Tu radio en Internet Netyco Argentina

martes, 17 de marzo de 2015

Granada: 36 años de la revolución socialista que brilló en el Caribe


El 13 de marzo de 1979 se produjo en Granada, isla de la cadena de Las Granadinas, el derrocamiento de Eric Gayry, quien había permanecido en el poder desde 1954, por un grupo de jóvenes integrantes del Movimiento Nueva Joya, dirigidos por Maurice Bishop.

La revolución granadina tuvo como característica el haber tomado el gobierno de manera pacífica en un proceso organizativo de seis años que tuvo una sola acción militar el 13 de marzo de 1979, día del triunfo.

En su primer mensaje a la nación el líder popular Maurice Bishop anunciaba:
“Pueblo de Granada: esta revolución es para el trabajo, para la alimentación, para la vivienda decente y los servicios de salud, y para un futuro brillante para nuestros hijos y nietos. Los beneficios de la revolución serán para todos, sin importar cuáles sean las opiniones políticas de cada cual o a qué partido apoyan. Unámonos todos como uno solo…” (Diario Granma, del 10-3-80).

En la Declaración de Principios de 1974 la organización Nueva Joya esbozaba los objetivos de la revolución: Participación activa del pueblo en la vida social y política, democracia popular, creación de cooperativas para activar la economía, sistema nacional de salud pública, desarrollo de capacidades y talentos populares y la cultura, control soberano de los recursos naturales, trabajo para todos, nivel de vida digno para todas las familias, libertad de conciencia, una sociedad justa.

En los primeros años, la revolución se enfocó en un esfuerzo para romper el carácter dependiente de la economía, superar el atraso agrícola e industrial y el combate al analfabetismo y el desempleo. El modelo económico granadino intentaba desarrollar cinco sectores estratégicos: agricultura, agroindustria, industria forestal, pesca y turismo. Para este último sector era imprescindible la construcción de un aeropuerto internacional en la isla.

Bernard Coard, ideólogo de la reconstrucción nacional, al abrir la Primera Conferencia sobre la Ciencia y la Tecnología en Granada, desarrolló los cuatro pilares de la revolución: “…Concebimos el proceso revolucionario como un proceso de cambio y desarrollo de nuestra sociedad, con cuatro revoluciones dentro de la revolución: la revolución política, la revolución económica, la revolución cultural y la revolución científica y tecnológica. Todas ellas han de ser desarrolladas para hacer avanzar el proceso de la revolución de Granada, siempre en ascenso”.

En política exterior el canciller Unison Witheman, señalaba los principios que regían al nuevo gobierno:
“Nosotros, que hemos sido durante siglos peones en el tablero del ajedrez diplomático de insensibes coloniales, presentamos una legítima demanda: que se nos dé la oportunidad de desarrollar nuestras sociedades en interés de nuestros pueblos, sin ninguna interferencia ni dictado exterior. Nuestros pueblos no poseen armas para glorificar o romantizar la guerra, cosa que por otra parte no tenemos el deseo de hacer”.

Una Granada que se declaraba antiimperialista, perteneciente al Movimiento de los No Alineados, defensora del principio de autodeterminación de los pueblos y la soberanía en 1979 proponía a la IX Asamblea General de la OEA “proclamar zona de paz, de independencia y desarrollo la cuenca del Caribe”.

Murice Bishop, primer ministro de la nación, recalcaba,
“Consideramos que deben ser desmontadas las bases e instalaciones militares existentes en el territorio de los países latinoamericanos y del Caribe que no deseen tenerlas. Los pueblos de esta región deben estar libres de cualquier chantaje agresivo por parte de potencia militar alguna. Debe ponerse fin a la Doctrina Monroe y a todas las demás doctrinas dirigidas a perpetuar el hegemonismo, el intervencionismo o a satelizar la región”.

El brillo de una Joya en el Caribe

Los resultados no se hicieron esperar.

En el aspecto político, bajo la consigna “Todo el mundo tiene que estar organizado”, y para fortalecer la participación popular para la solución de los problemas desde las comunidades se logró incorporar a alrededor del 80 por ciento de la población a organizaciones de base, fortaleciendo los mecanismos democráticos que impulsaba el nuevo gobierno.

En al área económica, el PIB creció 2,1 por ciento (1979), 3,0 por ciento (1980) y 5,5 por ciento (1982) a partir de una economía mixta con tres sectores: estatal, cooperativista y participación privada nacional e internacional.

El desempleo que durante el gobierno del dictador Eric Gayry alcanzaba el 49 por ciento de la población (69 por ciento entre las mujeres y 80 por ciento en los menores de 25 años) tres años luego de la llegada de la revolución disminuía al 14 por ciento, con planes de erradicación total de este flagelo en 1985.

Luego de 450 años de colonialismo y neocolonialismo se abrió en la isla la primera planta agroindustrial; además, se creó la Comisión de Reforma Agraria, con base en el principio de “la tierra es de quien la trabaja” y arrancó el proceso de formación de la Flota Pesquera Nacional, para garantizar la alimentación a la población.

