¡Que locura tan grande, pobres ciudadanos! ¿Del enemigo pensáis que se ha ido? ¿O creéis que los dánaos pueden hacer regalos sin trampa? ¿Así conocemos a Ulises? O encerrados en esta madera ocultos están los aqueos, o contra nuestras murallas se ha levantado esta máquina para espiar nuestras casas y caer sobre la ciudad desde lo alto, o algún otro engaño se esconde: teucros, no os fiéis del caballo. Sea lo que sea, temo a los dánaos incluso ofreciendo presentes.§
“Eneida”, Virgilio
La Reforma Laboral1 de Luksic y Bachelet: Un Presente Griego
Un nuevo intento de reforma se discute por estos días en los escenarios de disputa de la política burguesa, en los medios de comunicación y en el parlamento. Una reforma al código laboral vigente, impuesto por la dictadura cívico-militar, que formalizó y refrendó —en el mismo sentido en el que lo hacen los tratados de paz—, los resultados obtenidos en el campo de batalla. Esto significa que, en definitiva, el conjunto de las leyes creadas por la dictadura y perfeccionadas por la democracia de cartón, le dieron legitimidad, vía formalización por ley a la derrota política y militar de campesinos y trabajadores asalariados a partir de septiembre de 1973. En este mismo marco se inscriben, tanto la constitución de 1980, como el conjunto de otras leyes como las denominadas “de amarre”. Las cuales fueron elaboradas en las postrimerías de la dictadura, en el momento en que ya habían acordado y ejecutado la mascarada de “transición democrática”, y que cuyo efecto terminó por generalizar la validación y legitimidad de la “obra de la dictadura”, a plena luz del día y de frente a las masas confundidas por el reformismo y la social democracia. Protagonistas de esta maniobra, además de los dirigentes y beneficiaros directos e indirectos de la dictadura, fueron los partidos de la “Concertación de Partidos por la Democracia” y del PC.
¿Por que nos remitimos a estos hechos para referirnos a un análisis de la reforma laboral?
Porque existe una concatenación histórica de los protagonistas y legitimadores de la profundización de la explotación del proletariado chileno, de los pueblos originarios y del medio ambiente; que se desarrolló a fines de los '80, con respecto a quienes intentan hoy contener y someter al movimiento popular en alza, a la rebelión mapuche y sobre todo a la vanguardia proletaria. Son los mismos protagonistas, aquellos que elevan las banderas de la “lucha contra la desigualdad”, que entonces agudizaron y perfeccionaron el sistema de explotación del hombre por el hombre, que contaminaron ríos, lagos y bosques, que se robaron las aguas; que destruyeron los bosques nativos del wallmapu. Todas estas barbaridades, cometidas bajo el engaño del ejercicio del voto. Son los mismos quienes hoy, ante la arremetida de la lucha de clases, ante la arremetida de los explotados en lucha por sus condiciones de vida, ante la arremetida de quienes defienden a la naturaleza, ante la arremetida de los mapuche —que reviven cual fénix de sus cenizas la rebelión y lucha por la reconquista de sus tierras y derechos usurpados—; quieren contener a todos aquellos que luchan por mejores condiciones de vida y sobre todo a sus organizaciones más importantes. Son la denominada Nueva Mayoría, la misma Concertación y el PC, desesperadamente esforzados en disfrazar la infinita y sanguinaria ambición de los explotadores a través del fantasmagórico traje de la “buena voluntad” y la “buena fe”.
La entrega de dudosos beneficios forma parte de la estrategia contrainsurgente en su “faz amable”, mejorando aspectos sumamente parciales e irrelevantes del código laboral, magnificando sus ventajas a través del coro de reformistas y seudocomunistas al servicio del capital; al mismo tiempo que aumenta y profundiza la represión de hecho y de derecho. Esta reforma, a diferencia de la educacional, por ejemplo, es particularmente violenta con los sectores que han protagonizado las luchas más ejemplares —desde nuestra perspectiva, por cierto—, de los últimos 10 años. Nos referimos indudablemente a las organizaciones transversales de hecho, de carácter nacional como lo son la Unión Portuaria, los profesores de bases, los sindicatos nacionales de supermercados, los subcontratistas del cobre, de las forestales y los trabajadores de las salmoneras.Algunos de ellos con presencia nacional, y articulación en lucha por dentro y por fuera del código laboral vigente, como táctica de lucha legal e ilegal, desigual y combinada dialécticamente en los hechos.
