Abogados de DD.HH. pedirán desafuero del actual parlamentario de RN
En septiembre de 1981 tres miembros del MIR fueron asesinados en Remeco Alto, una localidad de la entonces Décima Región, cerca de Neltume. Eugenio Monsalve Sandoval, Próspero Guzmán Soto y Patricio Calfuquir Henríquez fueron abatidos a tiros mientras dormían. Según testimonios que recoge la investigación judicial, al mando de la operación estaba el parlamentario que este año repostula a un puesto en la Cámara.
por Jorge Escalante
El comandante Rosauro se abalanzó sobre la puerta de madera para abrirla de una patada, pero se le trabó su fusil ametralladora. Rosauro retrocedió nervioso y ordenó a sus hombres rodear la humilde construcción de madera. Adentro se refugiaban los miristas Eugenio Monsalve Sandoval, Próspero Guzmán Soto y Patricio Calfuquir Henríquez.
La bandera chilena todavía flameaba al viento fresco esa mañana del 20 de septiembre de 1981 en Remeco Alto, a corta distancia de Neltume en la precordillera de Valdivia. El aire olía a leña humeante.
Rosauro, conocido en el Ejército como El Mosquetón, habló en un susurro de voz con la dueña de la casa, Floridema Jaramillo Manquel. Esta le informó que los tres jóvenes dormían. Habían llegado hambrientos y cansados pidiendo comida, refugio y camas donde descansar. El destacamento de Tropas Especiales de la Compañía de Comandos N°8 de Valdivia al mando del comandante Rosauro Martínez Labeé, se había acercado sigilosamente a la casa.
La bandera chilena todavía flameaba al viento fresco esa mañana del 20 de septiembre de 1981 en Remeco Alto, a corta distancia de Neltume en la precordillera de Valdivia. El aire olía a leña humeante.
Rosauro, conocido en el Ejército como El Mosquetón, habló en un susurro de voz con la dueña de la casa, Floridema Jaramillo Manquel. Esta le informó que los tres jóvenes dormían. Habían llegado hambrientos y cansados pidiendo comida, refugio y camas donde descansar. El destacamento de Tropas Especiales de la Compañía de Comandos N°8 de Valdivia al mando del comandante Rosauro Martínez Labeé, se había acercado sigilosamente a la casa.
Algunos agentes de la Unidad Antiterrorista (UAT) de la CNI, colaboraban esa mañana con los hombres del comandante Rosauro al mando de El Monje Loco. Así nombraron los prisioneros del campo de Pisagua en 1973, al entonces teniente de Ejército Conrado García Gaier. Conrado había sido en ese lugar el oficial más temido por sus refinadas torturas. A veces vestía capa negra y tocaba el órgano sustraído a la parroquia, antes de dar inicio a los tormentos. Rosauro y El Monje operaban esa mañana codo a codo en busca de la ansiada presa.
Junto a ellos actuaba en la zona Pete el Negro. El ahora capitán de Ejército Enrique Sandoval Arancibia, era el jefe de la Brigada Rojo de la CNI en el cuartel Borgoño de Santiago, grupo a cargo de exterminar al MIR. Pero Pete tenía otra historia. En octubre de 1973 al poniente de Santiago, siendo un teniente del Regimiento Yungay de San Felipe, le dio cuatro tiros en la cabeza con su pistola Steier al niño de 13 años Carlos Fariña Oyarce. Después roció su cuerpo con gasolina y lanzó un fósforo, según consta en la investigación judicial.
Fue la víctima más joven de la dictadura. Después fue importante asesor del ex agente Dina Cristián Labbé Galilea, cuando era alcalde de Providencia.
Con ellos operaba el comandante Rosauro en la precordillera al mando de su destacamento. Era la Operación de Contraguerrilla Machete como la denominó oficialmente la Comandancia en Jefe del Ejército.
En 1978 el Movimiento de Izquierda Revolucionaria, MIR, inició la Operación Retorno a Chile con el fin de combatir la dictadura por las armas. A comienzos de la década del ‘80, poco menos de veinte militantes se instalaron en Neltume y sus alrededores para conformar el Destacamento Guerrillero Toqui Lautaro.
Poco antes del asalto a la casa de doña Floridema, ayudados por los baqueanos de la zona Dagoberto Pineda y José Flores, Rosauro, su gente y sus colaboradores de la UAT, descubrieron el tatoo de los miristas. Un refugio subterráneo. Los militantes alcanzaron a huir, pero perdieron todo cuanto tenían: alimentos, remedios, documentos y algunas armas. De ahí en adelante, se convirtieron en seres hambrientos y errantes por los gélidos parajes de la precordillera. Ya no pudieron permanecer unidos, debiendo separarse en pequeños grupos.
Aunque era la madrina de Monsalve, la misma Floridema denunció a los tres militantes enviando a su hijo de 15 años a avisar a los Carabineros del retén Neltume. Estos montaron en un vehículo y se dirigieron al campamento donde permanecía el destacamento de Rosauro. El sargento Alfonso Rozas, jefe del retén, habló directamente con él y le entregó la información.
