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miércoles, 24 de febrero de 2016

Bolivia después del referéndum

Sin resultados definitivos los sondeos dan ganador al NO. La oposición festeja el triunfo mientras que el gobierno espera el cómputo oficial. Las hipótesis de sucesión de Evo, la oposición y la izquierda. Cuáles son las perspectivas y qué situación se abre.











Entrevistamos a Javo Ferreira, dirigente de la Liga Obrera Revolucionaria (LORCI) de Bolivia, luego del referéndum.
¿Cuál fue la reacción del gobierno y la oposición frente a los resultados?
Evo Morales y el conjunto del gobierno aún se niegan a reconocer el resultado proyectado que daría ganador al NO con el 52% de los votos. Afirman que estaríamos en presencia de un virtual empate técnico ya que con las actas de comunidades alejadas junto a la votación en el exterior, especialmente en Argentina, Brasil y España (donde la votación siempre es muy favorable al MAS) no solo achicarían la diferencia sino que incluso podrían ganar.
Estas declaraciones ya han provocado las primeras reacciones por parte de la oposición y el “temor” de que se pueda llevar adelante un fraude electoral que termine imponiendo el SI en el referéndum. En estos momentos, las empresas encuestadoras, como es el caso de IPSOS, ha afirmado que si Evo obtuviera todos los votos del exterior a su favor (272.000) y el margen de error de 2% fuera también a su favor, aún así no lograría superar la opción del NO.
¿Cuál es el escenario que se abre al consolidarse el NO?
De confirmarse el NO, se abre inmediatamente una discusión en el partido de gobierno, referida a dos elementos centrales: por un lado, preparar la sucesión de Evo; tarea difícil en un conglomerado de organizaciones y burócratas. Y luego, el intento de recuperar terreno frente a un electorado que manifestó un rechazo a los casos de corrupción, y a la gestión de la política sobre la base de burócratas que, como lo mostro el miércoles pasado, y con la muerte de 6 empleados en El Alto, es muy mal vista no solo en un espectro de clases medias sino también en sectores de trabajadores asalariados. Este proceso que empieza ahora, sin embargo será un camino relativamente largo y tortuoso que deberá recorrer el gobierno, al que aún le quedan 3 años en el poder (las elecciones son el 2019).
Ante este escenario, se plantean al menos tres hipótesis inmediatas. 
La primera, que empieza a aparecer como una tendencia, es la de promover a la actual presidenta de la Cámara de Diputados, Gabriela Montaño, como una de las figuras clave del partido, junto con David Choquehuanca, actual canciller y una de las pocas figuras indígenas que queda en el gabinete, aunque no está dicho cómo se articularían eventuales formulas.
Una segunda hipótesis, que sería un poco rara, pero no descartable, es invertir la formula presidencial, es decir García Linera para la presidencia y Evo Morales como vice. Lo raro de esta opción es que no sería bien vista ni por el movimiento campesino ni por los sectores indígenas ligados al MAS, que desconfían de una figura más ligada a la clase media como García Linera.
La tercera, es que busquen nueva figuras y la empiecen a construir en el lapso de los tres años que restan. Sin embargo, la oposición de derecha aprovecha esta situación para empezar la carrera para posicionarse frente a las elecciones. Hoy Filemón Escobar, un ex masista ahora en la oposición, anuncio la creación de un nuevo partido en “defensa de la vida”. Por otro lado, Rubén Costas, dirigente de otro sector de la oposición, ya anuncio su candidatura.
¿Hay espacio para el surgimiento de una alternativa independiente de los trabajadores?
Es difícil determinarlo aun. Sin embargo, es claro que el resultado no solo significa un cambio en la relación de fuerzas entre el MAS y la oposición (debido que la mayoría llamo a votar NO), sino que también hay una nueva relación de fuerzas entre los que sostuvimos una posición independiente llamando a votar blanco o nulo y las organizaciones obreras y socialistas que se pusieron detrás de la oposición patronal.
En términos generales creemos que se puede abrir un espacio para el surgimiento de un partido de trabajadores (PT), con posibilidades de que levante un programa y una política con independencia de clase. Este PT debe impulsar la participación de los sindicatos y de sus trabajadores, en fábricas y talleres enfrentando decididamente a la burocracia sindical cómplice en los ataques puntuales que los trabajadores están viviendo como en Huanuni, El Mutún y otras empresas mineras o fabriles.
Javo Ferreira

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