Cuando partimos el huerto comunitario en el parque Mirador Viejo de la comuna de Independencia, sabíamos que nos traería un gran desafío…
Hace más de dos años que empezamos con la Biblioteca Popular Marcos Ariel Antonioletti (octubre 2012). Esta se encuentra ubicada todas o casi todas las mañanas de los sábados, como un puesto más de la feria libre de Las Cañas. La biblioteca durante estos años ha buscado fomentar la lectura de textos críticos y también la socialización y problematización de libros y material cualquiera, creando un espacio de encuentro entre las personas del barrio.
A principios del 2014 dimos un nuevo paso construyendo el Huerto Comunitario Pu Pichikeche. El espacio partió habilitando dentro del parque Mirado Viejo zonas de cultivo (bancales), en donde en conjunto con niñas y niños del barrio, fuimos cultivando hortalizas, jugando, divirtiéndonos y organizándonos al aire libre.
El huerto fue creciendo, necesitábamos de un espacio para guardar nuestras herramientas: palas, chuzo, semillas, manguera, etc. y la biblioteca también fue creciendo, necesitando un espacio más cercano, donde guardar los libros que cada vez más nos iba costando transportar cada sábado.
Por estas razones intentamos buscar conseguir un espacio dentro de la sede vecinal que se encuentra dentro del parque Mirador viejo, a cargo de la junta de vecinos n° 26 presidida por la Sra. Violeta Flores. Esta unidad vecinal tiene en su poder el comodato del parque Mirador Viejo, único parque medianamente grande de la comuna. En el directorio de la Junta de Vecinos participan como Secretario y Director dos compañeros que también son parte activa del huerto y biblioteca, pero aún así nos ha sido imposible tener una buena acogida en cuanto a la necesidad de utilizar la sede. La junta de vecinos se encuentra fragmentada, siendo en la práctica comandada por la presidenta, dejando a un lado al resto de la directiva (para que hablar de la asamblea de los y las vecinas). A este funcionamiento poco democrático y autoritario se suma el hecho de que no existen rendiciones de cuentas de parte de la directiva, razones que nos hacen considerar esta instancia, por decirlo de forma correcta, ilegitimo.
Considerando que tuvimos una respuesta negativa, y a nuestro parecer sin fundamentos e ilegítima, y sabiendo que contábamos con el apoyo de vecinos y vecinas del parque, así como de parte de la directiva de la junta, que administra el parque, decidimos construir de manera autogestionada un espacio de bodega en el parque para facilitar el funcionamiento del huerto y la biblioteca. Ante las autoridades municipales y policiales, que siempre aparecen queriendo suprimir todo tipo de movimiento y uso del espacio público, presentamos una carta de autorización desde la junta de vecinos, firmada por el secretario y el director.
Por lo tanto, como agrupación autónoma y empoderada de los espacios comunes del barrio, decidimos utilizar directamente el espacio público, siempre apuntando a abrir nuevos espacios de participación, de apropiación del territorio por parte de los vecinos y vecinas, de recreación y de aprendizaje para niños, niñas y adultos. Junto con esta decisión intentamos gestionar un permiso municipal para dicha construcción, llegando a la simple respuesta de que la municipalidad que no podía permitir construir nada en el espacio público, pero que por otro lado, entendía nuestra labor y la saludaban como una “linda” experiencia, llegando incluso a ofrecernos trabajar en conjunto y apoyar financieramente lo que hacemos.
Llegado el día de construcción, en donde la biblioteca cumplía dos años de estar funcionando, como era de esperarse llegó carabineros, mandado por la municipalidad, que suponemos, estaba “instada a actuar” por la presidenta de la junta de vecinos en contacto con el encargado comunitario municipal. Luego de un tiempo largo de discutir con carabineros, de presentarles el permiso firmado por el secretario y el director de la junta de vecinos, y la presencia de vecinos, vecinas, niñas y niños que participaban de la actividad, llegamos al acuerdo con carabineros y de la municipalidad de que no sacarían el cuarto construido. Claro que nunca dejaron en claro por cuanto tiempo.
Luego ya de 5 meses nos encontramos con que la municipalidad en conjunto con carabineros y en poder de elementos para violentar nuestro espacio, que tanto trabajo, tiempo, amor y cariño nos ha costado construir, ha removido la bodega con una retroexcavadora, para luego llevarse la estructura en un camión municipal.
En conocimiento de este hecho al mismo tiempo mientras ocurría, nos pusimos a denunciar este hecho por las redes que manejamos. En Facebook publicamos esto (19 de marzo de 2014, alrededor del medio día):
“La Ilustre Municipalidad de Independencia en estos momentos está destruyendo un espacio comunitario, un huerto comunitario que se desarrolla en el parque mirador viejo. Con la violencia que implica destruir con una retroexcavadora y sin aviso alguno el cuartito que teníamos para guardar nuestras herramientas y utensilios, que nos servían para llevar nuestro huerto hace ya más de un año, y además guardar los libros de la Biblioteca Popular Marcos Ariel Antonioletti. Esto demuestra su nulo interés por cuidar de la comunidad que ahí se gesta, que lleva un proyecto ecológico y cultural importante para el sector, valorado por las vecinas y vecinos y principalmente las niñas y niños que asisten al huerto cada sábado de 16:00 a 19:00 hrs. Esto es un atropello, un abuso de autoridad y lo vamos a denunciar por todos los medios que podamos!! Huerto Comunitario Pu Pichikeche.”
Mientras esto ocurría, un compañero fue e increpo al personal municipal preguntándoles ¿Por qué estaban destruyendo nuestro cuarto? ¿Nuestro espacio?
