1 de octubre de 2013

El vicepresidente de Monsanto para Latinoamérica Sur, Pablo
Vaquero, indicó que se mantendrán todas las acciones legales para que vuelvan a
ponerse en marcha las obras de la planta ubicada en Malvinas Argentinas
(Córdoba), que contaron con una inversión de US$150 millones.
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A nueve meses del inicio de la
construcción de la nueva planta de tratamiento de semillas de maíz Monsanto en
la zona de Malvinas Argentinas (Córdoba), el avance de las obras se ha
detenidos por la oposición de grupos ambientalistas.
Un campamento que se mantiene hace dos
semanas en las inmediaciones de la obras, ha impedido garantizar las
condiciones necesarias para continuar con el plan de obra previsto, al tiempo
que generan posibles riesgos sanitarios”, según indicó en un comunicado
la empresa con sede en los Estados Unidos, por lo que hoy los obreros no fueron
ni siquiera a trabajar. Esto implica una suspensión temporal de las obras que
pone en juego unos 200 puestos de trabajo, consigna el diario argentino Cronista.
La jornada de este lunes fue la más violenta en una situación de
clara escalada del conflicto
entre los manifestantes que se oponen a la puesta en marcha de la planta y
bloquean el ingreso a sus obras, los trabajadores que la construyen y la
empresa. Dos
manifestantes fueron detenidas y una de las figuras más importantes de esta
resistencia, Sofía Gatica, resultó herida, aunque luego pudo regresar al
acampe.
El viernes pasado, el conflicto empezaba
a gestarse entre los trabajadores y los manifestantes. Según informó el diario
local La
Voz del Interior, la
Unión Obrera de la Construcción (Uocra),expulsó a los ambientalistas para
continuar con las obras. Luis Gutierrez, secretario Adjunto del sindicato,
argumentó que fueron llamados por los trabajadores, aunque un sector de ellos
lo desmintió. Un día más tarde, la Uocra dijo que los trabajadores habían
comenzado a recibir telegramas de despido.
Batalla judicial
Este no es el primer conflicto que enfrenta Monsanto para
levantar esta planta que, según indican, es casi una réplica de la que funciona
desde hace 16 años, sin problemas, en la localidad de Rojas (Buenos Aires).
Entre febrero y abril, las obras fueron suspendidas por una
medida cautelar interpuesta por grupos ambientalistas representados por el “Club
del Derecho” una asociación civil sin fines de lucro creada por abogados
cordobeses.
La entidad había pedido la suspensión de los trabajos en el
predio por entender que la municipalidad de Malvinas Argentinas le dio a
Monsanto la autorización
para montar la planta antes de que la multinacional cumpliera con las
presentaciones ambientales.
Pero en abril, la justicia provincial autorizó a Monsanto a
continuar con la obra civil, aunque la firma deberá esperar que concluya un estudio de impacto ambiental para ponerla en funcionamiento, ya
entrado 2014.
Con esa decisión, el gigante de los trangénicos, logró revertir
dos fallos adversos previos de la Justicia, y continuar con la obra.
La inversión, de US$150 millones, había sido anunciada a la
presidenta Cristina Fernández, en noviembre de 2012.
Como réplica, Monsanto expresó ayer su repudio al bloqueo que la
“avasalla, vulnera y viola el derecho a trabajar”, dijo.
El vicepresidente de Monsanto para Latinoamérica Sur, Pablo
Vaquero, indicó que se mantendrán todas las acciones legales para que vuelvan a
ponerse en marcha las tareas de construcción.
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/lavoz.com.ar
TOMADO DE EL DINAMO
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