Tras semanas de movilización y golpes al gobierno, tras extenderse combativamente la movilización, los dirigentes, afines a la Nueva Mayoría, decretaron sin consultar a nadie el fin del paro, traicionaron a las bases para salvar al gobierno.
Cuando Osvaldo Andrade, parlamentario del Partido Socialista, ordenó desalojar las graderías del congreso los dirigentes de la Mesa del Sector Público, en particular Barbara Figueroa de la CUT, Esteban Maturana de la CONFUSAM y Raúl de la Puente de la ANEF, salieron rabiosos a cuestionar el gobierno.
Pero la rabia duró poco
En diversos medios de prensa aparecieron estos dirigentes cuestionando al ministro Valdés, al gobierno y a los parlamentarios, acusaron traición al socialismo y desatender los intereses de los trabajadores, pero duró poco esta indignación.
Rápidamente volvieron a llamar al diálogo, mientras en la base la rabia no pasaba, empezaban los cortes de calle, las barricadas y los enfrentamientos con carabineros. El descontento de los funcionarios se extendió a nivel nacional desplegando una fuerza que hacía temblar al gobierno.
Quizá el mejor ejemplo fue el banderazo y sitio de la Moneda que presenciamos este jueves 17 en la capital del país, Santiago.
El gobierno solo expresaba crisis, el PC descontento y cuestionado, la DC molesta, cruces de declaraciones por la prensa, pero que de una u otra forma terminaron cuadrados votando en contra de los trabajadores.
No hay incoherencia entre estos dirigentes y sus partidos, todos estaban preocupados de salvar al gobierno aún a costa de los trabajadores.
Y cuando esta semana se vota definitivamente el reajuste los dirigentes rápidamente salieron ante la prensa a declarar, con la cabeza gacha, la derrota, adornada con frases de que los funcionarios habían ganado en “unidad”. Un discurso para disfrazar su subordinación al gobierno, el cual terminó aprobando el proyecto con los votos de la derecha.
Algunas lecciones del paro
Los trabajadores en general, y los funcionarios y docentes en particular, tienen duras lecciones que sacar de esta movilización. La importancia de la independencia política de los trabajadores, y sus organizaciones, del gobierno y los partidos que no velan por los intereses de los trabajadores es la principal lección, ya que quedó demostrado que las declaraciones rabiosas se las lleva el viento.
No basta solo con la independencia política de las organizaciones sindicales, los trabajadores también deben formar sus propias organizaciones para hacerle frente a las direcciones burocráticas y recuperar los organismos para los intereses de la base, para que la movilización y sus medidas sean decisiones tomadas democráticamente y no solo anunciadas por la prensa.
Construir organizaciones alternativas para arrancar a los sindicatos de las manos de los burócratas, es también parte de las peleas que empieza a desarrollar un nuevo movimiento de trabajadores.
Antofagasta, Chile
FUENTE: LID
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