas. Y nos resulta todavía más preocupante que Mauricio Hernández Norambuena sufra una pena carcelaria, a nuestro juicio, absolutamente desproporcionada. (…) nos sorprende el silencio cómplice de los sucesivos gobiernos democráticos, tanto en Chile como en su país, Brasil, los que no han realizado ningún pronunciamiento humanitario que vaya en el sentido de atenuar o anular el drástico castigo de 30 años de privación de libertad en contra de Mauricio. Esa pena salió de los Tribunales de Justicia brasileños que jamás consideraron que el chileno era un dirigente político asumiendo, por tanto, tareas políticas. Mauricio Hernández Norambuena, de nacionalidad chilena, tiene 58 años de edad. Es un reconocido militante de izquierda y ex combatiente del Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR), agrupación política y militar antifascista que desplegó su política revolucionaria, sobre todo, en tiempos de la dictadura pinochetista (años ’80) y hasta fines de los años ’90, período en que aún el dictador Pinochet ostentaba muy campante el cargo de Comandante en Jefe del Ejército chileno. Mauricio es un luchador político y social Internacionalista. Al igual que los personajes independentistas del colonialismo y cuyos nombres llenan con victoriosa justicia las calles y plazas de toda América Latina. Mauricio Hernández fue detenido en Brasil en 2002 y condenado a 30 años de presidio. Desde su detención ha sido confinado a distintos recintos carcelarios brasileños, y mantenido bajo un “Régimen Disciplinar Diferenciado” (RDD). Semejante cautiverio ha impactado significativamente en su salud y ya comienza a manifestar secuelas y dolencias físicas, las cuales fueron constatadas en visita por la Cónsul de Chile en Brasil en el 2015. Es por ello que consideramos que el mencionado “Régimen Disciplinar Diferenciado” (RDD), al cual ha sido sometido por 14 años, constituye una doble represalia, toda vez que ese tipo de confinamiento significa sobrevivir en una virtual cárcel de exterminio, con habituales tratos crueles e inhumanos, y constitutivos de agravio a los derechos esenciales de su persona, a pesar de estar ya condenado.”.

Frente a semejantes circunstancias, las personalidades y organizaciones que suscriben la misiva a la mandataria brasileña, indican que “consideramos respetuosamente su alta magistratura, su sensibilidad social y humana demostrada hoy en su gobierno, como en el pasado al comprometerse en la lucha inclaudicable en contra de la dictadura militar que golpeó criminalmente al pueblo hermano de Brasil en los años ‘60 y ‘70, y en donde Usted también sufrió la persecución política, la tortura y el encarcelamiento. Que,  el Gobierno Federativo del Brasil  ha rubricado los Tratados y Pactos Internacionales para rescatar, fomentar y defender los derechos humanos en Brasil, Chile, Latinoamérica y el mundo, tales como el Tratado de derechos individuales, colectivos y comerciales del MERCOSUR, donde su país es actor fundamental y Chile es un país asociado;  el Pacto Interamericano de derechos humanos suscrito en San José de Costa Rica; la Declaración de derechos humanos suscrita ante las Naciones Unidas; y finalmente, los diversos tratados bilaterales y recíprocos entre la República Federativa del Brasil y la República de Chile, donde se señalan expresamente los derechos y deberes de los Estados cuando se trata de proteger los derechos individuales e integridad física y psicológica de todos(as) los ciudadanos de ambos países, sin discriminación de pensamiento, raza y/o credo religioso, aun cuando uno de los suyos esté privado de libertad. Los acuerdos incluyen el intercambio de reos o prisioneros privados de libertad con el fin de que sus penas sean cumplidas en el país natal. Al respecto, existen precedentes jurídicos, como es el caso de la psicóloga brasileña Tania Cordeiro en los años ‘90.”.

