Odlanier Rafael Mena Salinas, general de brigada (R), primer director de la Central Nacional de
Informaciones (CNI) luego de que Pinochet disolviera la DINA. Cargo que ocupó por
espacio de 2 años y ocho meses (entre 1977 y 1980). Luego fue sucedido por el
General Humberto (siniestro) Gordon en la CNI. Odlanier, quien dejara impreso
su sello en dicho organismo de la Dictadura militar, quien se suponía “más benevolente o refinado”
que la carnicero del “Mamo” Contreras (los asesinados y torturados no opinan lo
mismo)
Luego de pedir su retiro del organismo Pinochet lo envió de
embajador a Panamá.
"El sábado 19 de mayo en el Mall Parque Arauco, muy
cerca de las 13:30 y mientras salíamos de la tienda Ripley al patio de comidas
con mi hijo menor y mi pareja, me llamó la atención un erguido anciano que
caminando con bastón, ingresaba a la citada tienda.
Primero lo empecé a seguir con la mirada. Caminaba con algunas bolsas de
compras en su mano izquierda, mientras acompañaba a una dama mayor, que con el
pelo cano tomado en un moño le llevaba metros de ventaja. El hombre medía
aproximadamente 1.85 de estatura y vestía de sport con una casaca de gamuza
color café oscuro. Pasaron algunos breves segundos y concluí que era él:
Odlanier Mena, el primer Jefe de la CNI desde fines del 77 al 80".
Si bien es cierto
Odlanier le fue otorgado un beneficio
carcelario (Salida Dominical) desde el 6 de Febrero del 2011. Desde entonces,
el ex uniformado de 86 años abandona el lujoso y cómodo penal Cordillera de
Peñalolén cada domingo a las 07.00 horas y regresa a él a eso de las 10pm.
Pero al parecer, y a
juzgar por el relato del periodista y la fotografía, no hay mucho control en el
Penal Cordillera como ya lo demostrara el caso del General (r) Raúl Iturriaga
Neumann, quien, a raíz de un caso “similar” al de Odlanier terminó cumpliendo
reclusión en Punta Peuco. Que si bien tampoco tiene tanta seguridad, pero tiene
más vigilancia y menos comodidades que el Resort conocido como Penal
Cordillera.
Esto viene a
demostrar, una vez más , las diferencias que hay entre la “gente común” y el
resto de la sociedad, y por sobre todo, la diferencia en el trato en estos últimos
años (que ha sido con guante blanco) a los militares que asesinaron,
torturaron, violaron y que son condenados internacionalmente por los horribles crímenes
de lesa humanidad, pero que al parecer en Chile han tenido la misma connotación
y penas que un delito menor como un “choque” o el no pagar una pensión
alimenticia.
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