Las instituciones no
tienen legitimidad para educar a las nuevas generaciones en beneficio de un
mercado capitalista, enfocado al consumo, la competencia, la violencia y el
individualismo. Obsesionadas en deshumanizar a la persona, reducen la actividad
del aprendizaje a la memorización, la repetición, la rutina y la evaluación.
El sistema educativo
estatal es el principal aparato de adoctrinamiento de la sociedad. La premisa
es que la educación es una mercancía más y no un derecho humano fundamental.
Además de rebelarnos
frente al sometimiento de la infancia ante las instituciones educativas
imperantes, debemos practicar el derecho al aprendizaje continuo a lo largo de
toda la vida, sin tener que asumir pagar el precio que las instituciones
públicas o privadas, encargadas de la enseñanza imponen.
Compartamos el
conocimiento y aprendamos a crear iniciativas autogestionarias, para defender
las potencialidades humanas que el sistema busca aniquilar.
Iniciativas de
educación libre
Las escuelas libres y
las experiencias educativas diversas surgidas en comunidades, centros
socioculturales o a menudo también de iniciativas promovidas por las familias,
nacen con la voluntad de estimular el crecimiento integral de la persona y
fomentar su plena autonomía.
En la base de las
prácticas educativas libres se encuentran la expresión libre, la estimulación a
través de todos los sentidos, la experimentación y la creación conjunta,
fomentando así la libertad personal y colectiva. Las múltiples líneas
pedagógicas existentes muestran la diversidad de matices en sus prácticas. Así,
podemos encontrar el método Montessori, la pedagogía libertaria, el método
intuitivo de Pestalozzi, la educación popular, entre muchas otras que pueden
reinventarse o aflorar con la experiencia.
Existen diversas
iniciativas en este sentido. Algunos ejemplos son las Xarxes d’Intercanvis de
Catalunya (XIC) que funcionan en Catalunya, como en otras partes del mundo,
donde las personas participantes ofrecen y reciben conocimientos, potenciando
el intercambio relacional y la cooperación comunitaria. Otro ejemplo en
Catalunya es la Xarxa d’Educació Lliure (XELL) que acoge y relaciona muchas
iniciativas y proyectos de educación libre. A nivel estatal existe la
asociación Otra Escuela Es Posible, la Asociación Libre Educación o el
Colectivo de Educación Libre (CEL) que tratan de vincular a personas y
colectivos que desarrollan modelos alternativos a la educación oficial.
Las necesidades de
investigar, conocer y aprender están presentes a lo largo del ciclo vital, por
esto diversos proyectos se enfocan para dar la oportunidad de acceder al
conocimiento a todas las personas, sin ninguna condición más que el interés en
aprender y el deseo de hacer crecer la curiosidad y la imaginación. Las
universidades libres surgen en este contexto y, además de proporcionar los
contenidos, dotan a la sociedad de herramientas que facilitan su liberación.
Nos hace falta
encontrar la manera de coordinar estas iniciativas para establecer de manera
sólida las bases del sistema educativo que queremos.
Hacia un sistema
educativo autogestionado: Oficinas de educación y espacios de aprendizaje
colectivo
Establecer la
descripción específica de cada iniciativa sería un primer paso para catalogar
la información y así facilitar el acceso a todas las personas interesadas en la
educación libre. Para hacer posible la actualización constante de recursos, la
Cooperativa integral Catalana, propone la creación de Oficinas de Educación,
tanto físicas como virtuales. Con el objetivo de permitir un marco descriptivo
común para los diferentes proyectos, se diseñarán formularios donde recoger la
información de las particularidades de cada proyecto y de cada actividad
educativa o pedagógica. Toda la información recopilada estará disponible y
actualizada en una página web de fácil acceso.
El acompañamiento
personalizado será facilitado por personas que a partir de la visión holística
del conjunto de iniciativas, acompañarán y asesorarán a personas, familias y
colectivos interesadas en participar en los diferentes proyectos, a partir de
vínculos de confianza y apoyo, respetando las particularidades y favoreciendo
el desarrollo de las potencialidades y los intereses personales.
Las oficinas de
educación promoverán la creación de nuevas iniciativas, fomentando las
sinergias entre personas y colectivos que compartan intereses comunes.
