Este año se cumplen 40 años del golpe
militar del 11 de Septiembre de 1973. Este hecho que marca la historia
presente, sucedió como respuesta de la burguesía a un proceso de ascenso
permanente de la lucha que las masas de trabajadores desarrollaron,
particularmente a partir de finales de los '60. Esta fue la culminazión de un
proceso de acumulación de fuerzas populares que se desarrolló a lo largo de 80
años de lucha de clases, de 80 años en donde trabajadores y campesinos
desarrollaron diversos procesos de lucha y de acumulación de fuerzas, de
construcción de espacios sociales, mancomunales, sindicatos, organizaciones de
masas, políticas, revolucionarias y militares.
El golpe militar expresa la necesidad de la
burguesía, de los empresarios, de resolver la crisis política que desarrolló a
partir de la elección de allende en 1970. El reformismo instalado en el
gobierno, intentó cumplir su programa, bajo el asedio de los empresarios, y del
imperialismo, recibiendo ataques de distinto carácter, con marchas, bombazos a
las torres de electricidad, sabotaje al comercio, a la producción y al transporte.
Los empresarios utilizaron todos los medios a su disposición, los legales y los
ilegales para combatir al gobierno popular, y ante la agudización del conflicto
y al no poder derrocar al gobierno mediante las opciones legales disponibles, y
al presentar la UP un gran apoyo de masas, no quedó otra opción que recurrir de
manera más decidida a la opción militar.
El reformismo, representado en el gobierno
de Allende por Él mismo, por el Partido Comunista y el Partido Socialista,
entre otros, nunca tomó una opción decidida de ofensiva en contra de la
burguesía, nunca fue capaz de materializar el gran apoyo de masas con que
contaba en un proceso de ofensiva político y militar que derrocase
verdaderamente el poder burgués, no solo desde el gobierno sino que también
desde la conducción de las grandes empresas, de la conducción de la economía en
el banco central y en la banca privada, desde la conducción de las fuerzas
militares, es decir desde los centros en donde el poder reside realmente. Y no
lo hicieron porque su carácter, el carácter del reformismo, y del ciudadanismo
es escencialmente burgués, por tanto, respetuoso de las instituciones y de la
legalidad vigente, que es por cierto
totalmente burguesa.
Los trabajadores y las masas populares,
encabezaron ofensivas decididas y numerosas efectivamente en contraposición a
la legalidad burguesa, paradógicamente en defensa del propio gobierno popular
que no era capaz de defenderse así mismo. Los trabajadores y las masas
populares se tomaron fundos, empresas y comercios; establecieron mecanismos
paralelos de distribución de mercancías, desarrollaron una iniciativa que
superó rápida y eficazmente a la legalidad y resolvieron, donde existieron, las
problemáticas básicas económicas que los aquejaban y avanzaron en su nivel de
conciencia a partir de la resolución por sus propias manos de sus necesidades
concretas y a partir de acá defendieron el gobierno popular, que de paso les
dió la espalda cuando solicitaron el apoyo desde el gobierno central y por
tanto la agudización de la lucha de clases apoyada desde las instituciones del
gobierno. Numerosos son los ejemplos: El complejo maderero industrial
panguipulli, El cordón industrial cerrillos, El cordón industrial vicuña
mackena, los comandos comunales, etc.
En este contexto, las organizaciones
revolucionarias de la época asumieron la táctica del Poder Popular, no como una
invención o creación propia, sino como la correcta interpretación o síntesis de
la expresión de lucha que desarrollaban las masas en defensa de sus propios
intereses. De esta forma, ya no solo los trabajadores y las masas populares
desarrollaban la iniciativa del Poder Popular, sino que también organizaciones
revolucionarias impulsaban dicha política a partir de sus esfuerzos de
construcción política, orgánica, de masas, de agp y militar.
