Hace unos días, carabineros de chile,
impugnó lo planteado por el INDH acerca de la brutalidad policial en nuestro
país, quien en palabras de su director general, quiso hacernos creer que es
cierto eso que se contiene en su viejo lema, esto es, “Un amigo en tu camino”. Los frescos de renovación nacional
plantearon su rápida solidaridad, todo lo cual se explica por sí mismo, verdad.
Pues
bien, decenas de abogados, observadores de derechos humanos, periodistas,
reporteros gráficos (profesionales y amateur), miles de mujeres y hombres,
incluso los mismos policías, hemos y han sido en su caso, testigos de múltiples
brutalidades no solo en el contexto de la protesta social, sino que también en
la vida cotidiana de las personas. Otros tantos, no pocos, son los
testigos-víctimas que sufren los
vejámenes de las policías, llegando en algunos casos, a tratos crueles e
inhumanos.
En
efecto, en los sectores populares incluso ha llegado a operar el “gatillo fácil”, cual es el caso del
joven de Lo Barnechea que murió por medio de un cobarde disparo el mes de marzo
recién pasado, ello, solo como ejemplo de lo que ocurre en el diario vivir,
sobre todo en los sectores populares.
En
el contexto de la protesta social, debiésemos preocuparnos una tanto más, ello,
si tenemos en consideración que a la ya conocida brutalidad policial, destaca
el hecho ocurrido en SALAMANCA (en el contexto de la heroica lucha que hasta
aquí libran las comunidades del Choapa en contra de LUCSIK), el pasado mes de
marzo del presente año, el que tuvo como resultado, la pérdida de un ojo de un
joven de 17 años, a causa de un BALIN disparado por un policía que hasta aquí
se mantiene en la impunidad. A lo anterior, se debe agregar la circunstancia
consistente en que más de treinta muchachos de la misma comuna también
resultaron con diversos impactos de de
balines en sus cuerpos y que, dada la desconfianza con el sistema penal y
posibles represalias, los ha hecho dudar denunciar.
La
misma política de gatillo fácil la
encontramos en los hechos ocurridos el día 27 de Marzo de 2015, en la puerta
del Colegio Confederación Suiza en Santiago, momento en el cual resultaron tres
muchachos heridos con diversos impactos de balines en sus cuerpos.
Si
nos refiriéramos a la brutalidad policial en el Wallmapu, muy probablemente
requeriríamos varias columnas para poder retratar la criminal política del
estado de Chile en contra de diversas comunidades, hechos muchos de los cuales,
sino todos, permanecen en la impunidad.
Así,
tenemos que el tema en comento no solo es así porque lo haya dicho el INDH, es
un tema contingente por que a diario se reproduce según hemos tenido ocasión de
intervenir a lo largo de estos intensos años en la Defensoría Popular, o bien
informarnos por medio de los reiterados y constantes requerimientos que se nos
han formulados de diversos sectores de nuestra sociedad, tales como pobladores,
estudiantes, trabajadores, comunidades socio-ambientalistas, comunidades
indígenas, libertarios y otros y otras, todos los cuales refieren de manera
inequívoca que la brutalidad policial es pan de cada día
Lo peligroso
entonces, es que el estado chileno a la hora de enfrentar los diversos
conflictos sociales, incluso la pobreza y la marginalidad, se vale de su
herramienta más brutal, cual es, el empleo de la fuerza irracional de las
policías, las cuales día a día son dotadas de mas y mas equipamientos para
dicho cometido.
En consecuencia,
la varias veces citada brutalidad policial parece ser ya una política
institucional, de la cual por supuesto quien debe responder, según la constitución y las leyes, es el
empaquetado ministro del interior, toda
vez que de él depende el uso de la fuerza
pública.
Rodrigo Román
Andoñe,
Defensor Popular
Santiago, Abril 11 de 2015.
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