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martes, 9 de abril de 2013

INSTITUTO DE FOMENTO PESQUERO, UNA DEUDA PENDIENTE DEL ESTADO DE CHILE CON LA SOCIEDAD

Después de una larga y compleja operación política,  los grandes
empresarios del sector pesquero,  aliados al poder político del gobierno de
turno y algunos dirigentes gremiales de pesca artesanal; lograron aprobar
en el congreso de Chile la modificación a la Ley General de Pesca y
Acuicultura, conocida como la Ley Longueira;  cuyo objetivo principal es
dar derechos  y certezas jurídicas de largo plazo a los empresarios dueños
de las cuotas de captura de peces; adornada con el discurso no legitimado
en la sociedad, de generar sostenibilidad en las actividades pesqueras y
acuícolas, es decir generar actividades económicas pesqueras y de
acuicultura por muchos años.

Esta cuestión es contradictoria con el grave estado de sobre explotación de
la mayoría de los recursos pesqueros, explotación realizada por  los
industriales pesqueros  y también por pescadores artesanales de mayor
capacidad de captura.   Esta explotación no sostenible, viene ocurriendo
durante décadas; fuertemente acelerada desde la  dictadura de Pinochet,
continuada en los gobiernos de la  concertación y de la actual
administración de Sebastian Piñera.

Pero, ¿que pasó con la institución encargada de dar solución a los
problemas pesqueros, la Subsecretaría de Pesca y Acuicultura?,…poco y nada;
porque su gestión pesquera fue capturada por los intereses económicos y
políticos de los grupos económicos, además de desajenarse de la generación
de reglas de manejo pesquero.   La gestión pesquera del Estado de Chile, a
través de la Subsecretaría de Pesca y Acuicultura,   busca ahora su
purificación, a través de la separación ficticia de lo científico (lo puro)
y lo político (lo impuro); es decir se busca generar un nuevo modelo de
gestión pesquera, con comités científicos hechos a la medida, que
acompañarán el mismo modelo económico rapiña.

¿Y que ha estado sucediendo con el Instituto de Fomento Pesquero?, …sigue
sometiendo  su discurso técnico, su experticia al proyecto político de
turno en la Subsecretaría de Pesca y Acuicultura; es decir también continua
replicando las malas prácticas políticas y este año 2013 con incrementos de
presión política, para su captura por las corporaciones pesqueras privadas.

En otra arista, en este Instituto de Fomento Pesquero se continúan
replicando las malas prácticas políticas, con la designación  arbitraria de
directivos y directores ejecutivos,  sin concurso público, bastando sólo el
apoyo político de los gobernantes de turno.  En cuanto a los trabajadores,
estos no tienen evaluaciones objetivas de desempeño laboral, ni carrera
funcionaria; lo común son las malas practicas anti sindicales, el
caudillismo dirigencial  y directivo, que también potencia la replicación
de malas prácticas laborales.

Los trabajadores del Instituto de Fomento Pesquero exigen la aplicación de
buenas prácticas laborales y sociales, entre ellos y los directivos; sin
despidos arbitrarios como los ocurridos en el mes de Febrero pasado  y la
actual negociación de nuevos despidos, liderada por el nuevo Director
Ejecutivo del IFOP, recientemente designado.

Sin  lugar a dudas, la deuda mayor la tiene el Estado de Chile, al no
reconocer políticamente  a este como el Instituto de Investigación Pesquera
y Acuícola  de Chile, con financiamiento explícito en la ley de
presupuestos de la nación, y con  independencia política para realizar  sus
labores de investigación científica.

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