¿Por que perdimos entonces? Lo primero a
señalar, es que la derrota no fue de un partido, ni de un sector en específico,
la derrota política y militar de 1973 fue de todo un pueblo, del conjunto de la
clase trabajadora, en manos de la burguesía y del imperialismo. Lo segundo, es
que como ya señalamos, el reformismo, y por tanto el pensamiento o ideología
pequeñoburguesa, predominó y fue hegemónico durante esa época.
Correspondientemente, los sectores que desarrollaban la política del Poder
Popular, eran minoritarios y su grado de desarrollo e influencia no fue
suficiente como para conquistar a la mayoría de los sectores que apoyaban a la
Unidad Popular, de forma de haber materializado una verdadera ofensiva política
y militar sobre la burguesía. El MIR en una evaluación de su comisión política
de diciembre de 1973, señala con claridad, desde la perspectiva de los
revolucionarios las causas profundas de la derrota:
“En lo
fundamental perdimos la batalla antes, cuando no fuimos capaces de desplazar al
reformismo en la conducción del movimiento de masas. (…) No podíamos en horas,
en el terreno militar, recuperar el terreno político que no fuimos capaces de
conquistar entre las masas los meses anteriores."[1]
Los efectos del
golpe de estado fueron devastadores, estos produjeron un amplio repliegue de
las masas que hasta hace solo algunos meses habían protagonizado movilizaciones
de más de 1 millón de personas marchando por la alameda. La represión se ensañó
con los sectores de masas más activos durante la UP, el asesinato y muerte de
los sectores más combativos fue feroz. Curiosamente a pesar de que el
reformismo se portó, entrecomillas, bien con la burguesía sobre la UP, también
fue diezmado, es necesario señalar que el PC perdió por lo menos 2 direcciones
nacionales completas en manos de la represión, pues bien, pagaron cara su
ingenuidad pequeñoburguesa.
Desde el punto de
vista económico, la burguesía resolvió la crisis eliminando todas las trabas
que hasta entonces le impedían acrecentar su tasa de ganancia, esto es, se dió
el lujo como en ningún otro lugar del mundo de exterminar de un plumazo todos
los derechos y conquistas de la clase trabajadora acumuladas en 80 años de
lucha, y desde un punto de vista más teórico, mandaron al traste de la
basura a la estructura política,
económica y social que era conocida como Estado de Bienestar. De esta forma,
dejando campo abierto para hacer sus negocios en áreas como Educación, Salud,
Vivienda Social, etc. Comenzó el proceso de depredación de la naturaleza como
nunca antes había sido visto, y fundamentalmente los niveles de explotación de
la mano de obra se acrecentaron significativamente. Tanto es así que a
principios de los '80, el triunfo político y militar les permitió asaltar
nuevamente a los bolsillos de los proletarios a través de la creación de las
AFP, privatización explícita del sistema de pensiones y además apropiación
obligada de un porcentaje adicional del salario de cada trabajador para ser
entregado en bandeja a la banca nacional primero, y luego, en el año 2002, a
las empresas multinacionales.
Pero no todo fue
tan fácil, los trabajadores, el pueblo y sus organizaciones revolucionarias
siguieron bregando para construir un futuro mejor. Es así como, recompuestos
después de la senda derrota, el MIR desarrolla su conocido plan '78, que
consistía en desarrollar diversos tipos de fuerzas militares, poninedo acento
en dos procesos paralelos, el primero era el desarrollo de una guerrilla rural
en dos zonas de inserción, Neltume en la cordillera de Valdivia y en Nahuelbuta
en la cordillera de la costa cerca de concepción. El segundo tipo de fuerza a
construir eran lo que más tarde se conocería como la "resistencia",
unidades de guerrilla urbana, que inicialmente fueron desarrollándose como
milicias locales que desarrollaron una serie de acciones de sabotaje
incendiario sobre diversos objetivos tales como centros de diversión de los
ricos, voladura de torres, recuperación y repartición de bienes de consumo
básico, ajusticiamiento de colaboradores, etc. Lamentablemente la guerrilla
rural fue detectada en su fase de instalación no pudiendo tener un desarrollo
mayor, y en términos generales la apuesta se adelantó un año a un nuevo ciclo de
alza en la lucha de masas, por tanto, no logró entroncar políticamente el
esfuerzo que se desarrollaba con el proceso de lucha que se venía.