La reforma laboral propuesta por el gobierno busca destruir, al ilegalizar, a las organizaciones de trabajadores interempresa. Busca fortalecer la negociación dentro de los estrechos márgenes del RUT empresarial, obviando deliberadamente la realidaddel multiRUT; vieja astucia capitalista a través de la cual la burguesía esconde ganancias y simula pérdidas colocando en las empresas menos rentables a la mayoría de sus asalariados. El mismo esquema a través del cual los colegios particular subvencionados lucran con los dineros que debieran estar destinados a educación. Con estos ardides, los empresarios se enfrentan a la negociación colectiva, poniendo caras de miseria y pidiéndole a los trabajadores ponerse la camiseta de la empresa y evitar solicitar reivindicaciones “fuera de toda racionalidad económica”. Durante más de 40 años, la feroz derrota político militar a la cual nos referíamos antes, la humillación de la clase a la cual fuimos sometidos, se disfrazó de ingenuidad y permitió que los asalariados asintiéramos y permitiéramos tan canallas y descaradas falacias. Esos tiempos han comenzado a quedar atrás.
En este sentido, podríamos analizar en términos prácticos el desarrollo de esta reforma en tres ejes sustanciales, que fueron dados a conocer de manera rimbombante por el Gobierno, y que en cuya esencia no cambian nada, sino que vienen a profundizar las medidas a favor de la patronal.
En torno a la titularidad sindical, los empresarios se mostraron despavoridos frente a la posibilidad de que se estableciera en el proyecto de reforma la filiación automática de los asalariados al sindicato más representativo, o ante la posibilidad que aquella institución participara como único negociador colectivo frente al patrón. Así lo demostraron las palabras del actual presidente de la SOFOFA, al mencionar que “Los sindicatos deben ser capaces de atraer a sus afiliados como resultado de su eficiencia y su poder de convocatoria, no por la imposición de una ley”2. Pero ninguno de estos nefastos augurios del empresariado se podían concretar. Cuando la tónica de este gobierno ha sido presentar propuestas en la medida de los empresarios, pese al show mediático siempre presente en el itinerario de cualquier reformita. Para tranquilidad de los magnates, en esta materia el proyecto tan solo indica que habrá derecho a formar “grupos negociadores” donde no haya sindicato. En segundo lugar, que los trabajadores que se afilien a un sindicato recibirán automáticamente los beneficios del contrato colectivo acordado por este; y que el empleador no podrá extender unilateralmente los beneficios de un contrato colectivo a los empleados no sindicalizados, salvo acuerdo con la organización de los trabajadores. Por tanto, a pesar de todos los lloriqueos y berrinches de la patronal, seguirá primando la tan amada “libertad individual de elegir”, que tanto le interesaba resguardar al señor Hermann von Mühlenbrock.
Respecto de la negociación colectiva, se sigue consolidando la negociación por empresa, en desmedro de la negociación por rama, sector o área de actividad económica, principal herramienta de la burguesía para mantener subyugada y sometida la unidad del proletariado por sus reivindicaciones más sentidas al límite menor de su capacidad negociadora, es decir,sometiéndonos a la negociación por empresa. De esta forma, dejando fuera de la sindicalización a un significativo número de trabajadores, un 60% a nivel nacional que no pueden constituirse en sindicatos por no cumplir con el quórum mínimo de 8 personas, e imposibilitando a los trabajadores dar luchas más amplias y extensas por rama o sector productivo. Es importante subrayar, además de la división de los trabajadores las prácticas de división y atomización de la fuerza de trabajo a través de los multi RUT, en donde una misma actividad económica se disfraza bajo múltiples empresas que negocian entre si para, a través de una ingeniería financiera y tributaria, evitar el pago tanto de beneficios a los trabajadores, como impuestos al Estado.
