Declaración
En esta
declaración quisiéramos abordar algunos aspectos de gran relevancia que han
venido ocurriendo este último tiempo, pero debido a distintas circunstancias
han incidido en el debate político con mayor fuerza está semana, en primera instancia
quisiéramos solidarizar con la lucha que han emprendido los trabajadores
Portuarios de diferentes zonas del país, movilización que contempla una serie
de reivindicaciones que ya los puso en confrontación el año pasado con la
poderosa familia Von Appen, fieles representantes de los sectores más ricos de
la Burguesía Chilena. Reivindicaciones que forman parte de una de las luchas
más relevantes que deben emprender los trabajadores hoy en día en nuestro país,
contra el brutal avance del Capitalismo sobre la esfera del trabajo, es decir la
subcontratación, que trae consigo condiciones inhumanas de trabajo y que
limitan las posibilidades de organización
y negociación colectiva de los trabajadores.
Si
bien creemos que la lucha en perspectiva es mucho más larga y se sitúa en el plano
por avanzar hacia el fin de todo tipo de explotación, consideramos que la
articulación por rama llevada a cabo por los trabajadores Portuarios, su enorme
ímpetu de lucha por conseguir sus reivindicaciones y la solidaridad permanente
que se ha dado entre algunos puertos, son un enorme ejemplo y además son señales que nos va entregando la lucha de
clases y de las cuales no podemos seguir permaneciendo ajenos, es precisamente
en estos procesos donde nuestra clase
trabajadora materializa el avance en la conciencia y conoce las implicancias de
sus enormes fuerzas.
Por otro lado quisiéramos saludar la infatigable
lucha que durante siglos ha sostenido el Pueblo Mapuche y que estos últimos
años se ha profundizado, a un año más de la muerte de Matías Catrileo, la mejor
conmemoración de parte de su pueblo es seguir luchando, enorme ejemplo que
debemos tomar de parte de un pueblo que no descansa por alcanzar sus objetivos
y que durante este último tiempo los ha puesto en directa confrontación con el
Estado Chileno y los diferentes empresarios, que por años han usurpado sus
tierras. Acciones que se multiplican en el tiempo en distintos lugares de la zona y que burlan los diferentes métodos que
el Estado ha instalado para proteger empresas
forestales, fundos, etc. Métodos de contrainsurgencia que se han venido
utilizando hace años en el territorio y que contemplan secuestros, arrestos a
menores de edad, aplicación de la ley antiterrorista y militarización de la
zona con efectivos regulares, grupos especiales y alta tecnología
(instalaciones de cámaras, helicópteros y sistema infrarrojo, etc.).
En
este sentido el Pueblo Mapuche ha podido comprobar y su territorio también
ha servido de prueba para la
instalación práctica de las medidas contrainsurgentes
de manera sistemática hace algunos años. Medidas que comienzan a ser
trasladadas poco a poco a otras zonas de nuestro país y que han sido foco de la persecución y el
secuestro de estudiantes secundarios principalmente.
Desde
nuestra perspectiva el enorme ejemplo de
lucha del sector Portuario y la importancia que ha ido tomando la Unión
Portuaria al calor de la lucha, además de otros sectores afectados por la
Agroindustria o la instalación de megaproyectos energéticos, sumado a la gallardía
de los estudiantes son parte
significativa de este nuevo ciclo de que se abre en la lucha de clases y que
tiene como añadidura la lucha del pueblo Mapuche a la que nadie puede ser
indiferente.
No
obstante este ascenso en la lucha de masas, en una franja de nuestro pueblo
como definíamos hace un tiempo, se enfrentara en este nuevo periodo a dos
aspectos importantes a considerar.
Primero
los arduos intentos de la clase dominante por relegitimar la institucionalidad
en cuestión, que tendrá su primera expresión
en la avanzada propuesta programática de la nueva mayoría, que buscara mediante
la institucionalidad responder algunas demandas sin la necesidad de despeinar
un ápice el modelo, logrando mediante la coaptación y contención de los movimientos
sociales la tan nombrada gobernabilidad para Bachelet.
En
segundo lugar el avance sistemático de la represión es evidente en nuestro país
y nos lleva a recordar cómo este elemento ha afectado en demasía durante
diferentes episodios de la historia frenando e inaugurando lamentables procesos de
retroceso en las luchas del pueblo, aspecto que hoy sin duda debemos
considerar, en este sentido la aprobación de la tan renombrada ley Hinzpeter,
no es más que la readecuación del marco jurídico necesario para legitimar
la represión que se ha venido ejerciendo
de facto y que como pueblo tendremos que enfrentar, de igual manera
respondiendo al carácter de clase del Estado y sus distintas instituciones, no
es extraño reconocer como la Burguesía, ha operado bajo el consentimiento del
Estado, primero exigiendo al gobierno intromisión en los conflictos, como las declaraciones de Ronald Bown,
Presidente de la Asociación de exportadores de fruta, exigiendo al gobierno
intervenir en un conflicto que según la Federación de productores de Fruta
hasta la fecha estima pérdidas de 40 millones de dólares en el sector y que
preocupa sus ostensibles ganancias, aspecto al cual el gobierno responde con
represión y el impulso de una mesa de negociación, sumado a la inserción de un artículo
de Ultraport en el diario el Mercurio del Domingo, así como también la
inserción de una plana firmado por 11 instituciones y empresas de la zona del
‘’conflicto Mapuche’’ denunciando el fracaso del Estado en el territorio y exigiendo
mano dura en el conflicto.
Por
otro lado tenemos la persecución, secuestro y asesinato de dirigentes sindicales, que opera en el plano
de la ilegalidad y que hasta la fecha no encuentra culpables, es el caso del
Dirigente del Puerto Angamos, perseguido y brutalmente golpeado ¿accidente?
(averiguar) o él aun inconcluso caso de
Juan Pablo Jiménez a casi un año de su asesinato.
En
conclusión asistimos a la implementación práctica de un Estado contrainsurgente
y no podemos enfrentarlo con inmovilismo, por lo tanto debemos seguir
desarrollando la organización independiente, el desarrollo del poder popular golpeando
al enemigo de clase en sus puntos más frágiles y vulnerables.
En
este sentido las clases dominantes y el reformismo seguirán en el intento de
aislar a los revolucionarios, por lo tanto debemos comprometernos con la
unidad, desarrollando procesos de lucha conjunta. En este sentido hacemos un
llamado a solidarizar de manera activa con el paro Portuario mediante acciones directas (cortes, toma de
espacios, protesta, agitación etc.) y sumándonos a las diferentes convocatorias
de movilización.
Llamamos
a prepararnos para un año de la conmemoración del asesinato de Juan Pablo
Jiménez, dirigente sindical asesinado, con todo el ímpetu y las fuerzas con las
cuales nuestro compañero emprendió su lucha contra los abusos de Azeta y el fin
del subcontrato, mediante la movilización, la agitación y la acción concreta.
A
fortalecer y enriquecer los diferentes espacios que hoy encarnan la
materialización de estos procesos, como La Unión Portuaria, Todos somos Asamblea
y las diferentes expresiones de organización estudiantil tanto secundaria como
universitaria.
Finalmente
convocamos al conjunto de nuestro pueblo y a las demás organizaciones
revolucionarias a hacer insostenible la
gobernabilidad de la Nueva Mayoría, mediante la lucha, la acción directa, la
agitación y la propaganda, logrando profundizar el actual ascenso de las luchas
Junto
al Pueblo, con acción directa a desatar la crisis de gobernabilidad de las
clases dominantes.
Trabajadores
al Poder
Enero
2014
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