Estimados compañeros, me dirijo a ustedes para brindarles palabras
de apoyo y de solidaridad en esta lucha justa que están librando desde bastante tiempo y sin respuesta.
Las demandas de mejoras
salariales han sido un tema en la mayoría de los rubros que mueven este país y,
lamentablemente las autoridades no se dan cuenta de que trabajar “con hambre”
para graficarlo de alguna manera, es bien difícil.
Sabido es que el costo de la vida
aumenta diariamente en Chile. Los índices económicos suben, sube el IPC, suben
por ende los arriendos, la bencina, el costo de los alimentos y lo único que no
sube es el sueldo de los trabajadores, que somos los que movemos al país con
nuestra fuerza de trabajo. Por lo tanto, me parece justo que estas demandas
comiencen a visibilizarse y a tomar la importancia que tienen en el
cuestionamiento país.
Para que estas demandas surjan,
evidentemente es necesaria la unión y la organización sindical y las empresas
incansablemente recaen en prácticas antisindicales y de hostigamiento, lo que
me parece lamentable, ya que se ha criminalizado públicamente a la gente que se
moviliza, pero jamás los medios se han pronunciado ante el crimen de la
explotación y de la usura de los empresarios, quienes velan únicamente por las
ganancias de sus negocios, sin contemplaciones y sin humanidad para quienes dejamos
el sudor, nos partimos la espalda, para quienes dejamos a nuestras familias y
les llenamos los bolsillos del dinero que nos falta.
Y me parece que ya es hora de que
tomemos consciencia, de que no nos están haciendo un favor al darnos empleos, de
comenzar a valorar lo que nosotros hacemos
y de que el Estado cumpla un rol de bienestar social, que pare los
abusos de los empleadores, porque los mecanismos de fiscalización existen y sin
embargo, en Chile, siempre se corta el hilo por lo más delgado y se hace la
vista gorda.
Desde el lunes, los trabajadores
de los puertos de Angamos, Antofagasta, Esperanza y Coloso se mantienen en
huelga indefinida y han sido víctimas de un hostigamiento feroz de parte de las
fuerzas policiales, como si los trabajadores portuarios fueran criminales por
pedir un sueldo justo. Y los mineros sabemos con creces lo que eso significa ya
que, históricamente, no sólo nos han hostigado, sino que también nos han
masacrado. Pero al igual que los trabajadores portuarios, resulta que no somos
prescindibles y seguimos siendo fuerza y como fuerza es que los estamos
acompañando.
Ya es hora del empoderamiento
social. Estamos en una época de cambios, de acompañarnos, de levantar nuevamente
y juntos, los brazos y de entender que el país nos necesita para echar a andar la
vida. Nosotros mismos somos quienes debemos valorar lo que hacemos y por eso,
es nuestro deber acompañarnos en las luchas. Como dijo Sergio Vargas: Se avecina gran movilización. Decimos ‘nunca
más solos’ porque cuando un puerto para, todo el resto va en su ayuda. Y
quiero que sepan que, al menos la Confederación Minera de Chile, está con
ustedes apoyando. Porque también creemos que el “nunca más solos” se tiene que
volver una realidad para hacer de Chile un país más justo.
Me despido con el más grande de
los abrazos.
Hugo Páez
Presidente
Confederación Minera de Chile
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