Como modelo
organizativo se podrán replicar y constituir en cualquier territorio,
facilitando así los vínculos en el entorno local y garantizando la autonomía y
a la autogestión de cada una, contando siempre con el apoyo de toda la red de
proyectos activos.
La red educativa de la
que hablamos la constituyen ya informalmente, el conjunto de proyectos,
escuelas libres, bibliotecas sociales, universidades libres y todas las
iniciativas que conocemos.
El aprendizaje
autónomo y autodidacta se enriquece exponencialmente si se da en un marco
colectivo. Por ello es importante facilitar la creación de estos espacios de
aprendizaje colectivo, abiertos y autogestionados, donde el procomún pueda
expandirse. Para facilitar el proceso de crecimiento y creación de nuevos
espacios, personas facilitadoras cumplirían la función de asumir la
dinamización y el contacto entre personas, grupos, colectivos y comunidades que
puedan desarrollar nuevos proyectos.
Puesto que es de
prever que no contaremos con recursos estatales, y dado que queremos mantener
la educación como derecho inalienable, es imprescindible poner en práctica un
nuevo modelo de autogestión comunitaria, donde todo el entorno colabore para
que la sostenibilidad de los espacios educativos no dependan sólo de las
aportaciones económicas de las familias, sino del compromiso y apoyo mutuo de
todos los vecinos… El propio profesional de la educación, deberá asumir su
compromiso con un nuevo modelo económico integral, es decir, que se desprenda
progresivamente de parte de las necesidades materiales vinculadas a la moneda
oficial, y que el intercambio, las monedas sociales y la economía comunitaria,
vayan incorporándose a su forma de vida.
Es nuestra
responsabilidad trabajar para construir y desarrollar de manera conjunta un
sistema educativo libre, abierto y accesible a todas las personas. Este es
necesario e indispensable para el desarrollo integral de la sociedad que
queremos.
La protección legal,
un reto para el movimiento de educación libre
La tarea de liberación
y ruptura con el sistema educativo dominante no es sencilla. A partir de los
seis años de edad, las alternativas educativas que no estan bajo la normativa
de las escuelas ordinarias, entran en una situación de vacio legal, ante la
cual, habitualmente no hay respuesta gubernativa, pero nada nos asegura que no
puedan ser perseguidas o controladas. Ante esto, hay diferentes estrategias que
permiten afrontar estos riesgos legales, defendiendo el derecho por parte de
las familias a escoger la educación de sus hijas e hijos. Algunas opciones
podrían ser la creación de cooperativas de educación o el reconocimiento legal
mediante escuelas a distancia. Un ejemplo es el caso de Clonlara School o
Epysteme, que proporcionan certificaciones académicas a las familias que
quieren educar sus hijos e hijas en casa o en los proyectos educativos
alternativos, de forma distinta a la escolarización presencial.
En cualquier caso, la
mejor defensa que podemos tener es el apoyo mutuo y autoorganización entre
todas las personas que creemos en el derecho a la no escolarización por las
vías que marca el estado. Por ello llamamos a hacer frente de forma coordinada
a los casos de persecución educativa que se puedan generar. Ecoportal.net
Lucha universitaria:
autogestión para ir más allá de las movilizaciones
La pérdida de calidad
de los centros universitarios y su progresiva privatización, son tendencias de
ámbito global. En muchos países, las movilizaciones
de estudiantes y trabajadores, han vivido intensos ciclos de luchas, pero a
vista de pájaro podemos concluir que las victorias han sido pírricas. La
táctica del desgaste suele jugar en contra y sólo un cambio de estrategia puede
generar una tendencia para tener posibilidades reales de cambiar el estado de
las cosas. El nopago organizado de la matrícula universitaria puede ser la
forma de acumular fuerzas, puesto que el ceder al pago de las tasas significa
aceptar tácitamente el status quo. La autogestión de los centros universitarios
es un imaginario que debemos generar y extender, el cual puede encontrar en la
derivación de recursos, originada por la insumisión al pago de las tasas, la
forma de autofinanciar la construcción de una universidad pública desde abajo y
al margen del estado. Hay que perder el miedo a no recibir títulos
universitarios. Sólo siendo desobedientes ante medidas de control social como
esas, podremos liberar nuestras mentes.
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