Rosauro y un puñado de sus hombres lo encontraron a pocos metros de distancia aún con vida oculto entre unos coligües. Le dispararon directo a la cabeza y lo mataron. Un helicóptero Puma enviado desde la IV División del Ejército en Valdivia por su comandante el general Rolando Figueroa Quezada, recogió los tres cadáveres y los condujo a esa ciudad entregándolos en la morgue local.
Tiempo después, desde Valdivia, Rosauro envió a Floridema una mediagua sin forrar por la que se colaba el viento helado. Floridema protestó por la vivienda que no alcanzaba a reemplazar la calidad de la destruida, pero no logró nada más del comandante.
Fue la víctima más joven de la dictadura. Después fue importante asesor del ex agente Dina Cristián Labbé Galilea, cuando era alcalde de Providencia.
Con ellos operaba el comandante Rosauro en la precordillera al mando de su destacamento. Era la Operación de Contraguerrilla Machete como la denominó oficialmente la Comandancia en Jefe del Ejército.
En 1978 el Movimiento de Izquierda Revolucionaria, MIR, inició la Operación Retorno a Chile con el fin de combatir la dictadura por las armas. A comienzos de la década del ‘80, poco menos de veinte militantes se instalaron en Neltume y sus alrededores para conformar el Destacamento Guerrillero Toqui Lautaro.
Poco antes del asalto a la casa de doña Floridema, ayudados por los baqueanos de la zona Dagoberto Pineda y José Flores, Rosauro, su gente y sus colaboradores de la UAT, descubrieron el tatoo de los miristas. Un refugio subterráneo. Los militantes alcanzaron a huir, pero perdieron todo cuanto tenían: alimentos, remedios, documentos y algunas armas. De ahí en adelante, se convirtieron en seres hambrientos y errantes por los gélidos parajes de la precordillera. Ya no pudieron permanecer unidos, debiendo separarse en pequeños grupos.
Aunque era la madrina de Monsalve, la misma Floridema denunció a los tres militantes enviando a su hijo de 15 años a avisar a los Carabineros del retén Neltume. Estos montaron en un vehículo y se dirigieron al campamento donde permanecía el destacamento de Rosauro. El sargento Alfonso Rozas, jefe del retén, habló directamente con él y le entregó la información.
Directo a la cabeza
Esa mañana de septiembre, a una señal de Rosauro los comandos y agentes de la UAT abrieron fuego con fusiles automáticos y una ametralladora punto 30 instalada en lugar estratégico. La casa de madera quedó totalmente destruida por el nutrido fuego de grueso calibre. Patricio Calfuquir y Próspero Guzmán murieron sólo en minutos atravesados por las balas. El cadáver de Guzmán quedó con 28 heridas de proyectiles de acuerdo al informe de autopsia. Eugenio Sandoval, quedó herido y alcanzó a huir por una ventana posterior.Rosauro y un puñado de sus hombres lo encontraron a pocos metros de distancia aún con vida oculto entre unos coligües. Le dispararon directo a la cabeza y lo mataron. Un helicóptero Puma enviado desde la IV División del Ejército en Valdivia por su comandante el general Rolando Figueroa Quezada, recogió los tres cadáveres y los condujo a esa ciudad entregándolos en la morgue local.
Tiempo después, desde Valdivia, Rosauro envió a Floridema una mediagua sin forrar por la que se colaba el viento helado. Floridema protestó por la vivienda que no alcanzaba a reemplazar la calidad de la destruida, pero no logró nada más del comandante.
Unos días antes del asalto a la casa, dieron muerte al mirista Raúl Obregón Torres. El 17 de septiembre de 1981 mataron a Pedro Yáñez Palacios. Este se ocultaba en el hueco de un árbol con un pie gangrenado y amputado por congelamiento. El 28 de noviembre de ese año mataron también a Juan Ojeda Aguayo en la zona de Quebrada Honda.
Otro oficial que operó en la zona de Neltume bajo las órdenes del comandante Rosauro Martínez, fue Arturo Sanhueza Ros. Un destacado represor que perteneció a la CNI operando en el cuartel Borgoño. El Huiro, como le dicen sus cercanos, formaba parte de la Compañía de Comandos N°8 en Valdivia como instructor. Sus crímenes lo conducen a la Operación Albania y a los asesinatos del periodista José Carrasco y otros tres opositores tras el atentado a Augusto Pinochet en 1986.
El mismo Sanhueza declaró en el proceso por los crímenes de 1981 en Neltume que instruye la jueza Emma Díaz Yévenes de Valdivia. El oficial formó parte de aquel destacamento de los entonces tenientes de Ejército Mario de Toro Gallardo, Iván Fuentes Sotomayor, Julio Arellano Garamund y Claudio Peppi Onetto.
En la Operación Contraguerrilla Machete, Rosauro Martínez con el grado de capitán tuvo bajo su mando a 192 efectivos de ese destacamento. Este lo integraban 4 tenientes, 1 subteniente, 8 suboficiales, 49 cabos y 130 conscriptos.
