Las tareas de los Estudiantes Revolucionarios. El avance de la Juventud Popular
Por Bandera Rojinegra.
A modo de introducción, para contextualizarse un poco
Es
innegable para cualquier persona común y corriente, pasando por la
vecina más choriza del pasaje, hasta por el más mateo y ñoño del curso,
que nos encontramos sumergidos en un fenómeno de malestar social que
altera, aunque sea solo un poco, la percepción que se tiene con respecto
a la sociedad y su orden. Este desorden que se percibe, no es porque la
viejita o el cabro lo vean en la tele o lean en los diarios, CLARAMENTE
NO, la percepción ha cambiado pues ahora, luego de casi 20 años de
dictadura y de mas de 20 años de la bendita democracia, las injusticias y
la explotación golpean todos los días las puertas de los que
esperanzados esperan que algún día, un pedazo de la torta de los
poderosos caiga entre nosotros, entre los que no nos tocó nacer en un
barrio acomodado, ni nacer con el apellido bajo el brazo como garante de
riqueza. Son casi 40 años de frustración e impaciencia, que se reflejan a
diario en el cansancio matutino, en la micro llena o el metro apretado,
que para más remate nos sale un ojo de la cara; se refleja en el
descrestarse diario para poder parar la olla; en la agobiante cuenta de
fin de mes, llena de números que no son más que sinónimos de amenaza y
preocupación; en el pensar diario, que está mal el tener que pagar y
endeudarse por todo, el deseo de mandar a todos estos cabrones al carajo
de una buena vez.
Es
cierto, las cosas avanzan en ese sentido, se acumula rabia y malestar,
pero no hay que confundir ni marearse con respecto al real avance de las
masas y la gente.
Está
claro que nos encontramos frente a un alza en la lucha que desarrollan
las masas, en número y en calidad, pero que no ha logrado despegar hacia
lo que los revolucionarios esperaríamos de un proceso de
movilizaciones, una lucha política que amenace el poder de los ricos en
contraposición de un proyecto clasista y combativo. Mas bien, esta alza
en las luchas es de tipo reivindicativa, producto de demandas concretas
de tipo económica, ecológica o cultural; esta lucha va acercando de a
poco a las demandas, a la muralla que representa la legalidad suscrita y
aprobada por los burgueses, cualquier tipo de expresión o necesidad
legítima que se escape de sus marcos será suprimida por la fuerza, o
bien ignorada.
Producto
de lo anterior, es que ciertos sectores han logrado darse cuenta de
que, la histórica consigna toma cuerpo hoy: “solo la lucha nos da lo
que la ley nos niega”.
Esta alza en las luchas se inicia principalmente
durante las movilizaciones en contra de Hidroaysén, continuando con las
luchas de los estudiantes en las calles y su fuerte organización en las
asambleas, paros y marchas durante el 2011, la ola de conflictos locales
(Calama, Freirina, La Ligua,
Putaendo, Dichato, Aysén, etc.), y la cruda lucha del pueblo Mapuche en
contra del Estado y la usurpación de sus tierras ancestrales.
¿Cómo
entendemos entonces que, frente a tantas luchas que se desarrollan,
frente a tanta injusticia y explotación no se esté dando vuelta la
tortilla?
A
grandes rasgos y de manera general podríamos definir dos grandes
fenómenos que nos hacen andar aun con los ojos tapados y medios sordos
frente a todo. Primero es la clara y gran influencia que tienen las
ideas de la burguesía en la sociedad en su conjunto, que se expresan a
través de la educación que recibimos en las escuelas y universidades, o
en los medios de comunicación oficiales; podríamos seguir planas y
planas describiendo como su ideología nos atonta y enajena, pero no es
ese el objetivo de estas líneas.
En
segunda instancia, está la falta de un conductor de todas las luchas y
el sentir popular, un referente: el partido de la vanguardia de la
clase obrera, el partido revolucionario, capaz de agrupar y dar
conducción política a la lucha de los trabajadores y el pueblo para su
liberación, el partido formado por los mejores hijos del pueblo,
constructores, creativos, combatientes, capaces de sembrar semillas de
revolución en cualquier territorio, a la espera de algún día poder
cosechar todas las victorias que nos lleven al triunfo final.
Las luchas actuales y el quien es quien.
Falta
mucha tela por cortar aun con respecto al tema anterior, pero no es
nuestro objetivo el ahuyentarlo señor lector con las lamentaciones sobre
lo mal que está nuestro mundo, mas bien, la idea es sacar tareas y
objetivos concretos frente a las luchas que desarrollamos hoy, en la
actualidad, en el ir y venir cotidiano de nuestros compañeros en la
población, en la faena, en la oficia o en la sala de clases. Pero para
eso, se hace necesario primero describir que es lo que pasa en la
actualidad con las luchas que se están desarrollando, luchas que
principalmente nos llevan a la arena del conflicto estudiantil.
