Jueves, 08 de Noviembre de 2012 11:00 Agencias- Clarín
En
un ambiente marcado por nuevas protestas y la aprobación de más medidas
de austeridad, Grecia corre el riesgo de caer en una guerra civil, si
el Gobierno no sigue el ejemplo de Islandia y declaran un impago de la
deuda externa.
Así
lo declaró a RT el periodista Charlie McGrath, subrayando que la única
salida para Grecia es admitir la bancarrota y empezar de nuevo, desde
cero. "La salud financiera no va a cambiar en el país hasta que se den
cuenta de que están en default, que están en quiebra y les digan a los
bancos que tienen su deuda y a la Unión Europea y al BCE que van a
anunciar un default", destacó el periodista.
Charlie
McGrath opinó que el plan de austeridad no ayudará a evitar el colapso
económico en Grecia y solo generaría una ola de violencia peor de la que
vemos ahora. El Parlamento de Grecia ratificó este miércoles el
presupuesto para el período 2013-2016, que prevé una reducción de 13.500
millones de euros a cambio de otro tramo de ayuda de la UE y del FMI.
Debido
a nueva ola de recortes –opinó el experto- la gente seguirá perdiendo
la esperanza. "¿En qué más puede desembocar todo esto si no en una
guerra civil?", destacó. "Es lo que pasa cuando existe un asalto a la
soberanía de las naciones…La Comisión Europea, el Banco Central Europeo y
el Fondo Monetario Internacional están tratando de ser el Gobierno de
Europa, de la zona euro", concluyó.
Los
diputados griegos adoptaron el miércoles a última hora de la noche el
nuevo plan de austeridad exigido por la Unión Europea (UE) y el Fondo
Monetario Internacional (FMI) a cambio de asistencia financiera. La
aprobación se dio por votación mínima, pese a las protestas de miles de
personas frente al Parlamento.
Los
griegos protestaron contra el nuevo paquete de rigor que pretende
ahorrar 18 mil millones de euros de aquí a 2016, en el país más afectado
tras la crisis de deuda de la eurozona, que lleva tres años con medidas
de austeridad y cinco de recesión y donde el desempleo rebasa 25.1 por
ciento de la población.
La
aprobación del plan era una condición impuesta por los acreedores
internacionales para reanudar la entrega de ayuda financiera a Grecia,
que sin ella podría caer en cesación de pagos a finales de mes. Los
ministros de Finanzas de la zona euro deben reunirse el 12 de noviembre
para examinar el caso griego y eventualmente autorizar un tramo vital de
préstamos de 31 mil 200 millones de euros congelados desde junio.
La
policía griega arrojó chorros de agua contra los manifestantes que
lanzaban bombas molotov frente al Parlamento, durante la mayor
manifestación registrada en un año contra los recortes de gastos para
evitar la bancarrota.
A
pesar de la lluvia, casi 100 mil manifestantes, algunos coreando
¡Peleen!¡Les están chupando la sangre!, llenaron la plaza y calles
aledañas mientras los parlamentarios debatían los impopulares recortes
de presupuesto y reformas laborales.
Los
diputados griegos votaron presionados por los manifestantes. La tensión
se sintió tanto fuera de la cámara, cuando un grupo de unos 300
encapuchados dispararon proyectiles y lanzaron bombas molotov contra la
policía, como dentro, cuando un incidente en la sesión interrumpió el
debate.
Las
medidas, contenidas en un solo artículo de 400 páginas, plantean el
recorte de los sueldos más altos de funcionarios, desde el jefe del
estado mayor del Ejército hasta los profesores de universidad, pasando
por policías, bomberos y jueces, que este miércoles tacharon la medida
de inconstitucional e ilegal. Los sueldos de los diputados, en cambio,
se mantienen.
También
se prevé un aumento de la edad de jubilación de 65 a 67 años, recortes
en las pensiones de más de mil euros mensuales, la partida de miles de
funcionarios, una mayor desregulación del mercado laboral, que incluye
el abaratamiento y facilitación de despidos, la apertura a la
competencia de profesiones protegidas y aumentos de impuestos sobre el
gas y el tabaco.
La
violencia estalló cuando un puñado de manifestantes intentó sobrepasar
una barricada para entrar en el Parlamento, a lo que las fuerzas
antidisturbios respondieron con gases lacrimógenos, bombas de humo y,
por primera vez en una protesta contra la austeridad, chorros de agua.
Al menos 35 personas fueron detenidas y no hubo reportes de heridos de
importancia, según reportes de la policía.
El
caos se extendió al interior de la asamblea, donde la sesión se vio
brevemente interrumpida cuando los trabajadores del Parlamento hicieron
huelga en protesta por un cláusula que habría recortado sus salarios. En
un humillante cambio de opinión, el gobierno se vio obligado a cancelar
la medida para permitir el reinicio de la sesión.
El
gobierno logró 153 votos en el Parlamento de 300 escaños, y el partido
conservador Nueva Democracia y el socialista Pasok expulsaron a siete
diputados de sus bancas por no apoyar la votación.
Toda
la oposición, 128 diputados de los 299 presentes, votó en contra. El
paquete de recortes es precursor de la ley de presupuesto 2013, que el
gobierno espera que se apruebe el domingo.
Hemos
dado un paso determinante y optimista hacia la recuperación, declaró el
primer ministro conservador Antonis Samaras al salir de la cámara,
previendo que la votación del presupuesto 2013, programada el domingo,
se aprobará sin problemas.
Convocados
por los principales sindicatos y por la oposición de izquierda radical y
comunista, más de 70 mil manifestantes según la policía –casi 100 mil,
según los medios–, se reunieron a finales de la tarde ante el Parlamento
para protestar contra este nuevo plan de ajuste.
La
capital griega se vio paralizada el martes y miércoles a causa del paro
general, aunque el metro volvió a funcionar esta tarde para que los
manifestantes pudieran movilizarse. Los transportes marítimos y aéreos
estuvieron perturbados. El sector sanitario también se vio afectado, con
las farmacias cerradas y los hospitales funcionando a mínimos. También
se sintió el paro en algunos bancos, en la justicia y las
administraciones locales, mientras en las calles se observaba la
acumulación de basura.
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