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miércoles, 8 de enero de 2014

De la Sala de Clases, a la Lucha de Clases. Llamado a Acciones de Solidaridad concreta con Mapuche y Portuarios


El inicio de este año 2014, no nos presenta grandes novedades respecto a lo que a las luchas sociales, populares, de trabajadores han estado desarrollando desde un buen tiempo ya a esta parte, por el contrario, este nuevo año comienza con un nuevo reimpulso de luchas por los derechos concretos, que se vienen desarrollando hace meses o años, incluso hace varios siglos.

Existen dos procesos que están marcando este inicio de año, el primero, la lucha de los Mapuche en el sur, tiene alto impacto debido a sus profundas raíces históricas y a la férrea vinculación, incluso genética, entre el pueblo Mapuche y los sectores populares chilenos. Es evidente que la lucha que encabezan los mapuche por la recuperación de sus territorios ancestrales está dirigida única y exclusivamente contra el Estado de Chile, y contra sus propietarios, la burguesía, los empresarios, los ricachos y las compañías multinacionales que son dueñas de todo el país, incluyendo a los territorios Mapuche, hasta del agua incluso; sin embargo, su pelea de liberación no está dirigida en contra del pueblo chileno, de los trabajadores asalariados chilenos. Es tan paradójica la histórica relación de estos dos pueblos, que incluso una cantidad no despreciable de miembros de la policía militarizada, y de sus fuerzas especiales, están compuestas por individuos cuyo origen es la etnia Mapuche, pero que sin embargo, al igual que los pobres chilenos, han elegido o han sido forzados a elegir la defensa del patrón, del explotador y del expropiador burgués chileno, o eventualmente Mapuche. Y estos mismos personajes, yanaconas modernos, se encargan de reprimir violenta y sistemáticamente, tanto la lucha de los Mapuche, como cualquier expresión de descontento proveniente de las clases populares chilenas, y más aún de los trabajadores asalariados, es decir, del enemigo principal de los patrones.

En segundo lugar, tenemos a la lucha de los portuarios de Angamos, Mejillones, que por segunda vez consecutiva se sitúan a la vanguardia de la clase trabajadora en Chile, puesto que representan a uno de los sectores más explotados de la economía, y que por otro lado, incorporan sin distinciones ni discriminaciones, la unidad más amplia y completa entre contratados y eventuales, unidos en la lucha. Rompiendo de esta forma el estigma burgués de la segregación y atomización de los explotados. Este sector representa lo más avanzado del proletariado chileno, puesto que se encuentra medianamente libre de la nefasta influencia del reformismo, y es el único sector de trabajadores, que debido a sus altos grados de organización y combatividad ha logrado, durante la pasada movilización, niveles de solidaridad como no se habían visto en años, en donde sindicatos de otras regiones pararon en una movilización sin precedentes, por exclusiva solidaridad como trabajadores portuarios. Hoy, a 18 días de haber comenzado una nueva movilización de los portuarios de Mejillones, se comienza a reiterar el mismo fenómeno que vimos algunos meses atrás, varios puertos ya se han declarado en alerta o bien derechamente movilizados. Recientemente, además, trabajadores del puerto de Valparaíso, uno de los sectores que, históricamente ha sido más reaccionario y pro patronal de este sector, se ha declarado en paro, ha bloqueado el acceso de uno de los terminales y ha llamado a los demás trabajadores a ejercer la solidaridad de clases, un verdadero triunfo de los sectores conscientes, hasta ahora y esperemos por no mucho tiempo más, minoritarios en Valparaíso.

En estas breves líneas, solo he señalado dos de los más importantes procesos de lucha, en pleno desarrollo, ni siquiera estamos mencionando, por ejemplo, el conflicto del agua, el problema de los monocultivos, la deforestación nativa, las chancherias, la subcontratación en términos generales, o la educación, la salud, etc. Y no hemos abordado estos temas, no solo para no extendernos mucho en estas palabras sino que, principalmente, por el hecho de que las mismas causas que generan el conflicto mapuche, la super explotación de los trabajadores portuarios, el vaciamiento y contaminación de las napas subterráneas a lo largo y ancho del país, la contaminación de los otrora ricos valles del norte, como el caso específico del valle del Huasco, etc, etc. Todas estas situaciones de depredación sobre el ser humano y sobre los recursos naturales, el no respeto de la historia y costumbres de los pueblos aborígenes, son todas situaciones provocadas por un único y particular fenómeno: El Capitalismo.