El
gobierno ya hizo su pega y la hizo bien. Instaló los temas que quería
instalar en el tapete ignorando por completo las posiciones de los
estudiantes que pedían educación gratuita, y llevando la pelea a su
estadio con su público: a las oficinas ministeriales y al parlamento,
tirando voladeros de luces como la centralidad del tema, engrupiéndonos
que en la importancia del rechazo o aprobación de la reforma tributaria
está la matriz de este conflicto. Como si el Estado, herramienta de
opresión de una clase por sobre otra, fuera a solucionar los mismos
problemas del Estado, derribando uno de los principales pilares de la
burguesía y el bloque en el poder: el lucro en la educación.
El
gobierno ya hizo su pega porque nos dividió, instaló su programa de
discusión y tomó la iniciativa, frente a eso unos reaccionaron
enérgicamente buscando apoyo en el parlamento, llamando a sacarlos del
poder mediante las elecciones, etc. Otros, los menos, seguimos
resistiéndonos y seguimos apostando a que la lucha está fuera del
parlamento y las oficinas ministeriales, la lucha está en la calle. Nos
dividió y nos sigue dividiendo, pues mientras algunos creemos que todas
las formas de lucha son válidas en contra de este sistema cabrón, otros,
lacayos de la social democracia y la concertación, hacen llamados para
que los encapuchados no asistan a las marchas. ¿Qué hueon mas grande
no?
Nuestros
compañeros secundarios sin duda han dado un ejemplo de bravura,
volvieron a demostrarnos que son los más chorizos combativos y que no
tienen miedo a perder el año o a que los desalojen de sus liceos una,
dos o diez veces. Han vuelto a instalar la idea de que la lucha por la
educación gratuita se gana luchando, y no con pajas de foros y
reacciones puntuales a las acciones del gobierno al estilo UNE. Sin
embargo lo anterior, es necesario develar y tener algunas
precauciones frente al análisis. Es cierto, los secundarios avanzan,
¿pero que construyen?
Por un lado la CONES
y su conducción reformista del PC, se han preocupado de reventar el
conflicto a más no poder, pensando en las elecciones que se avecinan y
dándole como bombo en fiesta a las autoridades municipales, no se trata
de defender al perro Zalaquett ni mucho menos, pero si es necesario
tener la precaución de que es sólo un mono, no es el que la lleva en
este cuento, ni la llevará. La CONES
tan solo está cumpliendo con sacar a la calle todas las fuerzas
posibles que permitan desgastar y mantener la pasividad de las masas
durante el mes de octubre, no sería gracia para el PC ver amenazada su
alianza y amistad con los traidores de la concertación.
La ACES
sí ha demostrado una posición política mucho más clara, han demostrado
ser más astutos, y sobre todo, con una posición política abiertamente
antisistémica, no existe el miedo en llamar a funar y boicotear las
elecciones, no existe el miedo en llamar a los cerdos por su nombre. La ACES es una herramienta clasista de lucha, sí, sin duda, es abiertamente anti sistémica, sí, sin duda, pero los compas de la ACES
no construyen. No existe suficiente construcción de base en las
asambleas de los colegios, y si bien esto no es algo que acomode, la ACES
se acostumbró a ser UN COLECTIVO por sobre una asamblea, donde los
participantes no van en representación de sus liceos o colegios, van en
nombre de piños y grupos políticos. Sin lugar a dudas “el factor Eloísa
González” no ha pasado desapercibido, por lo mismo que La Tercera y La Segunda le han dado tan duro a la ACES, pero este factor no es relevante por lo parada y clara en sus ideas que es la compañera, mas bien es porque la ACES
representa para el bloque en el poder, un estorbo menor con su proyecto
antisistémico, pero no una amenaza mayor que implique un despliegue de
fuerzas mayor o una intervención cuática. Por mas reiterativo que esto
pueda sonar, es necesario volver a destacar: los compañeros de la ACES no están acumulando o creciendo pensando en un proyecto mayor.
En el caso de la CONFECH,
difícil es lograr sacar algo en limpio en semejante cumpleaños de
monos. Los tres tercios que se disputan la conducción al interior han
terminado dando la razón a la UNE
y su política de contención. Por un lado el PC y la concertación
disfrutan de las cuotas de poder obtenidas durante el año pasado, que
tienen a la Vallejos
con un pie en el parlamento, y que sonríen con las concesiones
entregadas por el Estado mediante la inscripción automática y el voto
voluntario. Esto porque esta honorable institución republicana no
significa hoy ninguna amenaza a los intereses del capital, ya sea por lo
tibio y reformista de su proyecto o bien por los acuerdos y pactos de
bajo mesa. El PC no hace más que capitalizar “el voto joven” como una
obligación moral para todos aquellos que se movilizaron y se movilizan,
para todos aquellos que quieran cambiar algo.