Por otro lado, el
PC, siempre reformista, a fines de los '70 había recompuesto en algo sus
fuerzas, y es necesario señalar que este partido, de amplias masas obreras,
seguía teniendo un gran arraigo en la clase trabajadora chilena, por tanto,
contaba con una retaguardia social importante. De esta forma, estableció un
plan de lucha en contra de la dictadura, que incorporó el componente militar,
en una perspectiva únicamente táctica, esto es, que manteniendo su estrategia
reformista de lograr reconquistar la democracia burguesa, para a partir de allí
reformar al estado capitalista y conquistar el socialismo por vía pacífica. En
consecuencia, el PC, transformó a la mayoría de sus cuadros jóvenes que
estudiaban entonces medicina en Cuba, en estudiantes de las academias militares
de dicho país, conformando un contingente que más tarde sería conocido como el
FMPR.
El FPMR era la
estructura militar del PC, por lo tanto, el FPMR se subordinaba a la estrategia
y tácticas definidas por el partido, de esta forma, siempre, el FPMR tuvo como
objetivo debilitar a la dictadura de forma de lograr recuperar la democracia
burguesa, y no tenía como objetivo la
toma del poder, ni la construcción del socialismo vía el enfrentamiento
militar.
Por otro lado, en
los '80 se desarrollaron dos procesos amplios de lucha, los más significativos,
que fueron el año '83, debido a la crisis mundial económica de principios de
los '80, que sumado a las medidas neoliberalizadoras de la junta militar y los
chicago boy's pauperizaron enormemente a grandes capas de trabajadores del
país, como ya dijimos, conculcando los derechos obtenidos en 80 años de lucha
previos. Luego el año 1986, se desarrollan las mayores protestas populares
nunca vistas, y es en ese contexto, en donde el FMPR realiza sus más
espectaculares acciones, justo en un año en donde la lucha popular arrecia, a
diferencia del MIR, el frente actúa en los mismos momentos en donde la lucha de
masas es más aguda. En este contexto se da el fallido atentado a Pinochet. De
este año surgen aquellas agrupaciones políticas que darán nacimeinto a la
concertación, existe por otro lado una agrupación conocida como MDP, que agrupa
a diferentes organizaciones políticas y de masas, la cual será deshecha por los
operadores políticos del reformismo, para dar cabida a la salida pactada de la
dictadura.
El fin de la
dictadura es forzado por varios procesos. En primer lugar el amplio desarrollo
de la lucha de clases, y el importante ascenso de la lucha de masas, en donde
el protagonista es el pueblo trabajador, sumado al referente político militar
que significa el FPMR y otras organizaciones armadas, ponen en riesgo la
inversión extranjera, por tanto los intereses del capitalismo internacional o
también conocido como imperialismo, principalmente representado en Estados
Unidos. Entonces, el accionar de las masas movilizadas y en lucha, pone en
riesgo la seguridad del capital, por tanto, la dictadura militar ya no da
garantías suficientes al proceso de reproducción capitalista, de esta forma, el
imperialismo y la propia burguesía local, presionan a los militares para pactar
una salida a la dictadura que descomprima la tensión acumulada. Esta situación
entronca perfectamente con los intereses reformistas, que solo buscan una
salida democrática y no la profundización de la lucha por el derrocamiento de
los patrones, de esta forma, y coherentemente con su política, una vez cerrado
los acuerdos entre el imperialismo, la burguesía nacional y los sectores que
"representan" a los trabajadores y el pueblo, el PC, su principal
representante, desmoviliza a su fuerza militar, es decir al FPMR.