Finalmente, la solidaridad humana con Hernández Norambuena sintetizada en carta, apunta que “Solicitamos Sra. Presidenta que se adopten las medidas humanitarias, políticas y administrativas necesarias para la pronta libertad de nuestro familiar, amigo y compañero Mauricio Hernández Norambuena, a través de cualquier figura jurídica que vaya en su beneficio. Solicitamos Sra. Presidenta que se adopten de inmediato las medidas humanitarias mínimas e indispensables que constaten “in situ” las condiciones físicas y psicológicas en que se encuentra Mauricio, tales como, permitir el ingreso de un Doctor(a) en Medicina de absoluta confianza de la familia Hernández Norambuena. Desgraciadamente esta última solicitud ha sido negada de manera sistemática por el recinto carcelario donde permanece recluido Mauricio. Solicitamos Sra. Presidenta el término inmediato del Régimen Disciplinar Diferencial (RDD) aplicado desde hace 14 años. Así también, que se restituyan los derechos inherentes a su condición humana y se le permita el acceso a los beneficios de cumplimiento alternativo de las penas que debieron haberse aplicado al cumplir 1/6 de su condena (esto es, a los 5 años de presidio). Solicitamos Sra. Presidenta la transferencia inmediata (vía extradición o mediante cualquier otra fórmula jurídica de derecho de los prisioneros) de nuestro compatriota Mauricio Hernández Norambuena a su país natal, Chile, para que así pueda cumplir el resto de su pena cerca de su familia, amigos y demás compatriotas. O gestionar la “expulsión” de Mauricio Hernández del territorio brasileño, contemplando la acogida, solidaridad, asilo y/o refugio político en un tercer país que se abra a esa posibilidad, de común acuerdo de las partes.”.

EL FUTURO ESTÁ LLENO DE MEMORIA
La campaña de solidaridad organizada por la coordinadora chilena por la libertad de Mauricio ha contemplado colosales pintadas y murales, acciones públicas, conversatorios y el video-testimonio del realizador audiovisual chileno, Antonio Vargas, llamado “Fragmentos de una Injusticia” (https://youtu.be/dpnoJu01Rb4); y ya están en diseño nuevas y diversas expresiones de apoyo, tanto en Santiago, como en las principales ciudades de Chile.

La memoria de los pueblos es igual y lo mismo que su historia. Y la historia consiste en el desenvolvimiento de la realidad y la verdad. Por eso los carceleros de la memoria, los que silencian o trastocan la historia a su amaño, lo que hacen es destruir la posibilidad de saber la verdad. Mauricio Hernández Norambuena, hijo de los intereses históricos de su pueblo, por voluntad y convicción, abrazó el peligro superior cuando fue la hora de enfrentar a la dictadura más cruenta conocida en el devenir de toda la vida de Chile.

Muchas/os son los que hoy se acomodan en el mobiliario suntuoso del poder, vanagloriándose del retorno de los gobiernos civiles y la democracia representativa en Chile. Mientras ellas/os hacían la siesta cuando campeaba el espanto de la tiranía, Mauricio arriesgaba la existencia junto a tantas/os que ya no están y otras/as que continúan acariciando un país donde predominen la libertad, la igualdad y la fraternidad entre los seres humanos. Mauricio honró y honra con su conducta lo más noble de los pueblos que hay en Chile. Su nombre descompuso la sonrisa rabiosa e inhumana del fascismo. ¿Su cautiverio infame es la venganza de los que anegaron en sangre a Chile y, lo que es peor, también es producto del olvido conveniente y cómplice de quienes hasta hace un cuarto de siglo hacían gárgaras en contra de la dictadura y hoy gozan de las prebendas de una democracia secuestrada?
Aquí abajo, la inmensa mayoría, los jóvenes, las mujeres, los empobrecidos, los mapuche y los trabajadores asalariados, no hemos perdido ni un gramo de memoria. Con Mauricio somos la historia que fue en el combate, que es en la solidaridad y resistencia actuales, y que será el material sensible con que se forjará la madera brillante del porvenir.

FUENTE: Andrés Figueroa Cornejo

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