El argumento que presento el personal municipal fue que se prestaba como un Foco de Delincuencia. Que había una queja por parte de los vecinos, y que hace algunos días ocurrió una balacera frente a nuestro espacio (por fuera del parque, en la calle).
Junto con esto, desde hace unas dos semanas estaban habitando el lugar un grupo de viejitos alcohólicos, en muy mal estado de salud, quienes dormían utilizando el exterior de la bodega para resguardarse en las noches, ya que habían sido expulsados del lugar que habitaban anteriormente (una construcción precaria bajo una pasarela de la autopista), por un vecino. Esto nos preocupó y empezamos a dialogar con ellos en pro de su propio cuidado y el de nuestro espacio, sin sentirnos en ningún momento con el derecho ni la voluntad de expulsar a estas personas del lugar, ya que entendíamos que si estaban ahí es porque no tenían otro lugar donde habitar, y que estaban intentando conseguir los medios para establecerse en un mejor espacio. Nuestro dialogo con ellos solo apuntó al cuidado del entorno, explicando que era importante mantener limpio y no deteriorar el parque.
La municipalidad también usó esto como argumento, ya que para ellos el espacio que nosotros establecimos en el parque se prestaba para el llamado Foco de Delincuencia e incluso nos increpo diciendo que ¿Por qué no nos habíamos hecho cargo de esta situación? Eufemismo de, ¿Por qué no habíamos echado a “patadas” a los viejitos?
Dicho esto nosotros nos preguntamos si ¿Realmente alguien se tragaría semejante estupidez como argumento para romper y llevarse nuestro cuarto con una retroexcavadora, sin aviso o conversación alguna?
¿Qué tiene que ver un foco de delincuencia con un huerto comunitario en donde habitan principalmente niñas y niños? ¿No es más seguro un lugar público que se ocupa, que sea habita, que uno desocupado? ¿Las “autoridades” de la comuna realmente manejan un nivel tan precario de diagnóstico, acción y discurso, o solo presentan esta idea como cualquier otra excusa?
Y si el cuarto impide la visibilidad y proyecta sombras, como todo elemento físico en el parque, ya sean artificiales o naturales y genera “lugares propicios para la delincuencia”, ¿Por qué entonces no destruye la sede de la junta de vecinos, o el parque entero, ya que es un “foco de delincuencia”? A nuestro parecer el único argumento de porqué nuestro espacio, una construcción liviana y de tamaño similar a un kiosko (para ser precisos de 1.5 por 2 mts), que por lo demás está ubicada en un sector que cuenta con iluminación en las noches, es una molestia mayor que otras estructuras que ya existen en el parque, es porque no cuenta con autorizaciones del municipio, no es parte del trabajo del municipio, y no da créditos políticos al mismo. ¿Y que sucedió con las personas que pernoctaban ahí? ¿El municipio se hizo cargo de ellos ofreciéndoles alguna alternativa u apoyo para encontrar otro lugar? Simplemente fueron expulsados, por lo que obviamente el problema que se presenta para la municipalidad no se soluciona, sólo se mueve y se esconde. Esa es la lógica del “foco de delincuencia”.
Luego nos enteramos por otro vecino que en el consejo municipal del día martes 3 de marzo (se puede corroborar esto pidiéndole a la municipalidad que haga públicas las grabaciones de este año), el alcalde Gonzalo Duran (Partido Socialista) había anunciado un programa municipal para promover los huertos comunitarios a través de las juntas de vecinos, en donde la junta de vecinos n° 11, ya ha sido ayudada por la municipalidad para realizar un huerto, partiendo con este programa.
Entonces con un poco de reflexión da para pensar que: a la municipalidad y al alcalde Gonzalo Duran, les molestan los espacios comunitarios que tienen autonomía, pensamiento propio, crítico, y que por el hecho de no estar al alero de la municipalidad, no le sirven para la “foto”, para la campaña política, para aparecer en sus números, en sus revistas, en su propaganda de “buena gestión”, y no les tiembla la mano para ejercer toda la brutalidad del poder que tienen, de ejercer la fuerza antes de la razón, del dialogo, de demostrar que son “el patrón del fundo” y que nada se hace sin permiso o fuera de lo que controla su gestión.
Esta es la gestión de un municipio autoritario, que golpea y después pregunta. Es la lógica de las apariencias, de la solución más fácil, atacando los síntomas sin una política real que aporte a los problemas sociales, llevada a cabo de forma unilateral, sin participación de las personas involucradas, basada en una concepción casi fascista del espacio público y la ciudad, en donde es más deseable un espacio vacío y pulcro que la utilización por parte de los habitantes. Este es un hecho más, que se une a la serie de barbaridades que se han destapado de la “clase política” chilena en este último tiempo, lamentablemente apoyada y avalada por personas comunes y corrientes (a nivel vecinal) que se compran el discurso de la seguridad pública y la autoridad, y que entienden la participación y la política vecinal en una lógica de aprovechamiento y de exclusión, o en otras palabras, de asegurar el chancho y de cuidar a fuego la pequeña porción que nos toca a cada uno y una.
Este hecho nos llena de rabia, de impotencia frente al abuso del poder, pero también nos invita a seguir luchando, a resistir y trabajar más por nuestro huerto comunitario, por nuestra biblioteca popular, y por los sueños que en nuestros corazones albergamos.
HUERTO COMUNITARIO PU PICHIKECHE – BIBLIOTECA POPULAR MARCOS ARIEL ANTONIOLETTI
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