El conflicto ucraniano continúa pese al acuerdo logrado el pasado 12 de febrero en Minsk, capital bielorrusa. Los independentistas de Donbás (este de Ucrania) acusan al Ejército ucraniano de violar el alto al fuego y afirman que solo responden a los ataques de los oponentes.
El pasado 12 de febrero en Minsk fue acordado el alto al fuego entre el Ejército ucraniano y los independentistas de las regiones de Donetsk y Luganks a partir del 15 de febrero del 2015. Pese a esta resolución, los independentistas acusan al Ejército ucraniano de violar el acuerdo e intentar provocar contestaciones armadas por parte de los combatientes de Donbás.
Pese a que se viola el acuerdo de Minsk, la situación en el este ucraniano es menos tensa y la gente intenta vivir una vida tranquila. En Donetsk muchas personas han vuelto a su vida cotidiana, sin embargo temen que en cualquier momento que puedan ser blanco de un nuevo ataque.
La guerra ha dejado en escombros no solo viviendas y edificios sino también monumentos que recuerdan la victoria de la Unión Soviética contra la Alemania nazi.
"Saur Magila" es uno de los puntos más altos en Donetsk, por lo que se convierte en un lugar estratégico para vigilar a los oponentes. Este sitio ha registrado violentas batallas y ha pasado de mano a mano entre el Ejército ucraniano y los independentistas.
Los memoriales en escombros ahora se encuentran a pocos pasos de las tumbas de decenas de combatientes que han perdido sus vidas en el conflicto ucraniano.
Las autoridades de la autodenominada Nueva Rusia afirman que el acuerdo de Minsk no se cumple aunque recalcan que se siente una baja de los ataques.
Las autoridades de Donetsk afirman que el Gobierno ucraniano no desea mantener un diálogo constructivo con las regiones independentistas, lo que dificulta que las confrontaciones terminen por completo. Recalcan que mientras no sean escuchados continuarán defendido sus derechos a la autodeterminación.
Cristian Eloy Torres, Donetsk.
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