Segunda Parte: El Yunque y el
martillo, dos tácticas de la Burguesía Chilena para la toma del
poder
La unidad popular
(UP), consiguió la victoria electoral el 4 de septiembre de 1970,
con lo que se vio "coronado" un proceso de acumulación de
fuerzas políticas y sociales durante más de 80 años de lucha de
clases en Chile.
El 24 de Octubre de
1970, el Congreso validó la elección, tras un acuerdo entre la DC y
la UP en donde la primera exigió el apoyo de la segunda para una
reforma constitucional, conocida como el "Estatuto de Garantías
Constitucionales", en donde la UP con Allende, se comprometían
a respetar la constitución, y de esta forma estableciendo una suerte
de "amarre" legal de la UP con la institucionalidad
vigente.
Desde un inicio, tanto
los EEUU, como la Burguesía local intentaron evitar el ascenso de
Allende a la presidencia. Inmediatamente desplegaron dos planes, el
primero de ellos consistía en que el Congreso eligiera presidente a
Alessandri, segundo en las elecciones de septiembre, y que éste a
continuación renunciara para convocar a nuevas elecciones, intentona
que se desplomó debido al acuerdo secreto que tenía Allende con
Radomiro Tomic, y mediante el cual el primero fue ratificado
presidente por el Congreso. El segundo plan consistía en la
desestabilización del país, a través del asesinato del comandante
en jefe del ejército General René Schneider, con el propósito de
inducir una intervención de las FF.AA. El intento de asesinato se
realizó el día 22 de Octubre, fallando en primera instancia y
quedando Schneider gravemente herido, pero vivo. Schneider falleció
el 25 de octubre de 1970, un día después del ascenso de Allende.
En esta breve
descripción, vemos como inmediatamente después de manifestada la
voluntad popular en el voto de Allende en las elecciones
presidenciales, se activa el plan desestabilizador y violento que
tiene como instigadores y protagonistas principales al Imperialismo y
a la Burguesía local. Sin mediar descanso ni interrupción estos
operan en dos líneas, que luego se reiterarán majaderamente bajo
formatos distintos, pero manteniendo su esencia: el amarre, la
contención y la dilación a través del estatuto de garantías
constitucionales, y paralelamente con la violencia política, a
través del asesinato de Schneider. Ni siquiera un minuto esperaron
los burgueses para romper con esta segunda maniobra toda la legalidad
vigente a través de una acción de fuerza.
Esta estrategia,
expresa dos movimientos, acciones o desarrollo de líneas tácticas
independientes e incluso contradictorias, y que sin embargo están
unidas dialécticamente en su esfuerzo estratégico. Mientras por un
lado el amarre con la legalidad vigente actúa como un yunque que
contiene y afirma la presa, por el otro, la acción de fuerza golpea
contundentemente aquella para aniquilarla. Esta estrategia dual, de
tácticas aparentemente inconexas y contradictorias, será la que
marcará la actuación del imperialismo y la burguesía durante toda
la UP.
Durante los meses que
preceden el golpe militar del 11 de septiembre de 1973, esta misma
maniobra fue desarrollada por la Burguesía y el Imperialismo. Si
bien –de acuerdo a lo que relatábamos anteriormente– no lograron
impedir en la fase inicial de la lucha por el poder el ascenso de
Salvador Allende a la presidencia, el enemigo de clases continuó
bregando por desestabilizar al gobierno e impedir que las masas
obreras y campesinas siguieran radicalizándose y ampliando la
ofensiva que había comenzado a fines de los ’60, y que tuvo como
consecuencia la llegada al poder ejecutivo del reformismo obrero y
pequeñoburgués, que capitalizó políticamente el alza en la lucha
de clases.