Detrás
de ellos, y como una suerte de hermano pequeño zarpao (por mas que
quieran despegarse de ese papel) están los ciudadanistas de la UNE
y el Igualdad, que con sus ropajes de revolucionarios e ideas
reformistas, no tienen miedo en posar junto al PC en una foto en
Venezuela en preparación a un encuentro con Chávez. Si existe rivalidad
hoy entre el Igualdad y el PC, no es mayormente por sus distancias o
diferencias políticas, es más bien por la disputa que puede surgir en
los espacios municipales. Los compañeros de la UNE
han levantado una política de movilización, que mas desmoviliza que
convoca, no han encerrado en los foros y auditorios, esta claro que
estas instancias no están demás, pero tampoco puede ser la centralidad
de nuestra construcción.
De
manera interesante, el grupo auto denominado SINFECH ha logrado
articularse en torno a políticas comunes, en torno a apuesta comunes,
pero que lamentablemente hoy no pasan mas allá de lo que es ser una
oposición activa a la hegemonía que posee la UNE
dentro del CONFECH. No se pueden desconocer las intenciones y el
trabajo realizado por los compañeros de esta agrupación de piños y
colectivos independientes, sin embargo siguen la misma lógica que ha
seguido todo el CONFECH durante el primer semestre, responder al amén
del gobierno, llevar “sin querer queriendo” la lucha al parlamento; es
destacable sí, su intento de colocar en las asambleas y en las carreras,
le necesidad de avanzar hacia nuevos estados de lucha, iniciativa que
deberá ser releída y revisada, pues es innegable que aun en las carreras
y sus asambleas, pesa la resaca de las movilizaciones del 2011, y es
que, el universitario, un tanto mas amarillo y cagón que el secundario,
no esta dispuesto a sacrificar un año o un ramo.
La
situación es compleja pues, por más acciones que veamos impulsadas por
los universitarios (toma de los seremis, banderazos del costanera
center, tomar casa central Uch), estas no son más que acciones factuales
realizadas por grupos, piños o colectivos, que en casi ningún caso,
representan la acción organizada de las bases, de las asambleas.
Las tareas de los revolucionarios.
¿En
que debemos diferenciarnos los revolucionarios a la hora de desarrollar
nuestra política? ¿Cuál debe ser nuestra apuesta? ¿Cuál debe ser nuestra
tarea?
La
revolución, no la realizarán los estudiantes desde sus tomas, pues la
lucha por la educación NO es LA lucha por la transformación de esta
sociedad, con educación estatal y gratuita el capital seguirá
funcionando igual, eso está claro. La lucha por la revolución será
conducida y desarrollada en su mayoría por los trabajadores, los únicos
capaces de colocar en jaque este sistema, paralizando la producción,
desarrollando el poder popular desde las fábricas y empresas, desde las
poblaciones y espacios territoriales, un poder que debe ser capaz de
enfrentarse al poder de los ricos; el poder que desarrollen los
trabajadores será un poder clasista y combativo. Pero frente a eso,
¿Cuál es el rol de los estudiantes?.
No se
trata de desmerecer las luchas que hemos desarrollado durante estos
últimos años, son luchas necesarias y justas, sin lugar a dudas, pero es
necesario definir cual es el rol que ocupa el estudiante en la
revolución: SOMOS LA FUERZA AUXILIAR DEL PROLETARIADO.
Por
tanto, nuestras capacidades y luchas no deben apuntar a objetivos
postmodernos educacionales, ni ha creer que desde las salas haremos la
revolución, sino que a fortalecer la lucha revolucionaria por el poder
de los trabajadores. No estamos descubriendo el agua, está claro, pero
es que esta concepción nos deja una tarea concreta para el hoy, respecto
de las actuales movilizaciones que se van desarrollando: La acumulación
de fuerzas que desarrollemos en nuestros espacios debe ir más allá de
juntar a acumular en post de fortalecer la asamblea, el piño, la brigada
o el coleto, nuestra acumulación de fuerzas será revolucionaria, cuando
los compañeros que se nos unen, y nosotros mismos, seamos capaces de
entender que esta lucha no termina hasta vencer, y que puede que mañana
se termine el liceo o la u, pero la lucha continua en el sindicato, la
lucha continua en la población, la lucha continua transmitiendo
experiencias.
La
acumulación de fuerza social revolucionaria es la principal tarea de los
jóvenes revolucionarios del hoy, somos nosotros los que estamos
sembrando para cosechar victorias, es hora de capitalizar los esfuerzos
del año pasado y el presente, y transformar a la masa social crítica, en
cabros y cabras militantes, constructores, combativos y clasistas. Ese
debe ser nuestro aporte a la lucha hoy, esa debe ser nuestra carta. Este
es nuestro aporte, para que los trabajadores lleguen al poder.
Luchamos y lucharemos, hasta vencer o morir.
Construyendo Fuerza Social Revolucionaria, pavimentamos el camino a la victoria.
Tomado de: Bandera Rojinegra
Radio Popular Enrique Torres
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