En esta misma línea también se instala la adaptabilidad pactada o flexibilidad pactada, que implica en su esencia ampliar las materias que puedan ser negociadas colectivamente, abriendo la posibilidad de flexibilizar aún más las condiciones de trabajo, por ejemplo los tiempos de descanso, horas extras y jornada pasiva, a cambio de precarios beneficios económicos, que podrán ser ofrecidos por el empresariado. Teniendo en cuenta el bajo porcentaje de sindicalización, la enorme mano de obra dispuesta a ser súper explotada, el ejército de cesantes dispuestos a ser contratados a cualquier costo, además de la enorme masa de extranjeros que actualmente se incorporan al mundo laboral en Chile, sin duda la agudización de la explotación seguirá profundizándose. En simple, este caza bobo busca permitir que trabajadores y grupos de trabajadores negocien independientemente de los sindicatos materias como las señaladas, de forma tal de introducir una cuña en la unidad de los trabajadores, implementando de hecho una flexibilización laboral, que permita aumentar los niveles de explotación de los asalariados, apelando al consenso de los trabajadores que deseen aumentar sus niveles de explotación, de motu proprio, obteniendo una recompenza económica significativa, pero atentando en contra de las condiciones de trabajo de sus compañeros, pero particularmente de sus condiciones de vida y de salud, de la relación con su familia, etc. Esta medida es sumamente peligrosa, pues atenta a través de la cuña neoliberal, contra la unidad de los trabajadores, contra su organización e incluso contra la vida de los propios trabajadores que la asumen, a través de forzar un nivel de alienación y autoexplotación inauditos.
Finalmente, como un hábil ilusionista ante los ojos de su público, se presenta ante el pueblo la indicación que permite la negociación colectiva de un sector del proletariado fuertemente golpeado en la actualidad, es decir aquellos trabajadores por obra, faena o temporeros, pero se suprime el carácter absolutamente nominal de esta medida, ya que para ser más precisos con lo que realmente dice la ley, podemos constatar que aquellos trabajadores que negocien en este sector, no contarán con derecho a fuero sindical, por lo tanto en la práctica estarían inhabilitados de poder negociar “ante una supuesta igualdad de condiciones’’ con sus patrones. Más trágico aun es que se señala como condición el plazo de “no antes de 40 días ni después de 50 días” anteriores al inicio de la faena para que los trabajadores puedan presentar el proyecto de negociación, impidiendo la negociación durante la faena una vez iniciado el trabajo, disminuyendo los riegos y dándole tiempo al empresariado para tomar medidas correspondientes, y evitando que la huelga se desate, cuando realmente tiene poder negociador, es decir, durante y a través de la paralización de la faena. Es decir, para ponerlo en simple, se le queta el piso negociador, todo el piso y la capacidad negociadora a los trabajadores por faena, puesto que no pueden ejercer ningún poder, ninguna negociación al no poder paralizar durante la ejecución de las faenas.
En relación al Derecho a Huelga, el escenario se complejiza aún más para los sectores que se han movilizado por fuera de la legalidad y han hecho ejercicio efectivo de su fuerza en la lucha. Es por esto que esta reforma, completamente pro empresarial, tiene como principal eje lograr domesticar, es decir canalizar por la institucionalidad la movilización que se ha ejercido de hecho, condicionando el carácter de la huelga a una espuria connotación “pacifica”, profundizando por un lado los castigos a dirigentes que ejerzan “prácticas desleales”, como el ejercicio de la fuerza física y moral, con desafuero y multas, dejando de manera abstracta la indicación de “prácticas desleales”, para ser posteriormente interpretada de forma amplia y dotada de contenido por la administración de turno, la Dirección del Trabajo y los tribunales que se ven fortalecidos con esta reforma.
