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jueves, 26 de mayo de 2016

SUDAMÉRICA / BRASIL Brasil: con huelgas y ocupaciones la juventud pelea por su futuro


San Pablo, Río de Janeiro, Rio Grande do Sul, Ceará, Paraná, Goiás. Las ocupaciones de escuelas y las huelgas en las universidades se extienden en todo el país. La pelea de la juventud por su futuro.

Es un hecho que las perspectivas para la juventud son temerarias. La crisis económica que se profundiza en el país ha afectado a la población de conjunto, pero especialmente a los jóvenes. Por ejemplo, según los datos del DIEESE (Departamento Intersindical de Estadística y Estudios Socio-económicos), el desempleo entre los jóvenes de 16 y 24 años de la zona metropolitana de San Pablo, alcanzó la cifra de 28% en 2015, superando el 23% de 2014.
En 2016 las cosas no parecen mejorar. Buena parte de esos jóvenes, en su gran mayoría negros, se encuentran en una situación desesperada, a la búsqueda de empleos dignos, sufriendo la violencia y los abusos policiales cotidianos en la periferia de las grandes ciudades. Para los que buscan como salida una formación educativa técnica o superior, para salir de la situación en que se encuentran, tampoco la situación es sencilla. Desde el comienzo del mandato del gobierno de Dilma hubo un recorte en el presupuesto educativo de más de 13.000 millones de reales (cerca de 3.600 millones de dólares), afectando al FIES (Fondo de Financiamiento al Estudiante de la Enseñanza Superior), al ProUni (Programa Universidad para todos), al Pronatec (Programa Nacional de Acceso a la Enseñanza Técnica y el Empleo) y las transferencias de recursos a los gobiernos estaduales.
Con el nuevo gobierno golpista de Temer la perspectiva es que la situación se agrave aún más. El actual ministro de educación ya declaró su deseo de arancelar las universidades públicas; en menos de una semana se suspendieron las transferencias al Fies y ProUni a 7 facultades y el principal programa del gobierno prevé uno de los mayores ataques a la educación de los últimos tiempos, como es la propuesta de “terminar con las vinculaciones constitucionales establecidas, como en el caso de los gastos de salud y educación”. Esto significa en la práctica que el Poder Ejecutivo podrá limitar los gastos de educación y salud a su gusto y placer.
En las escuelas de todo el país la situación tal vez sea aún más crítica. Los gobiernos de todo el país intentan reducir los gastos públicos afectando a las escuelas sin contratar profesores, con bajísima inversión en infraestructura y buscando la salida de la privatización a través de las llamadas “organizaciones sociales” haciéndolas parte de la administración escolar. Sin embargo, desde el año pasado, hay un verdadero levantamiento de los estudiantes secundarios, a los que se suman este año los universitarios de las estaduales paulistas, que ponen en jaque ese proyecto de precarización y privatización, extendiendo las ocupaciones por todo el país y cuestionando profundamente los proyectos de los gobiernos.