El imperialismo al acecho

Desde el mismo 13 de marzo de 1979 arrancaron las provocaciones y agresiones de Estados Unidos Contra Granada. La Casa Blanca y el Pentágono acusaba al gobierno popular de Maurice Bishop de:
– Acercamiento a Cuba y la Unión Soviética, “enemigos” de EEUU en el contexto de la “Guerra Fría”.

– Expandir el modelo socialista en el Caribe.

– Pretender utilizar el aeropuerto (en construcción en esa etapa) para uso militar de cubanos y soviéticos.

– Debido a la cercanía a Venezuela, rica en petróleo, gas, hierro y bauxita; Granada amenazaba el control de estos recursos por parte de las transnacionales ligadas a la Casa Blanca.

– EEUU declaraba a esta isla de tan sólo 344 km2 y menos de 100.000 habitantes “una amenaza a su seguridad nacional” en el Caribe.

Para obstaculizar a Granada, el gobierno estadounidense promovió el bloqueo al acceso a fondos para la construcción del aeropuerto internacional así como los préstamos del Banco de Desarrollo del Caribe.

El 20 de agosto de 1981, Maurice Bishop dirigió un mensaje a jefes de gobierno, organismos internacionales y destacadas personalidades políticas de América y el mundo, en el que denunció una inminente invasión o agresión militar del gobierno de Ronald Reagan y solicitó la solidaridad del mundo con el pueblo de Granada.

Algunos aspectos concretos de la denuncia del mandatario fueron:
1.- Nombres en clave que serían usados en la operación militar: Amber y Amberdinas: Granada y las Granadinas
2.- Ensayo de invasión militar en Vieques, Puerto Rico, área con una topografía similar a la de Granada.

La operación incluía el desembarque anfibio de fuerzas militares, así como el vuelo directo desde la base aérea de Norton (California) por parte del 75° Batallón de Rangers (con especial entrenamiento) ubriendo semejante distancia para un ataque a Granada.

3.- Argumentos a ser utilizados por EEUU ante la opinión pública:
– Considerar al gobierno de Granada de “no amistoso”, “amenaza para la seguridad nacional”.

– Instar a convocar a elecciones para la elección de un nuevo gobierno (distinto al de Nueva Joya)
Bishop denunciaba algunas declaraciones del contralmirante de las Fuerzas Conjuntas de Contingencia del Caribe, Robert M. Mckenzie sobre:
a) Importancia que su gobierno da a la “protección de las rutas del Atlántico por las que transita el 65% de las importaciones de bauxita y otros productos estratégicos”;

b) Descripción de Nicaragua, Cuba y Granada como “prácticamente un solo país” y de la situación planteada como un “problema político-militar”;

c) Señalamiento como objetivo del ejercicio: dar un ejemplo ante el mundo de cómo responden los EEUU en la cuenca del Caribe.

Como afirmara Bishop, “sólo la fuerza de la opinión pública internacional puede detener al gobierno de Reagan e impedir que lleve a cabo este plan… antes de noviembre de 1981 ocurrirá bien sea una invasión de tropas mercenarias o una agresión militar directa contra Granada de parte de las fuerzas estadounidenses”.

El embajador de Estados Unidos en Barbados, y otros altos funcionarios norteamericanos negaron la denuncia del primer ministro de Granada.

El ocaso temporal de una luz en el Caribe

El 18 de octubre de 1983, al regresar de una visita diplomática a Checoslovaquia y Hungría, Bishop fue depuesto por el Comité Central del Partido Nueva Joya y sometido a arresto domiciliario. La acción era dirigida por partidarios del viceprimer ministro Bernard Coard (antiguo compañero de Bishop). Ante el hecho se produjo una manifestación popular que fue reprimida por un destacamento armado.

Por ordenes de Bernard Coard y Hudson Austin; Maurice Bishop, Unison Whiteman (fundadores de Nueva Joya) la ministra de Educación Jacqueline Creft, el primer vicepresidente de la Central Sindical Vincent Noel, el ministro de vivienda Fitzaray Bain y el líder sindical Norris Bain fueron ejecutados en la base militar de Fort Rupert.

La violencia fue la excusa perfecta para la invasión por parte de EEUU, con el argumento de “proteger la vida de ciudadanos estadounidenses que estaban en peligro”.

El 25 de octubre de 1983 Estados Unidos desencadena la “Operación Furia Urgente”, con el apoyo de los gobiernos de Antigua y Barbuda, Barbados, Dominica, Jamaica, Santa Lucía y San Vicente y las Granadinas.

A la isla fueron enviados 7.300 marines. Como resultado se produjeron 54 muertos y 116 heridos de EEUU y sus aliados; 45 militares, 24 civiles muertos y 358 heridos granadinos; y 25 muertos, 59 heridos, 638 prisioneros cubanos civiles que participaban en la construcción del Aeropuerto.

La Asamblea General de la ONU condenó la acción imperial con 108 votos a favor, 27 abstenciones, mientras EEUU obtiene el apoyo de sólo nueve países. A pesar del rechazo mundial se había impuesto la “Ley de la selva” como práctica internacional por parte del Imperio norteamericano. - 

Telesur

0 comentarios: