Tu radio en Internet Netyco Argentina

viernes, 21 de febrero de 2014

Documento 40 Años - Parte II: El Yunque y el martillo, dos tácticas de la Burguesía Chilena para la toma del poder


Segunda Parte: El Yunque y el martillo, dos tácticas de la Burguesía Chilena para la toma del poder
La unidad popular (UP), consiguió la victoria electoral el 4 de septiembre de 1970, con lo que se vio "coronado" un proceso de acumulación de fuerzas políticas y sociales durante más de 80 años de lucha de clases en Chile.
El 24 de Octubre de 1970, el Congreso validó la elección, tras un acuerdo entre la DC y la UP en donde la primera exigió el apoyo de la segunda para una reforma constitucional, conocida como el "Estatuto de Garantías Constitucionales", en donde la UP con Allende, se comprometían a respetar la constitución, y de esta forma estableciendo una suerte de "amarre" legal de la UP con la institucionalidad vigente.
Desde un inicio, tanto los EEUU, como la Burguesía local intentaron evitar el ascenso de Allende a la presidencia. Inmediatamente desplegaron dos planes, el primero de ellos consistía en que el Congreso eligiera presidente a Alessandri, segundo en las elecciones de septiembre, y que éste a continuación renunciara para convocar a nuevas elecciones, intentona que se desplomó debido al acuerdo secreto que tenía Allende con Radomiro Tomic, y mediante el cual el primero fue ratificado presidente por el Congreso. El segundo plan consistía en la desestabilización del país, a través del asesinato del comandante en jefe del ejército General René Schneider, con el propósito de inducir una intervención de las FF.AA. El intento de asesinato se realizó el día 22 de Octubre, fallando en primera instancia y quedando Schneider gravemente herido, pero vivo. Schneider falleció el 25 de octubre de 1970, un día después del ascenso de Allende.
En esta breve descripción, vemos como inmediatamente después de manifestada la voluntad popular en el voto de Allende en las elecciones presidenciales, se activa el plan desestabilizador y violento que tiene como instigadores y protagonistas principales al Imperialismo y a la Burguesía local. Sin mediar descanso ni interrupción estos operan en dos líneas, que luego se reiterarán majaderamente bajo formatos distintos, pero manteniendo su esencia: el amarre, la contención y la dilación a través del estatuto de garantías constitucionales, y paralelamente con la violencia política, a través del asesinato de Schneider. Ni siquiera un minuto esperaron los burgueses para romper con esta segunda maniobra toda la legalidad vigente a través de una acción de fuerza.
Esta estrategia, expresa dos movimientos, acciones o desarrollo de líneas tácticas independientes e incluso contradictorias, y que sin embargo están unidas dialécticamente en su esfuerzo estratégico. Mientras por un lado el amarre con la legalidad vigente actúa como un yunque que contiene y afirma la presa, por el otro, la acción de fuerza golpea contundentemente aquella para aniquilarla. Esta estrategia dual, de tácticas aparentemente inconexas y contradictorias, será la que marcará la actuación del imperialismo y la burguesía durante toda la UP.
Durante los meses que preceden el golpe militar del 11 de septiembre de 1973, esta misma maniobra fue desarrollada por la Burguesía y el Imperialismo. Si bien –de acuerdo a lo que relatábamos anteriormente– no lograron impedir en la fase inicial de la lucha por el poder el ascenso de Salvador Allende a la presidencia, el enemigo de clases continuó bregando por desestabilizar al gobierno e impedir que las masas obreras y campesinas siguieran radicalizándose y ampliando la ofensiva que había comenzado a fines de los ’60, y que tuvo como consecuencia la llegada al poder ejecutivo del reformismo obrero y pequeñoburgués, que capitalizó políticamente el alza en la lucha de clases.
Recordemos que desde fines de los ‘60 se venían sucediendo tomas de fundo, corridas de cerco y una serie de acciones directas de masas, que se desplegaron en defensa de intereses concretos y también en respuesta a la ofensiva patronal que se desplegaba; del mismo modo lo fueron las tomas de fábricas y empresas que quedaron fuera de las 90 empresas estratégicas que pasaron al área social, para dar cumplimiento al programa de la UP. Así es como organizaciones revolucionarias como el MIR, que tenía militantes que participaban y apoyaban estas acciones, comprende que este tipo de iniciativa expresa el sentir más profundo de las clases explotadas: proletarios rurales y urbanos, campesinos pobres y en consecuencia hace suya la que luego se denominaría como la política del poder popular1.
Al fragor de la lucha de clases, que se intensifica mes a mes, el gobierno de la Unidad Popular vacila constantemente, su esencia pequeñoburguesa no le permite seguir a las masas obreras y campesinas que por todos lados desbordan la legalidad burguesa, haciendo suyas las demandas históricas de las clases explotadas, no ya en un sentido puramente discursivo, sino que –¡Horror de horrores, en la práctica concreta!– En definitiva la UP se ve acorralada entre el impulso de las masas proletarias y campesinas, y las intentonas de la burguesía de sabotear el gobierno popular, para retomar el poder político.
En estas condiciones, se realiza el cónclave de Lo Curro, de Junio de 1972, en donde se disputan dos líneas principales, contradictorias al interior del gobierno de la UP: el consolidar para avanzar (PC, PR) versus el avanzar sin transar (PS). Si bien las dos alternativas están en disputa dentro del marco de la legalidad, es claro que la segunda, intenta apoyar y tal vez apropiarse de lo que sucede en los cordones industriales, en los fundos tomados y en los comandos comunales; es decir, intenta institucionalizar el poder popular que se ha construido en las calles con el protagonismo del movimiento popular. Sin embargo, triunfa en dicho cónclave la alternativa de derecha, contraria a los intereses del campo popular, que busca morigerar las contradicciones de clase que se desarrollan aceleradamente, confiando a la legalidad y a los “expertos”, el manejo económico del país.
Un par de meses antes, en marzo de 1972, el gobierno de la UP detuvo a un alto oficial de las FF.AA. Y a un grupo de conspiradores que preparaban una intentona golpista. Como vemos, a mediados del gobierno de la UP, continuaba imparable el desarrollo de la lucha decidida por el poder encabezada por la burguesía y el imperialismo que combinaba dos tácticas dislocadas, aparentemente contradictorias, pero unidas dialécticamente en su objetivo estratégico.
El resultado de estas conversaciones, y el triunfo de la línea de derecha, resulta en una serie de conversaciones y negociaciones entre la UP y la DC, entre la UP y la iglesia y que luego da paso a la incorporación de los generales de las FFAA al gabinete de gobierno. En paralelo se suceden un par de hechos de importancia: la detención, tortura y encarcelamiento de los marinos organizados para defender al proceso de la UP y la aprobación de la ley de control de armas. Este paso marcará un giro táctico que anuncia lo que se viene, fíjense que al proceso de contención y amarre desde la legalidad burguesa se le suma el componente de la violencia pero no ya desde fuera de la institucionalidad, sino que desde ella misma, ubicando o más bien reforzando el carácter de clase del Estado y asumiendo su rol represivo en contra del movimiento popular y de los sectores más organizados y peligrosos para las intenciones de la burguesía y del imperialismo, es decir, quienes se organizan para desarrollar una defensa o lucha activa y armada de los intereses del campo popular.
1Para ver más en detalle el tema del poder popular: “Poder Popular y Coyuntura Política”, Julio de 2011, http://almanaquenegro2.blogspot.com/2011/07/poder-popular-y-coyuntura-politica-alma.html
(continuará...)

0 comentarios: