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viernes, 6 de septiembre de 2013

40 años - La Lucha Continúa!!! (06/09/2013)



Este año se cumplen 40 años del golpe militar del 11 de Septiembre de 1973. Este hecho que marca la historia presente, sucedió como respuesta de la burguesía a un proceso de ascenso permanente de la lucha que las masas de trabajadores desarrollaron, particularmente a partir de finales de los '60. Esta fue la culminazión de un proceso de acumulación de fuerzas populares que se desarrolló a lo largo de 80 años de lucha de clases, de 80 años en donde trabajadores y campesinos desarrollaron diversos procesos de lucha y de acumulación de fuerzas, de construcción de espacios sociales, mancomunales, sindicatos, organizaciones de masas, políticas, revolucionarias y militares.

El golpe militar expresa la necesidad de la burguesía, de los empresarios, de resolver la crisis política que desarrolló a partir de la elección de allende en 1970. El reformismo instalado en el gobierno, intentó cumplir su programa, bajo el asedio de los empresarios, y del imperialismo, recibiendo ataques de distinto carácter, con marchas, bombazos a las torres de electricidad, sabotaje al comercio, a la producción y al transporte. Los empresarios utilizaron todos los medios a su disposición, los legales y los ilegales para combatir al gobierno popular, y ante la agudización del conflicto y al no poder derrocar al gobierno mediante las opciones legales disponibles, y al presentar la UP un gran apoyo de masas, no quedó otra opción que recurrir de manera más decidida a la opción militar.

El reformismo, representado en el gobierno de Allende por Él mismo, por el Partido Comunista y el Partido Socialista, entre otros, nunca tomó una opción decidida de ofensiva en contra de la burguesía, nunca fue capaz de materializar el gran apoyo de masas con que contaba en un proceso de ofensiva político y militar que derrocase verdaderamente el poder burgués, no solo desde el gobierno sino que también desde la conducción de las grandes empresas, de la conducción de la economía en el banco central y en la banca privada, desde la conducción de las fuerzas militares, es decir desde los centros en donde el poder reside realmente. Y no lo hicieron porque su carácter, el carácter del reformismo, y del ciudadanismo es escencialmente burgués, por tanto, respetuoso de las instituciones y de la legalidad vigente, que es  por cierto totalmente burguesa.

Los trabajadores y las masas populares, encabezaron ofensivas decididas y numerosas efectivamente en contraposición a la legalidad burguesa, paradógicamente en defensa del propio gobierno popular que no era capaz de defenderse así mismo. Los trabajadores y las masas populares se tomaron fundos, empresas y comercios; establecieron mecanismos paralelos de distribución de mercancías, desarrollaron una iniciativa que superó rápida y eficazmente a la legalidad y resolvieron, donde existieron, las problemáticas básicas económicas que los aquejaban y avanzaron en su nivel de conciencia a partir de la resolución por sus propias manos de sus necesidades concretas y a partir de acá defendieron el gobierno popular, que de paso les dió la espalda cuando solicitaron el apoyo desde el gobierno central y por tanto la agudización de la lucha de clases apoyada desde las instituciones del gobierno. Numerosos son los ejemplos: El complejo maderero industrial panguipulli, El cordón industrial cerrillos, El cordón industrial vicuña mackena, los comandos comunales, etc.

En este contexto, las organizaciones revolucionarias de la época asumieron la táctica del Poder Popular, no como una invención o creación propia, sino como la correcta interpretación o síntesis de la expresión de lucha que desarrollaban las masas en defensa de sus propios intereses. De esta forma, ya no solo los trabajadores y las masas populares desarrollaban la iniciativa del Poder Popular, sino que también organizaciones revolucionarias impulsaban dicha política a partir de sus esfuerzos de construcción política, orgánica, de masas, de agp y militar.

¿Por que perdimos entonces? Lo primero a señalar, es que la derrota no fue de un partido, ni de un sector en específico, la derrota política y militar de 1973 fue de todo un pueblo, del conjunto de la clase trabajadora, en manos de la burguesía y del imperialismo. Lo segundo, es que como ya señalamos, el reformismo, y por tanto el pensamiento o ideología pequeñoburguesa, predominó y fue hegemónico durante esa época. Correspondientemente, los sectores que desarrollaban la política del Poder Popular, eran minoritarios y su grado de desarrollo e influencia no fue suficiente como para conquistar a la mayoría de los sectores que apoyaban a la Unidad Popular, de forma de haber materializado una verdadera ofensiva política y militar sobre la burguesía. El MIR en una evaluación de su comisión política de diciembre de 1973, señala con claridad, desde la perspectiva de los revolucionarios las causas profundas de la derrota:

“En lo fundamental perdimos la batalla antes, cuando no fuimos capaces de desplazar al reformismo en la conducción del movimiento de masas. (…) No podíamos en horas, en el terreno militar, recuperar el terreno político que no fuimos capaces de conquistar entre las masas los meses anteriores."[1]

Los efectos del golpe de estado fueron devastadores, estos produjeron un amplio repliegue de las masas que hasta hace solo algunos meses habían protagonizado movilizaciones de más de 1 millón de personas marchando por la alameda. La represión se ensañó con los sectores de masas más activos durante la UP, el asesinato y muerte de los sectores más combativos fue feroz. Curiosamente a pesar de que el reformismo se portó, entrecomillas, bien con la burguesía sobre la UP, también fue diezmado, es necesario señalar que el PC perdió por lo menos 2 direcciones nacionales completas en manos de la represión, pues bien, pagaron cara su ingenuidad pequeñoburguesa.

