Con más de 150.000 despidos, una escalada inflacionaria y el uso de mecanismos antidemocráticos como el veto a la ley antidespidos, el presidente se mostró muy conforme con su gestión.
Este miércoles por la mañana, antes de dirigirse a la Catedral Metropolitana, en el marco de las celebraciones por el 25 de Mayo, el presidente Macri dejó algunas declaraciones sobre la marcha de su gestión, en una entrevista radial.
"Confiemos en nosotros mismos, hemos apostado a que podemos estar mejor. Esta esperanza que va de Jujuy a Tierra del Fuego está empezando a construir la realidad que soñamos. Estoy muy contento por cómo marchan las cosas", dijo Macri.
A pesar del optimismo de sus palabras, el presidente tuvo que dedicar, a continuación, algunas palabras para dialogar con el creciente malestar social, que en los últimos meses ha sido alimentado por una fuerte inflación y más de 150.000 despidos.
Al respecto, se excusó en el discurso de la “herencia recibida” para defenderse de las críticas recibidas por su plan de ajuste económico. “Sé que han sido meses muy difíciles, pero nos dejaron una bomba a punto de estallar”, se defendió Macri, para después referirse a las promesas de mejora que día a día repiten él y sus funcionarios.
El presidente enfatizó entonces que los resultados que busca "no se logran en 5 meses, sí dando pasos todos los días, y ya los empezamos a dar. El sinceramiento de la economía ha sido muy duro, pero el segundo semestre va a ser mejor, la inflación va a bajar drásticamente. Vamos por el camino correcto”.
Macri también aseguró que las medidas que toma las decide "pensando en qué es lo mejor para el futuro de todos los argentinos. Acá hay que construir la confianza, que es esta plantita que hay que regar, que se tiene o no se tiene. Jamás voy a defraudar la confianza con cosas que no sean buenas para el conjunto”.
Las palabras del presidente dejaron la impronta una vez más de un gobierno nacional cuyo gabinete está compuesto por una gran cantidad de gerentes de empresas, los CEO. Solo considerando que representa a esos intereses se puede entender que el presidente diga estar muy contento por cómo marchan las cosas, a contramano del humor popular.
Como no podría ser de otra manera, Macri niega esa situación al afirmar que toma decisiones “buenas para el conjunto”. Sin embargo, como eso no es posible porque existen intereses contrapuestos entre las clases sociales, la realidad es que todas las medidas tomadas por Cambiemos desde el gobierno nacional han sido para beneficiar a los grandes empresarios y al capital financiero internacional, descargando a su vez el ajuste sobre el pueblo trabajador. La última de ellas ha sido el veto a la ley antidespidos, para que los empresarios sigan gozando de la libertad de dejar familias en la calle para defender sus ganancias.
Cuando el presidente afirmó ayer que hay una esperanza “que va de Jujuy a Tierra del Fuego”, evitó profundizar en sus palabras, ya que las mismas no eran más que un slogan vacío de contenido, como le recomienda Durán Barba. Desde La Izquierda Diario venimos reflejando las duras luchas que en esas provincias llevan adelante los trabajadores contra los gobiernos provinciales de Cambiemos y del Frente para la Victoria, respectivamente. En Jujuy los trabajadores enfrentan el ajuste y la persecución de Gerardo Morales, y en Tierra del Fuego decenas de miles se oponen desde hace meses en las calles al paquete de ajuste de la gobernadora Rosana Bertone. Situaciones similares se viven en todas las provincias del país.
La única “esperanza” para los trabajadores no es esperar las falsas promesas del anunciado “segundo semestre”, ni apoyar al peronismo que también aplica el ajuste donde gobierna y votó la entrega a los fondos buitre, sino la organización independiente en los lugares de trabajo, de estudio y en los barrios, para apoyar las luchas y exigirle a las cúpulas sindicales que rompan su tregua, así como para pelear por una alternativa política de los trabajadores con un programa de salida a la crisis favorable a los trabajadores y el pueblo.
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