Además de la connotación “pacifica” que debería asumir, forzadamente, la huelga con estas indicaciones, se aplica la imposición legal que obliga al sindicato, por tanto a los trabajadores movilizados en la huelga a facilitar la entrega de“servicios mínimos” a la empresa, con el fin de no dañar su patrimonio. Esta es una condición única en el mundo, propia de la Burguesía Chilena, que está a la vanguardia a nivel mundial en métodos de súper explotación, robo y engaño hacia los trabajadores. Cuestión que finalmente busca inhibir la fuerza real que puede alcanzar el proletariado con el uso de una herramienta histórica de lucha, el derecho a Huelga. Además, en el proyecto de ley se ajusta o extiende la posibilidad, más allá del Ejecutivo, de poder terminar una Huelga en caso de que la duración o el impacto de esta afecten la salud, el abastecimiento y el estado de derecho del país, a cualquier Dirección del Trabajo, empresario o Sindicato, dejando su determinación a criterio de un tribunal ordinario, sumando una nueva herramienta para poner freno a la movilización y a su vez judicializar el conflicto, en donde dicho tribunal claramente deliberará en favor de la clase dominante a la cual defienden permanentemente.
Por último y no por eso menos importante, respecto de los derechos laborales femeninos no existe ninguna mención en esta seudo reforma. No existe ninguna mención sobre la reivindicación igual función, igual salario. En realidad, de esto no se ha dicho nada ni para hombres ni para mujeres. Pero en general no hay ninguna mención hacia la condición de la mujer en el mundo laboral.
¿Cómo enfrentamos esta reforma laboral patronal?
Los revolucionarios debemos darnos la tarea de poder reencontrarnos política y orgánicamente en los lugares estratégicos enque tengamos presencia, en pos de la instalación mancomunada de nuestras propuestas en el seno de los trabajadores. A su vez debemos esforzarnos por trazar una táctica común que nos permita reanimar al movimiento de masas, aun pasivo, contra las reformas del empresariado y acompañar a quienes ya comienzan a dar luces de las primeras movilizaciones, tal y como lo han señalado los compañeros de la Unión Portuaria en su reciente declaración. A su vez proponemos fortalecer e impulsar el sindicalismo clasista y combativo, que avanza raudamente por ampliar los espacios de participación al interior del mundo sindical y que empuja consecuentemente hacia una unidad, si bien prematura aún, pero repleta de posibilidades de ampliación y fortalecimiento, de la forma en como se está forjando la reciente articulación en el Comité de Unidad Sindical.
Como revolucionarios tenemos claro, y debemos señalarlo cada vez que podamos al proletariado, que la lucha es por el poder.Sin embargo comprendemos, y nos haremos presentes en esta lucha que actualmente se configura para frenar la criminalización, y de igual modo convocaremos a destruir las nefastas iniciativas que buscan neutralizar la lucha radical de los trabajadores por mejores condiciones de vida. Por tanto, nos oponemos tajantemente a la extinción de la Huelga como herramienta efectiva de lucha, que busca ser amortiguada sagazmente con la instalación del resguardo de “los servicios mínimos de funcionamiento de la empresa”. A su vez, nos oponemos al desafuero y cobro de multas a los dirigentes sindicales bajo criterios ambiguos que pasarán a ser, en su definición concreta, de total discrecionalidad de la autoridad judicial, aliada permanente de la patronal.
Esta reforma laboral, pretende poner fuera de la legalidad el uso de la violencia por parte de los trabajadores, en cuanto a método. Aún cuando, el hecho de que las huelgas de trabajadores son por su naturaleza un ejercicio de fuerza, por tanto una acción violenta3. Sin embargo, ni siquiera aquella amplitud de criterio, burguesa por cierto, está siendo tolerada por la legislación propuesta.