Esto produce un
efecto en cadena. El FPMR se quiebra entre quienes quieren seguir la lucha, ya
no solo para derrocar la dictadura sino que también para luchar por el poder
para construir el socialismo, versus quienes acatan la línea reformista del PC.
De ahí surge lo que sería conocido como Frente PC y el FPMR autónomo, conducido
por José Miguel, Raúl Pelegrin, y Tamara, Cecilia Magni.
En este escenario
es pactada la salida de la dictadura a través del plebiscito del '88. Dada que
nuevamente la conducción hegemónica de los trabajadores y del pueblo y de sus
organizaciones con más peso sigue siendo reformista, en oposición a la
conducción revolucionaria, el pueblo se vuelca decididamente a conquistar la
democracia a través del voto, abandonando rápidamente la lucha directa,
violenta y revolucionaria. Es necesario destacar aquí, nuevamente la
importancia de la conducción pequeñoburguesa, reformista y ciudadanista, que
difunde permanentemente el apego a las instituciones y a la legalidad, por más
ilegítimas que estas sean.
Y bueno, el gran
triunfo del plebiscito del '88, inaugura la peor de las derrotas de la clase
trabajadora de este país. Engañados, frente a un supuesto triunfo, abandonamos
rápidamente la lucha, y nos creemos el cuento de la democracia. Por supuesto
que, quedan algunos porfiados, pero son los menos, que quedan aislados,
dispersos y atomizados. El pueblo en su conjunto acepta la salida democráctica
como un triunfo propio, y legitima sin mayores problemas a los cuatro gobiernos
de la concertación y al gobierno de la derecha finalmente.
Durante los 23
últimos años de "democracia", el robo descarado al bolsillo de los
trbajadores fue profundizado por cada uno de los gobiernos, todos ellos
representantes de la burguesía nacional y del imperialismo. Nunca se adoptó una
medidad que beneficiara en el largo plazo a los trabajadores y al pueblo, el
nivel de concentración de la riqueza en este país, no tienen parangón alguno en
ningún otro país en la tierra. Es por eso que cuando los burgueses hablan de
Chile en el extranjero, siempre dicen que los burgueses de otras tierras nos
ven con admiración. Y tienen toda la razón, este es un paraíso para la
superexplotación de la mano de obra, en donde hasta hace poco, nadie reclamaba
nada y todos aceptábamos las
imposiciones arbitrarias que el capitalismo nos imponía.
Pero, como la
historia es porfiada y la lucha de clases es implacable, el propio efecto de
esta depredación, que es el destino inexorable del capitalismo nos ha
despertado, y las fuerzas proletarias han comenzado a dar nuevamente la pelea,
no por una teoría en especial ni por una ideología en particular. El proceso de
lucha se desata, porque las condiciones concretas de vida comienzan a ser
insufribles nuevamente, y la gente a pesar de vivir en el sopor consumista,
comienza a liberarse de la dominación que la mantuvo dormida tantos años. Sin
embargo, a pesar de que esta liberación inicial de la dominación es por
necesidades concretas, es sumanente vital rescatar las lecciones de lucha, la
historia de lucha de nuestro pueblo. Las experiencias de lucha pasadas son
riquícimas y debemos aprender de ellas para no cometer los mismo errores,
debemos rescatar lo bueno y desechar lo malo. Debemos teorizar nuestra
práctica, porque al enemigo que enfrentamos es poderosísimo, y no solo es la
burguesía local sino que es a su hermano grande el imperialismo a quien también
hay que derrotar. Y ellos son muy inteligentes, nos dieron una enorme lección
en 1973 y a lo largo de los años, no solo nos asesinaron, también nos
convencieron de que su sistema es el mejor. Por lo tanto, no basta con luchar
espontáneamente ni inmolarse en la primera pelea, necesitamos acumular
nuevamente las fuerzas sociales, orgánicas, políticas y militares que nos
llevarán al triunfo definitivo. Y cuanto antes mejor!
Preparado por Programa Piloto
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