El 2 de Julio de 1986 un grupo de jóvenes caminaba por alguna calle de Estación Central, en sus manos llevaban neumáticos y parafina, materiales con los que levantarían barricadas en una nueva jornada de protesta nacional contra la dictadura. Sólo uno de ellos tenía un arma diferente, una cámara fotográfica con la que desde hacía menos de 5 meses retrataba la violenta realidad que vivía Chile, Rodrigo Rojas había llegado en Marzo desde Estados Unidos, tenía 19 años y con su cámara bajo el brazo venía dispuesto a registrar todo eso que tanto había escuchado mientras acompañaba a su madre en el exilio. En la calle a todos sorprendía su osadía al fotografiar a los militares y a los policías al momento de reprimir, llegaron a pensar que trabajaba para la CNI, llegaron a pensar que era sapo. Pero no, Rodrigo Rojas mezclaba la inocencia y el coraje, arriesgándose más de la cuenta… como fue ese 2 de Julio a las 08:00 de la mañana, donde no logró arrancar de la patrulla militar que los interceptó antes de que pudieran prender la barricada. Junto a Carmen Gloria Quintana fueron detenidos por los soldados al mando del Teniente Pedro Fernández Dittus… Carmen llevaba un bidón con parafina… parafina que representaba el descontento, la rabia acumulada, el odio contra el dictador… esa parafina que pretendía levantar una hoguera como señal de resistencia, de rebeldía contra la amenaza, contra la tortura, contra la muerte, contra el terror. Parafina con la que Rodrigo y Carmen serían rociados y encendidos por el Teniente Fernández, que luego de ver como perdían la conciencia entre las llamas mandó a que los envolvieran en frazadas y fueran metidos en uno de los vehículos de la patrulla.
Rodrigo y Carmen fueron encontrados en las afueras de Santiago, estaban moribundos, dos jóvenes quemados vivos habían sido abandonados en una acequia en Quilicura. Carmen sobrevivió y se volvió ícono de la tortura, del salvajismo… Rodrigo no resistió y murió el 6 de Julio a causa de la gravedad de las quemaduras. Hoy, a 29 años de su muerte no podemos olvidar lo que pasó en Chile, no podemos olvidar que los asesinos no fueron condenados por el crimen que cometieron, no podemos olvidar que los cómplices de la dictadura siguen en los puestos de poder decidiendo nuestras vidas, ordenando nuestro futuro y construyendo la moral que debemos seguir… Nosotros, tal como Rodrigo y miles de fotógrafos más, decidimos tomar esta arma para registrar y transmitir que la realidad actual no está tan lejos a la que vió Rodrigo, las barricadas siguen encendiéndose contra la opresión, contra el abuso, contra los mismos que durante 17 años construyeron un país a punta de cañón y luego lo han administrado por 25 años robando y explotando a su antojo.
FUENTE: Frente Fotográfico
0 comentarios:
Publicar un comentario