En el proceso, los suboficiales Eduardo Inostroza Reyes y Luis Jerez Prussing, afirman que por sus declaraciones prestadas, en especial temen a su ex comandante Rosauro Martínez.
Según dijo en el proceso el suboficial e integrante de la CC8 Luis Jerez Prussing, en la Operación Machete formó parte un equipo de Televisión Nacional de Chile.
Terminada la operación Neltume, Rosauro se fue a al Comando Sur del Ejército de Estados Unidos en Panamá. Por ello recibió otra felicitación en su hoja de vida en diciembre de 1981.
Por estos crímenes, hasta ahora la jueza Emma Díaz mantiene procesados al actual coronel retirado Conrado García y al capitán en retiro Enrique Sandoval Arancibia. Esta semana sería presentada en la Corte de Apelaciones de Valdivia la solicitud de desafuero del actual diputado de Renovación Nacional, Rosauro Martínez por parte del abogado Boris Paredes. El pretendido desafuero tiene por fin pedir posteriormente el procesamiento del parlamentario por estos delitos de lesa humanidad, los que la magistrada tiene ya tipificados como homicidios calificados.
Antes de integrar el destacamento que ultimó a los miristas en Neltume, Rosauro Martínez integró la DINA. A pesar de que él lo ha negado reiteradamente, el diputado llevaría el número 77 en la lista con 1.097 ex agentes que en 2008 el Ejército entregó al ministro en visita extraordinaria Alejandro Solís. Hasta entonces siempre negada a los tribunales, esta es la única lista que el Ejército ha conformado hasta ahora con nombres de oficiales y suboficiales que integraron la DINA.
El ex agente y comandante Rosauro, ha sido diputado desde 1994 y este año postula a su reelección por el distrito 41 de Chillán.
Otro oficial que operó en la zona de Neltume bajo las órdenes del comandante Rosauro Martínez, fue Arturo Sanhueza Ros. Un destacado represor que perteneció a la CNI operando en el cuartel Borgoño. El Huiro, como le dicen sus cercanos, formaba parte de la Compañía de Comandos N°8 en Valdivia como instructor. Sus crímenes lo conducen a la Operación Albania y a los asesinatos del periodista José Carrasco y otros tres opositores tras el atentado a Augusto Pinochet en 1986.
El mismo Sanhueza declaró en el proceso por los crímenes de 1981 en Neltume que instruye la jueza Emma Díaz Yévenes de Valdivia. El oficial formó parte de aquel destacamento de los entonces tenientes de Ejército Mario de Toro Gallardo, Iván Fuentes Sotomayor, Julio Arellano Garamund y Claudio Peppi Onetto.
En la Operación Contraguerrilla Machete, Rosauro Martínez con el grado de capitán tuvo bajo su mando a 192 efectivos de ese destacamento. Este lo integraban 4 tenientes, 1 subteniente, 8 suboficiales, 49 cabos y 130 conscriptos.
En el proceso, los suboficiales Eduardo Inostroza Reyes y Luis Jerez Prussing, afirman que por sus declaraciones prestadas, en especial temen a su ex comandante Rosauro Martínez.
Según dijo en el proceso el suboficial e integrante de la CC8 Luis Jerez Prussing, en la Operación Machete formó parte un equipo de Televisión Nacional de Chile.
Felicitaciones
Por su misión en Neltume a cargo de la CCN°8, el comandante Rosauro recibió felicitaciones del Ejército estampadas en su hoja de vida. El 11 de noviembre de 1981 dice: “Extraordinario desempeño al mando de la Compañía de Comandos N°8 durante las acciones de combate contrasubversivas en la zona de Neltume, donde resultaron siete extremistas muertos sin bajas del Ejército”.Terminada la operación Neltume, Rosauro se fue a al Comando Sur del Ejército de Estados Unidos en Panamá. Por ello recibió otra felicitación en su hoja de vida en diciembre de 1981.
Por estos crímenes, hasta ahora la jueza Emma Díaz mantiene procesados al actual coronel retirado Conrado García y al capitán en retiro Enrique Sandoval Arancibia. Esta semana sería presentada en la Corte de Apelaciones de Valdivia la solicitud de desafuero del actual diputado de Renovación Nacional, Rosauro Martínez por parte del abogado Boris Paredes. El pretendido desafuero tiene por fin pedir posteriormente el procesamiento del parlamentario por estos delitos de lesa humanidad, los que la magistrada tiene ya tipificados como homicidios calificados.
Antes de integrar el destacamento que ultimó a los miristas en Neltume, Rosauro Martínez integró la DINA. A pesar de que él lo ha negado reiteradamente, el diputado llevaría el número 77 en la lista con 1.097 ex agentes que en 2008 el Ejército entregó al ministro en visita extraordinaria Alejandro Solís. Hasta entonces siempre negada a los tribunales, esta es la única lista que el Ejército ha conformado hasta ahora con nombres de oficiales y suboficiales que integraron la DINA.
El ex agente y comandante Rosauro, ha sido diputado desde 1994 y este año postula a su reelección por el distrito 41 de Chillán.
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