El sistema capitalista se apropia de todo y todo lo convierte en una mercancía intercambiable, con el objeto de producir acumulación de capital, o riqueza, y dado que, la riqueza o el valor no puede provenir de ningún otro lugar más que del trabajo humano, y más precisamente desde la EXPLOTACIÓN de la fuerza de trabajo, que ejercen los capitalistas sobre los asalariados, y que su dinámica económica, hasta donde hoy se ha desarrollado, no admite ninguna resistencia puesto que, cualquier conflicto o crisis en alguno de los elementos que son parte de la cadena de valorización del capital y de su reproducción, tienen por efecto inmediato la puesta en crisis de su sistema; es que los capitalistas buscan en todos los fenómenos y características del mundo actual la incorporación al proceso de acumulación y valorización capitalista. Si hacemos memoria, hace algunos años, o décadas, el agua, era prácticamente un derecho muy barato, o la educación, gratuita, o la salud. Sin embargo, estos fueron incorporados al proceso de reproducción capitalista, convirtiéndolos en simples mercancías. De esta forma, la necesidad del capital de ampliarse cada día más, y de ampliar sus fronteras de acumulación, impulsa la apropiación de aquellos bienes o recursos que antes se consideraban “derechos”, expropiándolos del uso común y natural del que se hacía pocas décadas antes. Y además de la expropiación “de hecho”, los capitalistas se preocupan de acomodar, de perfeccionar el marco jurídico político, para darle legalidad a su robo organizado, y a las necesidades de represión que dicho robo requiere. ¿Les suenan las Leyes de Pesca (Longueira), Monsanto de apropiación del patrimonio genético, de Seguridad (Hinzpeter), Mi Cabo, Antiterrorista, Código Laboral, LOCE/LGE, Privatización de Recursos Naturales, AFP, ISAPRES?

En consecuencia, existe un único enemigo común, tanto de los hermanos Mapuche, como de los trabajadores asalariados del país, como del medio ambiente y la naturaleza, de los recursos naturales no renovables, e incluso de los valores arqueológicos del norte grande (vieron lo que les hizo el DAKAR). Ese único enemigo común se llama capitalismo, y es el sistema económico que nos gobierna, y sus benefactores directos son sus dueños, los dueños de todo, es decir, la burguesía, los ricos, los empresarios, las 10, 20, 30 o 100 familias más ricas de este país son los enemigos, de la inmensa mayoría. Por supuesto, que estos tienen a su lado a sus representantes internacionales, que se conoce como imperialismo, es decir, aquél o aquellos países que manejan los designios del mundo, a través de la guerra, para que sus burguesías aliadas, acumulen cada día más y más con las menores restricciones posibles.

Ante ese estado de situación, y ante la realidad urgente que requiere acciones concretas, quiero proponerle a los lectores las siguientes acciones, específicamente en lo que toca a la situación de Mapuches y Portuarios.

Se requiere urgencia movilizar a todos los sectores organizados que permita ejercer una verdadera presión sobre el Estado y los empresarios para que resuelvan inmediatamente tanto las demandas de los Mapuche, como la de los Portuarios. Incluso cada sector puede, y de hecho, debe, sumar sus propias demandas a este proceso de movilización.

Las acciones concretas a realizar deben ir, en ascenso, desde marchas, tomas de edificios públicos, cortes y bloqueos de calles, prendidas de neumáticos, sittings, etc. No se debe desechar ninguna forma, y todas las acciones deberán realizarse en conformidad con la capacidad y experiencia de cada sector.

Por ejemplo, un sector llamado a la articulación de los procesos de lucha, y al desarrollo creciente de la solidaridad es el espacio de Todos Somos Asamblea, este espacio donde confluyen diversas organizaciones populares y asambleas que han estado en procesos de reivindicación por sus necesidades y problemáticas concretas es un excelente espacio para articular un proceso de lucha y de solidaridad más amplio para con los portuarios y Mapuche en lucha.

Por último quiero señalar que ha llegado la hora de dejar la actitud académica sobre la revolución y los procesos de lucha, de organización y de transformación, llegó la hora de saltar “de la sala de clases, a la lucha de clases”, los procesos de formación política son siembre buenos y necesarios, pero resulta prácticamente ridículo que mientras los trabajadores portuarios y los Mapuche dan VERDADERAS lecciones sobre la lucha, tengamos a cientos de compañeros calentando el asiento y tratando de comprender los aspectos teóricos de las revoluciones y de los procesos de transformación, cuando lo que más se necesita hoy es la incorporación concreta a la lucha.

En resumen, propongo:


  1. Movilización coordinada desde espacios de articulación nacional como el Todos Somos Asambleas, para la realización de acciones directas de masas en solidaridad con los compañeros portuarios.

  1. Realización de tomas de espacios públicos, ministerios, oficinas de empresas, etc.

  1. Cortes de calles, carreteras, sittings, panfleteos, que agiten por un lado, pero también que molesten, que lesionen la normalidad burguesa, que dificulten y ojalá derriben la tan mentada gobernabilidad de los ricos.

Aquiles Torres

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