Recientemente, tuve la oportunidad de viajar con la delegación del Observatorio por el Cierre de la Escuela de las Américas a Chiapas y Guerrero, donde fuimos testigos altos costos humanos de la militarización financiada por Estados Unidos y confirmamos que aquellos que se organizan, como la policía comunitaria de Olinalá, Guerrero y losestudiantes de la Normal Rural Raúl Isidro Burgos, enfrentan una letal amenaza por parte de los cuerpos de seguridad.
Es por eso que el trabajo que estaré realizando a lo largo de esta activantia estará enfocado principalmente en denunciar los crueles efectos de la militarización financiada por Estados Unidos, llamando al cese de la Iniciativa Mérida, así como en acompañar y defender las distintas resistencias y alternativas a esta militarización, como lo son las policías comunitarias, un modelo de seguridad y justicia, legítimo y exitoso, basado en los usos y costumbres de las comunidades indígenas. Los esfuerzos de la policía comunitaria en Guerrero y Michoacán han dejado al descubierto que se puede mantener una comunidad segura sin militarización y que la verdadera seguridad no está en manos del estado. De hecho, han puesto en evidencia la mentira más grotesca que sustenta esta guerra: las fuerzas armadas entrenadas y armadas por Estados Unidos no están combatiendo al crimen organizado, sino que, lo protegen y son parte de él. Con esta verdad revelada, la guerra contra el narcotráfico carece de justificación legitima y debe detenerse.
La existencia de policías comunitarias representa una amenaza para los intereses que se benefician de la expansión de la Guerra. Recientemente, el general Felipe Gurrola, el mando único para la seguridad en Michoacán, un egresado de la Escuela de las Américas, declaró públicamente que no habrá tolerancia para la policía comunitaria, lo cual constituye una gran amenaza para las comunidades indígenas que ejercen su derecho a la seguridad. El día de su declaración, el Ejército irrumpió en una comunidad indígena de Michoacán abriendo fuego en contra de civiles desarmados para capturar a los líderes de la Policía Comunitaria de Ostula. Dicho ataque dejó como saldo la vida de Heriberto, un niño de apenas 12 años.
Es por esto que mi trabajo a lo largo de está activantia ira de la mano con la lucha por la libertad de las y los policías comunitarios que se encuentran presos por hacer frente a la violencia del estado y el crimen organizado. En un país donde la desesperanza acompaña la catástrofe del día a día, la policía comunitaria representa una alternativa de seguridad de aquellas comunidades que se organizan. Es importante unir nuestros esfuerzos para que los policías comunitarios secuestrados por el estado puedan alcanzar su libertad y regresar a sus comunidades para que así, continúen la lucha en contra de la violencia del narcotráfico y en contra de los proyectos trasnacionales que amenazan sus territorios.
En Guerrero, actualmente, se encuentran 10 policías comunitarios de la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias (CRAC-PC) presos injustamente. Algunos de sus nombres: Nestora Salgado, Gonzalo Molina, Arturo Campos, Bernardino García Francisco, Ángel García García, Eleuterio García Carmen, Abad Francisco Ambrosio, Florentino García Castro, Benito Morales Bustos, Samuel Ramírez Gálvez.
¿Te gustaría ser parte de la lucha por su libertad? Si quieres recibir más información sobre los diferentes casos y ser parte de un grupo de acción que responda a las diferentes situaciones de violación de derechos humanos en México como van surgiendo, llena tu información aquí:
Sin duda tenemos una responsabilidad con nuestros hermanos mexicanos quienes están siendo desaparecidos y torturados con los impuestos que los ciudadanos estadounidenses pagan. Es tiempo de unir nuestros esfuerzos porque estamos viviendo en un estado de emergencia. Si no hacemos nada para detener la Iniciativa Mérida hoy el horror será inimaginable.
Trabajemos juntos en levantar movimiento para ponerle un alto a las masacres, las desapariciones y las ejecuciones por las fuerzas de seguridad financiadas y entrenadas por Estados Unidos. La deuda que tenemos con la justicia es grande y sigue creciendo, han sido muchas y muchos nuestr@s compañeroas desaparecidos, torturados, ejecutados a manos de agentes de seguridad del Estado entrenados por Estados Unidos a lo largo de la historia de América Latina. Son muchos y muchas los caídos que aún siguen esperando verdad y justicia.
La masacre en nombre de nuestra seguridad tiene que detenerse.
Si tienen alguna duda o les gustaría recibir información de algún tema en particular, por favor, siéntase libres de escribirme a: evalejandra@soaw.org. Me encantaría compartir con ustedes ideas de cómo es qué podemos entablar lazos de solidaridad para detener la Iniciativa Mérida.
Contra el olvido y la impunidad, la memoria y la resistencia
Evalejandra Chávez Amézquita
Activante del Observatorio por el Cierre de la Escuela de las Américas
México Distrito Federal. Agosto del 2015
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