El movimiento estudiantil de pie

La ocupación de escuelas forjó una tradición de lucha en Brasil. Solo en el estado de Rio Grande do Sul, cerca de 150 escuelas ocupadas luchan contra la situación de extrema precariedad de la enseñanza. Según los últimos datos del norte del país, en Ceará, las ocupaciones llegaban a más de 40 escuelas. En el estado de Río de Janeiro, que fue la vanguardia del proceso, llegando este año a 71 ocupaciones que llevan meses ocupadas, los estudiantes secundarios vienen resistiendo la profunda violencia policial y de grupos de derecha llamados “desocupa” que vienen intentando desalojar las escuelas por la fuerza.
En San Pablo, después de las 200 escuelas ocupadas durante el 2015 que derrotaron al gobernador Geraldo Alckmin (PSDB), este año los estudiantes volvieron a ocupar sus escuelas sufriendo la sistemática represión policial y los desalojos forzados. Recientemente la onda de ocupaciones llegó a Paraná, en Maringá y llegan noticias de la primera escuela ocupada en Mato Grosso do Sul. En Goiás, donde hubo un fuerte levantamiento secundario el año pasado contra la privatización de las escuelas, este año el movimiento sigue saliendo a las calles en contra del gobernador Perillo, también del PSDB.
Al mismo tiempo, estalla una fuerte huelga en las tres universidades paulistas (juntas representan más del 50% de la investigación en todo el suelo brasilero), que incorpora el método de ocupación de los secundarios. Con la ocupación de la Rectorado en la Unicamp (y cursos como ingeniería o medicina paralizados), diversas facultades ocupadas en la USP, como Letras e Historia. En estos procesos, la lucha por la educación se combina con la revuelta de la juventud contra el gobierno golpista y sus diversas expresiones de derecha.
En Río de Janeiro se combinan la ocupación de escuelas de los estudiantes secundarios y la huelga de profesores y la huelga de la Universidad Estadual de Río de Janeiro (UERJ), procesos que se enfrentan con la crisis del Estado, sede de la Copa del Mundo, cuyas universidades y escuelas no cuentan con las condiciones mínimas como el servicio de limpieza, ya que el Estado no realiza las transferencias presupuestarias para el pago a los trabajadores de mantenimiento. Estas huelgas duran meses, con la contradicción de que las direcciones oficialistas de la UERJ impiden que los procesos se unifiquen en forma coordinada y no organizan la base de los cursos.
En el extremo sur del país, en la frontera con Uruguay, distintos campos de la Universidad Federal do Pampa (UniPAMPA), están siendo ocupados contra el despido de trabajadores tercerizados y los recortes en la universidad federal. En Río Grande do Sul (RS) se dan una serie de contradicciones donde las direcciones de las escuelas están intentando contener el movimiento por vías que van desde la represión policial directa y amenazas hasta la política de hacer que las ocupaciones sean parciales y controladas. Pero la dimensión del ataque llevado adelante por parte del gobernador Sartori (PMDB) es tan profundo que la perspectiva es que el conflicto se extienda.
La Juventud de Faísca, que dirige el centro de estudiantes de Servicio social de la UERJ está al frente de la lucha contra esta dirección rutinaria, organizando cortes de calles en unidad con los universitarios y los secundarios. Es un ejemplo de las acciones que desde Faísca venimos llevando adelante para construir un movimiento estudiantil combativo y político tanto en la Universidad de Campinas (Unicamp) como en la Universidad de San Pablo (USP), en la Universidad Estadual de San Pablo (UNESP) en lucha política con la izquierda y el oficialismo para romper la lógica que separa las demandas inmediatas de los grandes objetivos históricos, que en el momento actual pasa por unificar las luchas en defensa de la educación en un gran batalla contra el gobierno golpista y su política neoliberal y represiva.

Unificar las luchas contra el gobierno golpista y contra los recortes en la educación

El movimiento estudiantil necesita romper toda separación que exista entre las demandas inmediatas de las huelgas en curso con el papel que estos procesos pueden cumplir en la crisis nacional, de apuntar una perspectiva política que sea independiente de los partidos de este régimen corrupto. Así como romper con todo corporativismo y unificar lo procesos de lucha en defensa de la educación pública, apoyando las huelgas de trabajadores que hoy son los más afectados por los ajustes y el desempleo.
Para esto existe una lucha política fundamental en la juventud con los partidos de la izquierda, como sectores del PSTU y del PSOL, que reivindican la Operación Lava Jato como si esta investigación pudiese ofrecer algún avance a los trabajadores, y por otro lado con el oficialismo petista de la Unión de la Juventud Socialista (UJS) y la agrupación el Levante, quienes ya anunciaron que lucharán contra el gobierno golpista pero no dicen una palabra sobre las ocupaciones y las huelgas de todo el país y llaman a actos separados impidiendo que la juventud profundice su lucha en forma unificada, queriendo encauzarlas hacia el objetivo de “que vuelva Dilma”, sin decir una palabra sobre los recortes presupuestarios que el PT implementó bajo sus gobiernos, principalmente sobre el FIES, Pronatec y la precarización de las universidades federales, ni tampoco cómo se llegó a esta situación en la que el PT abrió espacio para el fortalecimiento de la derecha, ahora en el gobierno.
Es fundamental en este momento exigir que la Unión Nacional de los Estudiantes (UNE) rompa su subordinación al PT y ponga todo su peso nacional al servicio de unificar las luchas y confluir los procesos contra el gobierno golpista de Temer y la defensa de la educación pública. De la misma forma, poner en marcha un plan de lucha que demuestre que la juventud no va a dar un paso atrás y está dispuesta a enfrentar la represión que los gobiernos vienen imponiendo para intentar hacer silenciar el movimiento. El próximo 3 de junio está convocado un día de movilización nacional, aprobado en el encuentro estadual de los estudiantes de la Unicamp, en defensa de la educación, contra la represión y el gobierno golpista, es un primer paso de esta unidad de acción en la lucha en defensa de la educación.

Guilherme Kranz

FUENTE: La Izquierda Diario

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