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martes, 2 de junio de 2015

¿Por qué es enjuiciado Emilio Berkhof Jerez?


El 27 de Marzo pasado termina el juicio a Emilio  Berkhof.  Imputado por los delitos de  robo con intimidación, incendio  y porte ilegal de arma y municiones. Juicio que Termina con fallo condenatorio por porte ilegal de armas y municiones mientras es absuelto por las demás acusaciones. La defensoría penal pública apela a la corte suprema frente al fallo del tribunal de  Cañete basando su acción legal en la absoluta inexistencia de un debido proceso legal y la vulneración de los derechos del acusado a manifestar cercanía a una determinada idea política. La corte suprema determina que la apelación se realizara en la Corte de Concepción cerrando así las puertas del máximo tribunal del país.

Cuando hablamos de juicio político ¿A qué nos estamos refiriendo específicamente?
En chile los juicios de carácter político han existido en regímenes autoritarios en los que quedan anulados las garantías constitucionales y los tratados de Derechos Humanos internacionales adscritos por el Estado. Durante la dictadura los juicios políticos siguieron un cause mediático que justificaron la brutalidad del régimen instalado. Desde el término de ésta, los juicios políticos se han venido sucediendo uno tras otro como forma de contención del crecimiento de ideas abiertamente contrarias al Estado y al modelo económico. Precisamente es el caso en que se encuentra Emilio Berkhof.

Consideremos que primeramente fue acusado en forma directa por el ministro de la época Andrés Chadwick de ser líder de la organización CAM. Declaraciones que no tenían fundamento jurídico alguno y que solo sirvieron de empaquetadura mediática para llevar a Berkhof  a estar un año  y medio en prisión preventiva.

A lo anterior se suma la inclusión en el proceso de los denominados testigos protegidos o testigos sin rostro. Si bien es cierto el código procesal penal vigente en el país considera la utilización de tales, los acota a muy determinados casos.

Fueron considerados alrededor de 90 testigos protegidos en el juicio a Emilio Berkhof. De esto podemos concluir la envergadura con que el gobierno anterior y el actual han querido entregar un mensaje a la ciudadanía tergiversando la propia ley penal.

Después de largos alegatos frente a la utilización de estos testigos la Corte decretó que estos no sería utilizados pero con posterioridad fueron incluidos bajo una  figura cuasi metafórica: los testigos de oídas. Todos pertenecientes a las instituciones de carabineros y brigada de investigaciones policiales Por otra parte las pruebas del ministerio público que comprobarían la culpabilidad de  Emilio Berkhof  en los delitos imputados incluían cuadernos de notas con supuestas consignas en contra de la  instalación de empresas forestales y la abierta adhesión del imputado a la causa mapuche de reivindicación de tierras.

Sumando  elementos que fueron conocidos desde ambos lados de la prensa: la independiente y la que guarda aún las viejas formas de  colusión con la clase política o que  abiertamente está en manos  de grupos económicos con  claros intereses de blindar a poderes facticos, Emilio Berkhof fue sometido a juicio.

Dadas las consideraciones anteriores es imposible no concluir que el juicio a  Berkhof adolece de todo apego a la ley. A esa ley que se considera independiente de los demás poderes del Estado. A esa ley que se supone  objetiva y que falla en base a argumentos legalmente fundados.

Las verdaderas causas que llevan a Emilio  Berkhof a convertirse en un criminal, ajusticiado primero mediáticamente por la prensa y  después por los supuestos garantes del sistema que ha corrompido las bases del ordenamiento y procedimiento legal penal, son desde cualquier punto de análisis causas políticas.

Políticas en cuanto se enjuicia al imputado por su simpatía a determinadas ideas,  en cuanto se enjuicia  en base a su adhesión a una determinada corriente de pensamiento  emancipatorio. Políticas en cuanto son manipuladas a un punto tan brutalmente aplastante que las pruebas y testigos utilizados por el ministerio público y querellantes son agentes del Estado cuya función también está estrictamente determinada por ley y que a lo menos su calidad de testigos dentro de un proceso penal es cuestionable. La concurrencia de todas  las irregularidades en el juicio a Emilio Berkhof  solo dejan lugar a la transformación de los procesos penales en herramientas de ejemplificación pero no ajustados  a una ejemplificación delictual, sino más bien a una ejemplificación  de carácter de neutralización. A una ejemplificación para el resto de la ciudadanía del castigo frente a la libertad  de pensamiento y opinión.

Las grietas que ha mostrado  el largo proceso por el  cual Emilio  Berkhof  ha sido convertido en ejemplo del sistema legal utilizado  como  herramienta de ideología autoritaria, son claras y evidentes. Estas grietas han sido abiertas por una política de persecución que se enmascara en procesos judiciales arbitrarios y  recusables.

Hoy en los tribunales de concepción se dará inicio a los alegatos por la nulidad del juicio. Y así como el Estado ha convertido este  juicio en un ejemplo  de domesticación ideológica, esperamos que las grietas que se han abierto para corromper todo  el sistema penal se  conviertan en grandes aberturas por donde las políticas de persecución caigan al vacío  y por donde la inmediatez de la condena mediática ponga fin a su condición de aliada de la clase política persecutoria.

A Emilio  Berkhof se le condena por sus ideas nunca por sus actos. A Emilio se le convierte en ejemplo de ensañamiento político que busca un último y único fin: neutralizar cualquier idea que atente contra la ideología dominante, En busca de este fin el propio Estado ha suprimido su más grande argumento de orden, el  Estado de Derecho.

El juicio a   Berkoff es la prueba de que dicho Estado no existe y que es conveniente como discurso cuando la clase dominante así lo necesite y que cuando ésta no lo requiere es  completamente prescindible.

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