La inacción del presidente estadounidense, Barack Obama, ante las torturas practicadas durante años por la CIA equivale a una “amnistía de facto” a los torturadores, denuncia la organización de promoción de los derechos humanos Amnistía Internacional (AI).
Debe publicarse el informe íntegro del comité del Senado sobre las detenciones secretas de la CIA (siglas inglesas de ‘Agencia Central de Inteligencia’), y garantizar que se rindan cuentas por los delitos tipificados en el derecho internacional.
“Debe publicarse el informe íntegro del comité del Senado sobre las detenciones secretas de la CIA (siglas inglesas de ‘Agencia Central de Inteligencia’), y garantizar que se rindan cuentas por los delitos tipificados en el derecho internacional”, proclama en su portada el informe de 146 páginas, presentado ayer martes por la directiva de AI Naureen Shah (aquí, en inglés).
El colectivo denuncia el “silencio ensordecedor” de la Administración de Obama sobre las torturas de los órganos de Inteligencia estadounidenses, que, solo en parte, se dieron a conocer el pasado 9 de diciembre con la publicación de fragmentos de una investigación del Senado: 525 páginas de un total de 6 700.
Las autoridades de EE.UU. aseguran que las torturas, aprobadas por el anterior presidente George W. Bush, se interrumpieron al sucederle Obama en 2009, y el Departamento de Justicia decidió, por tanto, que no era “necesario” presentar cargos contra los torturadores y reiteró que no reabriría el caso tras la publicación del informe del Senado.
Tal como lo ve Amnistía Internacional, esto equivale a una amnistía de facto para delitos tipificados por el derecho internacional.
“Tal como lo ve Amnistía Internacional, esto equivale a una amnistía de facto para delitos tipificados por el derecho internacional”, puede leerse en el informe publicado el martes por AI, titulado Estados Unidos: delitos e impunidad.
Con su actuación, estima AI, el Gobierno de Obama está “barriendo debajo de la alfombra” los crímenes cometidos por sus agentes de Inteligencia. Por ello, reclama al Departamento de Justicia que “reabra y amplíe la investigación” sobre los malos tratos y lleve ante un tribunal a los responsables, “independientemente del cargo que ocupasen”.
Pero antes es necesario hacer pública la información sobre los nombres, lugares y fechas de todas las cárceles secretas dirigidas por la CIA, señala el informe de AI.
Shah, directora del programa de AI sobre seguridad y derechos humanos en Estados Unidos, denuncia ante la prensa que el Departamento de Justicia de Washington dice haber revisado el informe del Senado sin encontrar nuevas pruebas de violaciones de las leyes penales del país norteamericano.
El colectivo de derechos humanos, con sede en Londres (Reino Unido), ha hecho llamadas de alerta al respecto pues, dada la impunidad de los torturadores estadounidenses, estos “pudieran” reincidir en el futuro.
Junto a la preocupación de AI por la impunidad de pretéritos torturadores, otros observadores señalan que las técnicas autorizadas por el anterior Gobierno estadounidense han sido sustituidas oficialmente por tortura psíquica, basada en el confinamiento en soledad, la privación de sueño, el aislamiento sensorial y posturas corporales estresantes.
Del mismo modo, el mantenimiento de centros clandestinos de detención, sumado a la permisividad de la Administración de Obama ante el ejercicio de la tortura por sus predecesores, hace imposible verificar si tales prácticas continúan y mucho menos predecir si será el futuro modus operandi de los servicios de Inteligencia de EE.UU.
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HISPANTV
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