Desde el punto de vista económico, la burguesía resolvió la crisis eliminando todas las trabas que hasta entonces le impedían acrecentar su tasa de ganancia, esto es, se dió el lujo como en ningún otro lugar del mundo de exterminar de un plumazo todos los derechos y conquistas de la clase trabajadora acumuladas en 80 años de lucha, y desde un punto de vista más teórico, mandaron al traste de la basura  a la estructura política, económica y social que era conocida como Estado de Bienestar. De esta forma, dejando campo abierto para hacer sus negocios en áreas como Educación, Salud, Vivienda Social, etc. Comenzó el proceso de depredación de la naturaleza como nunca antes había sido visto, y fundamentalmente los niveles de explotación de la mano de obra se acrecentaron significativamente. Tanto es así que a principios de los '80, el triunfo político y militar les permitió asaltar nuevamente a los bolsillos de los proletarios a través de la creación de las AFP, privatización explícita del sistema de pensiones y además apropiación obligada de un porcentaje adicional del salario de cada trabajador para ser entregado en bandeja a la banca nacional primero, y luego, en el año 2002, a las empresas multinacionales.

Pero no todo fue tan fácil, los trabajadores, el pueblo y sus organizaciones revolucionarias siguieron bregando para construir un futuro mejor. Es así como, recompuestos después de la senda derrota, el MIR desarrolla su conocido plan '78, que consistía en desarrollar diversos tipos de fuerzas militares, poninedo acento en dos procesos paralelos, el primero era el desarrollo de una guerrilla rural en dos zonas de inserción, Neltume en la cordillera de Valdivia y en Nahuelbuta en la cordillera de la costa cerca de concepción. El segundo tipo de fuerza a construir eran lo que más tarde se conocería como la "resistencia", unidades de guerrilla urbana, que inicialmente fueron desarrollándose como milicias locales que desarrollaron una serie de acciones de sabotaje incendiario sobre diversos objetivos tales como centros de diversión de los ricos, voladura de torres, recuperación y repartición de bienes de consumo básico, ajusticiamiento de colaboradores, etc. Lamentablemente la guerrilla rural fue detectada en su fase de instalación no pudiendo tener un desarrollo mayor, y en términos generales la apuesta se adelantó un año a un nuevo ciclo de alza en la lucha de masas, por tanto, no logró entroncar políticamente el esfuerzo que se desarrollaba con el proceso de lucha que se venía.

Por otro lado, el PC, siempre reformista, a fines de los '70 había recompuesto en algo sus fuerzas, y es necesario señalar que este partido, de amplias masas obreras, seguía teniendo un gran arraigo en la clase trabajadora chilena, por tanto, contaba con una retaguardia social importante. De esta forma, estableció un plan de lucha en contra de la dictadura, que incorporó el componente militar, en una perspectiva únicamente táctica, esto es, que manteniendo su estrategia reformista de lograr reconquistar la democracia burguesa, para a partir de allí reformar al estado capitalista y conquistar el socialismo por vía pacífica. En consecuencia, el PC, transformó a la mayoría de sus cuadros jóvenes que estudiaban entonces medicina en Cuba, en estudiantes de las academias militares de dicho país, conformando un contingente que más tarde sería conocido como el FMPR.

El FPMR era la estructura militar del PC, por lo tanto, el FPMR se subordinaba a la estrategia y tácticas definidas por el partido, de esta forma, siempre, el FPMR tuvo como objetivo debilitar a la dictadura de forma de lograr recuperar la democracia burguesa, y  no tenía como objetivo la toma del poder, ni la construcción del socialismo vía el enfrentamiento militar.

Por otro lado, en los '80 se desarrollaron dos procesos amplios de lucha, los más significativos, que fueron el año '83, debido a la crisis mundial económica de principios de los '80, que sumado a las medidas neoliberalizadoras de la junta militar y los chicago boy's pauperizaron enormemente a grandes capas de trabajadores del país, como ya dijimos, conculcando los derechos obtenidos en 80 años de lucha previos. Luego el año 1986, se desarrollan las mayores protestas populares nunca vistas, y es en ese contexto, en donde el FMPR realiza sus más espectaculares acciones, justo en un año en donde la lucha popular arrecia, a diferencia del MIR, el frente actúa en los mismos momentos en donde la lucha de masas es más aguda. En este contexto se da el fallido atentado a Pinochet. De este año surgen aquellas agrupaciones políticas que darán nacimeinto a la concertación, existe por otro lado una agrupación conocida como MDP, que agrupa a diferentes organizaciones políticas y de masas, la cual será deshecha por los operadores políticos del reformismo, para dar cabida a la salida pactada de la dictadura.

El fin de la dictadura es forzado por varios procesos. En primer lugar el amplio desarrollo de la lucha de clases, y el importante ascenso de la lucha de masas, en donde el protagonista es el pueblo trabajador, sumado al referente político militar que significa el FPMR y otras organizaciones armadas, ponen en riesgo la inversión extranjera, por tanto los intereses del capitalismo internacional o también conocido como imperialismo, principalmente representado en Estados Unidos. Entonces, el accionar de las masas movilizadas y en lucha, pone en riesgo la seguridad del capital, por tanto, la dictadura militar ya no da garantías suficientes al proceso de reproducción capitalista, de esta forma, el imperialismo y la propia burguesía local, presionan a los militares para pactar una salida a la dictadura que descomprima la tensión acumulada. Esta situación entronca perfectamente con los intereses reformistas, que solo buscan una salida democrática y no la profundización de la lucha por el derrocamiento de los patrones, de esta forma, y coherentemente con su política, una vez cerrado los acuerdos entre el imperialismo, la burguesía nacional y los sectores que "representan" a los trabajadores y el pueblo, el PC, su principal representante, desmoviliza a su fuerza militar, es decir al FPMR.

Esto produce un efecto en cadena. El FPMR se quiebra entre quienes quieren seguir la lucha, ya no solo para derrocar la dictadura sino que también para luchar por el poder para construir el socialismo, versus quienes acatan la línea reformista del PC. De ahí surge lo que sería conocido como Frente PC y el FPMR autónomo, conducido por José Miguel, Raúl Pelegrin, y Tamara, Cecilia Magni.

En este escenario es pactada la salida de la dictadura a través del plebiscito del '88. Dada que nuevamente la conducción hegemónica de los trabajadores y del pueblo y de sus organizaciones con más peso sigue siendo reformista, en oposición a la conducción revolucionaria, el pueblo se vuelca decididamente a conquistar la democracia a través del voto, abandonando rápidamente la lucha directa, violenta y revolucionaria. Es necesario destacar aquí, nuevamente la importancia de la conducción pequeñoburguesa, reformista y ciudadanista, que difunde permanentemente el apego a las instituciones y a la legalidad, por más ilegítimas que estas sean.

Y bueno, el gran triunfo del plebiscito del '88, inaugura la peor de las derrotas de la clase trabajadora de este país. Engañados, frente a un supuesto triunfo, abandonamos rápidamente la lucha, y nos creemos el cuento de la democracia. Por supuesto que, quedan algunos porfiados, pero son los menos, que quedan aislados, dispersos y atomizados. El pueblo en su conjunto acepta la salida democráctica como un triunfo propio, y legitima sin mayores problemas a los cuatro gobiernos de la concertación y al gobierno de la derecha finalmente.

Durante los 23 últimos años de "democracia", el robo descarado al bolsillo de los trbajadores fue profundizado por cada uno de los gobiernos, todos ellos representantes de la burguesía nacional y del imperialismo. Nunca se adoptó una medidad que beneficiara en el largo plazo a los trabajadores y al pueblo, el nivel de concentración de la riqueza en este país, no tienen parangón alguno en ningún otro país en la tierra. Es por eso que cuando los burgueses hablan de Chile en el extranjero, siempre dicen que los burgueses de otras tierras nos ven con admiración. Y tienen toda la razón, este es un paraíso para la superexplotación de la mano de obra, en donde hasta hace poco, nadie reclamaba nada  y todos aceptábamos las imposiciones arbitrarias que el capitalismo nos imponía.

Pero, como la historia es porfiada y la lucha de clases es implacable, el propio efecto de esta depredación, que es el destino inexorable del capitalismo nos ha despertado, y las fuerzas proletarias han comenzado a dar nuevamente la pelea, no por una teoría en especial ni por una ideología en particular. El proceso de lucha se desata, porque las condiciones concretas de vida comienzan a ser insufribles nuevamente, y la gente a pesar de vivir en el sopor consumista, comienza a liberarse de la dominación que la mantuvo dormida tantos años. Sin embargo, a pesar de que esta liberación inicial de la dominación es por necesidades concretas, es sumanente vital rescatar las lecciones de lucha, la historia de lucha de nuestro pueblo. Las experiencias de lucha pasadas son riquícimas y debemos aprender de ellas para no cometer los mismo errores, debemos rescatar lo bueno y desechar lo malo. Debemos teorizar nuestra práctica, porque al enemigo que enfrentamos es poderosísimo, y no solo es la burguesía local sino que es a su hermano grande el imperialismo a quien también hay que derrotar. Y ellos son muy inteligentes, nos dieron una enorme lección en 1973 y a lo largo de los años, no solo nos asesinaron, también nos convencieron de que su sistema es el mejor. Por lo tanto, no basta con luchar espontáneamente ni inmolarse en la primera pelea, necesitamos acumular nuevamente las fuerzas sociales, orgánicas, políticas y militares que nos llevarán al triunfo definitivo. Y cuanto antes mejor!

Preparado por Programa Piloto



[1]Comisión Política del MIR, Diciembre de 1973

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