Así las cosas, para nosotros resulta evidente, que esta reforma laboral es un verdadero “Caballo de Troya”, un “Presente Griego”. De la misma forma que las reformas anteriores, sobre todo todas las reformas impulsadas por Bachelet, como la transformación LOCE/LGE, que benefició grandemente a los bancos, potenciando la utilización del CAE, creado por Lagos. De la misma forma que la actual reforma educacional, eje de concentración económica en favor de los bancos, en contra de los estudiantes y en evidente detrimento de los sostenedores individuales (lo que al mundo proletario debiera serle indiferente).
El proletariado consciente y organizado debe rechazar de plano la reforma laboral propuesta, y debe proponer una reforma radical, que establezca verdaderos beneficios y desequilibre la relación de poder o de fuerzas actual, que establezca un claro e inequívoco peso para el mundo de los asalariados, entregando verdadero poder a estos y delimitando la capacidad de la patronal en su conjunto. Cualquier reforma que pretenda “empatar” o “equilibrar” la capacidad negociadora entre trabajadores y empresarios es una falacia4, puesto que desconoce el, de por si abismal, desequilibrio existente entre las capacidades de negociación de patrones y asalariados.
Nuestra política en particular, deberá consistir en buscar las alianzas más amplias posibles, en todos los planos, es decir, con otras organizaciones políticas revolucionarias, con otros frentes intermedios, en el mundo social con todos los actores. Pero particularmente en el mundo del trabajo, en los sindicatos, para buscar instalar nuestra posición en el ejercicio de la discusión colectiva, intentando convencer con convicción sobre nuestros puntos de vista al conjunto del proletariado y las clases subalternas, como también a los compañeros de otras organizaciones políticas. Es absolutamente imperioso buscar puntos de acuerdo tácticos sobre los temas de la reforma laboral con los distintos actores, tanto sociales como políticos para establecer una oposición firme y decidida a este nuevo atentado a los trabajadores.
Para terminar, queremos jugar un poco con la cita con que hemos comenzado, y parafrasearla para adaptarla al momento actual:
¡Que locura tan grande, pobres trabajadores! ¿Del enemigo pensáis que se ha ido? ¿O creéis que los Luksic pueden hacer regalos sin trampa? ¿Así conocemos aBachelet? O encerrados en esta reforma ocultos están los yanaconas, o contra nuestros derechos se ha levantado esta máquina para espiar nuestras casas y caer sobre la ciudad desde lo alto, o algún otro engaño se esconde: proletarios, no os fiéis de la reforma. Sea lo que sea, temo a los Luksic/Bachelet incluso ofreciendo presentes.
Carlos, Sergio
Por la Dirección Nacional
Trabajadores al Poder
Febrero, 2015
§Dánaos: Griegos, fuerzas griegas enfrentadas a los troyanos. Aqueos: uno de los nombres colectivos utilizados para el conjunto de los griegos en la Odisea y en la Ilíada. Teucros: Troyanos.
1Texto de la reforma laboral propuesta por Bachelet (aprobado por Luksic). http://www.agendalaboral.gob.cl/wp-content/uploads/2014/12/proyecto_ley_agenda_laboral.pdf
2Hermann von Mühlenbrock, presidente de la SOFOFA. Palabras expresadas durante la cena anual de dicha institución gremial patronal en la noche del 5 de Noviembre de 2014. Con presencia de connotados invitados, entre otros Michelle Bachelet y Sergio Muñoz (Presidente de la Corte Suprema). “Presidente de la Sofofa hace dura crítica a reformas de Bachelet” La Tercera, 05 de Noviembre, 2014.
3“Apuntes sobre el proyecto de Reforma Laboral: Avances y retrocesos en el mundo laboral ¿Publicidad Engañosa?” http://www.radiovillafrancia.cl/apuntes-sobre-el-proyecto-de-reforma-laboral-avances-y-retrocesos-en-el-mundo-laboral-publicidad-enganosa
4Una falacia es una mentira que pretende además del engaño, dañar a la persona a la cual es víctima del fraude. Es una clase especial de mentira, más dañina, por las intenciones de quien la ejerce. En simple, es una mentira malintencionada, dolosa.
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