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miércoles, 7 de diciembre de 2016

AMÉRICA DEL SUR / VENEZUELA La geopolítica de la clasificación de riesgo y la manipulación del Riesgo País


¿Son las calificadoras de riesgo independientes en sus análisis?, en caso de que no lo sean ¿Cuáles intereses representan? ¿Los intereses del capital financiero internacional?

En el capitalismo contemporáneo el concepto “calificación de riesgo” ha adquirido una significación importante, no solo por la influencia que tienen en la determinación de las tasas de interés adjudicados a la deuda emitida por un país, sino también por el análisis detallado de los factores coyunturales y estructurales que inciden en la voluntad y capacidad de pago de una economía.
A La calificación de riesgo la han disfrazado, como un requisito habitual para medir “la confianza” que existe en el mercado para invertir en un país. Dada la situación económica, financiera y política de cada país, implicará que existan países con alta calificación (bajo riesgo) y otros con calificación baja (alto riesgo). Todo esto, bajo los criterios determinados por los centros de poder.
En el mundo occidental, las empresas calificadoras de riesgo se encuentran circunscritas al marco regulatorio del mercado de capitales en los Estados Unidos, donde instituciones específicas como la Comisión de Valores de EEUU (SEC por sus siglas en inglés) las autorizan y regulan. Esta condición obliga a muchos países e instituciones financieras a nivel internacional a contratar a alguna de las tres principales calificadoras de riesgo norteamericana, a saber, Fitch Ratings, Standard and Poor´s y Moodys.
Sin embargo, la experiencia que han tenido una serie de países con estas tres calificadoras ha sido en muchos casos negativa, debido a los sesgos que aplican a favor del capital y los intereses norteamericanos. Las calificaciones de riesgo se han convertido en un elemento de poder desde los centros financieros mundiales hacia naciones y economías menos desarrolladas debido a la gran cantidad de información que acumulan para realizar sus servicios de vigilancia.
En tal sentido, es posible afirmar que el poder o la capacidad de decidir el riesgo que existe en una economía es una prerrogativa que otorga cierta preeminencia a nivel internacional. Aquellos que tienen el poder de definir estos parámetros hacen que los Estados sean vulnerables frente a ellos. Ejemplos de estas situaciones han variado recientemente en medio de una época de crisis económica continuada[1].
La descripción de este tipo de comportamiento nos lleva a plantearnos algunas preguntas: ¿Son las calificadoras de riesgo independientes en sus análisis?, en caso de que no lo sean ¿Cuáles intereses representan? ¿Los intereses del capital financiero internacional?
Si se observa la práctica que han tenido desde hace más de un siglo  las firmas Fitch, Standard and Poor´s y Moody´s, utilizando esta calificación como instrumento del Imperialismo Financiero. Actuando a favor del capital internacional y de los intereses de los Estados Unidos.
En la misma línea actúan los Bancos de Inversión a nivel internacional, especialmente el Banco JP Morgan Chase a través de la elaboración del índice del Riesgo País. Este índice se diferencia de la calificación de riesgo debido a que su análisis se refiere al corto plazo y tiene relación con la determinación de las tasas de interés adjudicada a la deuda emitida por un país.
La metodología del índice de Riesgo País (RP)- al igual que la calificación de riesgo-  toma en cuenta factores económicos, políticos, financieros y administrativos de un país para realizar sus análisis. El RP viene siendo utilizado por el capital financiero, como una manera sutil de someter a los países que no se subordinan a la política de los Estados Unidos.
En ese sentido, los Bancos de Inversión actúan de acuerdo a unos determinados intereses y por lo tanto sus análisis no dejan de responder a ellos. El trato de los Bancos de Inversión hacia Venezuela es ilustrativo, sobretodo cuando nuestro país exhibe un índice de riesgo país superior a países que se encuentran en guerra.
En cualquier caso, la dinámica de las calificadoras de riesgo y los bancos de inversión no escapa a la confrontación por una mayor cuota de mercado, un mayor potencial de poder o simplemente por la influencia a nivel internacional que se disputa la principal potencia mundial.
Finalmente, es preciso recordar que en los últimos años la economía venezolana ha sido víctima de las evaluaciones desproporcionadas y sesgadas de las principales calificadoras de riesgo norteamericanas y de los Bancos de Inversión norteamericanos, los cuales de manera insistente han venido promoviendo un escenario de default en la economía venezolana.
Frente a esta situación nuestro país debe fortalecer el proceso de diversificación de operadores financieros más seguros y confiables con el objetivo de reducir su vulnerabilidad en el escenario económico internacional. Un primer paso en este sentido puede ser buscar una relación más cercana con otras empresas calificadoras a nivel mundial y entablar un mayor acercamiento con instituciones representativas de la nueva arquitectura financiera internacional. De lo contrario, Venezuela se expone a seguir sufriendo los ataques de un sistema que cuando busca debilitar a sus enemigos ha resultado ser implacable.

“La deuda no pagada llevará a la bancarrota de los bancos, que tendrán que ser nacionalizados, y el estado tendrá que tomar el camino que a la postre llevará al comunismo”.
Karl Marx
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[1] El propio Presidente Barack Obama recientemente cuestionaba la metodología que estaba utilizando Standard and Poor´s para calificar la economía estadounidense.
Por Economía Crítica Venezuela

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