Recordemos que desde
fines de los ‘60 se venían sucediendo tomas de fundo, corridas de
cerco y una serie de acciones directas de masas, que se desplegaron
en defensa de intereses concretos y también en respuesta a la
ofensiva patronal que se desplegaba; del mismo modo lo fueron las
tomas de fábricas y empresas que quedaron fuera de las 90 empresas
estratégicas que pasaron al área social, para dar cumplimiento al
programa de la UP. Así es como organizaciones revolucionarias como
el MIR, que tenía militantes que participaban y apoyaban estas
acciones, comprende que este tipo de iniciativa expresa el sentir más
profundo de las clases explotadas: proletarios rurales y urbanos,
campesinos pobres y en consecuencia hace suya la que luego se
denominaría como la política del poder popular1.
Al fragor de la lucha
de clases, que se intensifica mes a mes, el gobierno de la Unidad
Popular vacila constantemente, su esencia pequeñoburguesa no le
permite seguir a las masas obreras y campesinas que por todos lados
desbordan la legalidad burguesa, haciendo suyas las demandas
históricas de las clases explotadas, no ya en un sentido puramente
discursivo, sino que –¡Horror de horrores, en la práctica
concreta!– En definitiva la UP se ve acorralada entre el impulso
de las masas proletarias y campesinas, y las intentonas de la
burguesía de sabotear el gobierno popular, para retomar el poder
político.
En estas condiciones,
se realiza el cónclave de Lo Curro, de Junio de 1972, en donde se
disputan dos líneas principales, contradictorias al interior del
gobierno de la UP: el consolidar para avanzar (PC, PR) versus
el avanzar sin transar (PS). Si bien las dos alternativas
están en disputa dentro del marco de la legalidad, es claro que la
segunda, intenta apoyar y tal vez apropiarse de lo que sucede en los
cordones industriales, en los fundos tomados y en los comandos
comunales; es decir, intenta institucionalizar el poder popular que
se ha construido en las calles con el protagonismo del movimiento
popular. Sin embargo, triunfa en dicho cónclave la alternativa de
derecha, contraria a los intereses del campo popular, que busca
morigerar las contradicciones de clase que se desarrollan
aceleradamente, confiando a la legalidad y a los “expertos”, el
manejo económico del país.
Un par de meses antes,
en marzo de 1972, el gobierno de la UP detuvo a un alto oficial de
las FF.AA. Y a un grupo de conspiradores que preparaban una intentona
golpista. Como vemos, a mediados del gobierno de la UP, continuaba
imparable el desarrollo de la lucha decidida por el poder encabezada
por la burguesía y el imperialismo que combinaba dos tácticas
dislocadas, aparentemente contradictorias, pero unidas
dialécticamente en su objetivo estratégico.
El
resultado de estas conversaciones, y el triunfo de la línea de
derecha, resulta en una serie de conversaciones y negociaciones entre
la UP y la DC, entre la UP y la iglesia y que luego da paso a la
incorporación de los generales de las FFAA al gabinete de gobierno.
En paralelo se suceden un par de hechos de importancia: la detención,
tortura y encarcelamiento de los marinos organizados para defender al
proceso de la UP y la aprobación de la ley de control de armas. Este
paso marcará un giro táctico que anuncia lo que se viene, fíjense
que al proceso de contención y amarre desde la legalidad burguesa se
le suma el componente de la violencia pero no ya desde fuera de la
institucionalidad, sino que desde ella misma, ubicando o más bien
reforzando el carácter de clase del Estado y asumiendo su rol
represivo en contra del movimiento popular y de los sectores más
organizados y peligrosos para las intenciones de la burguesía y del
imperialismo, es decir, quienes se organizan para desarrollar una
defensa o lucha activa y armada de los intereses del campo popular.
1Para
ver más en detalle el tema del poder popular: “Poder Popular y
Coyuntura Política”, Julio de 2011,
http://almanaquenegro2.blogspot.com/2011/07/poder-popular-y-coyuntura-politica-alma.html
(continuará...)
Primera Parte: Proyectos en Disputa en el Campo Popular
Tercera Parte: ¿Que significó el golpe de estado del 11 de septiembre de 1973?
Tercera Parte: ¿Que significó el golpe de estado del 11 de septiembre de 1973?
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