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miércoles, 8 de junio de 2016

SUDAMÉRICA / BRASIL ¿Qué hay detrás del pedido de prisión para la cúpula del partido de Temer?


A meses de hacerse públicas comprometedoras escuchas telefónicas, el fiscal general pidió la prisión de Cunha, Calheiros, Jucá y Sarney, líderes del PMDB, partido del presidente golpista Michel Temer.

El martes (7) el diario O Globo divulgó que el fiscal general Rodrigo Janot pidió la prisión de cuatro líderes del PMDB: Renan Calheiros, presidente del Senado; Eduardo Cunha, presidente alejado de la Cámara de Diputados; Romero Jucá, exministro de Michel Temer y senador; y José Sarney, expresidente de la República. El pedido respondió a las escuchas trascendidas del testimonio del “arrepentido” Sérgio Machado, expresidente de Transpetro, subsidiaria de logística de Petrobras, y las diversas denuncias contra Cunha por sus cuentas en el exterior.
Antes de ser efectivizado, el pedido de prisión todavía debe ser analizado por el juez de la Corte Suprema (STF) Teori Zavascki, quien instruye en la operación Lava Jato, que investiga los esquemas de corrupción en Petrobras. Las escuchas trascendidas, hechas por Sérgio Machado, revelaron algunos detalles de la trastienda del golpe institucionalorquestado para poner al golpista Michel Temer en la presidencia.
Entre ellos, un pacto propuesto por Romero Jucá para parar la operación Lava Jato, el miedo del senador y expresidente José Sarney a ser implicado por el testimonio del "arrepentido" Marcelo Odebrecht y sus acuerdos con los partidarios del PSDB (tucanos) para efectuar el golpe, la complicidad de los grandes medios de comunicación, en particular los diarios Folha y O Globo, las propuestas de Renan Calheiros respecto del golpe y para frenar la Lava Jato, entre otras podredumbres de los bastidores de los golpistas.
En cuanto a Cunha, no fue necesario desenterrar súbitamente ninguna escucha para revelar lo que todos ya sabían sobre las diversas denuncias contra él, de sus cuentas ilegales en el exterior, sus articulaciones y maniobras para evitar el curso de su proceso en el Consejo de Ética de la Cámara de Diputados, etc. Todo ya era bien conocido hace muchos meses. La procuradoría alega que el alejamiento de Cunha de la Cámara llevado a cabo el 5 de mayo no fue suficiente ya que seguiría entorpeciendo el curso de las investigaciones en su contra, tanto en la justicia como en el Consejo de Ética, del cual uno de los miembros afirmó a la procuradoría que estaría sufriendo amenazas por parte de Cunha.
Sobre esta base fue que Janot pidió la prisión de todos -y para Sarney, por su avanzada edad (86), prisión domiciliaria con uso de tobillera electrónica.

Las distintas varas del poder judicial

Cabe, sin embargo, cuestionar los distintos pesos y medidas que la operación Lava Jato da al curso de los procesos. En el caso del testimonio del "arrepentido" Delcídio do Amaral, que era líder del gobierno del PT en el Senado, las denuncias fueron expuestas rápidamente con el claro objetivo de desgastar al gobierno y transformarlo en un blanco más fácil para el impeachment. Lo mismo cabe a la operación cinematográfica que realizó la Policía Federal al trasladar por la fuerza a Lula para realizar una declaración, o la filtración casi instantánea de las escuchas telefónicas entre Lula y Dilma sobre la maniobra de poner a Lula en la jefatura de Gabinete para impedir el avance del impeachment. En fin, todo lo que los mandantes de la Lava Jato podían hacer fue hecho, con la mayor disposición, para ayudar en el curso del golpe.
Ya las denuncias de Cunha fueron tratadas por la misma Lava Jato con gran morosidad, para usar un eufemismo. Las justificativas que da hoy Janot para llevar a Cunha a la cárcel son exactamente las mismas que ya estaban a la vista de todos desde diciembre. En el caso de Sérgio Machado, las escuchas de fueron guardadas por meses antes de ser finalmente reveladas, un contraste gritante tanto con las de Delcidio como las de Lula y Dilma.
Cada paso fue calculado por el poder judicial, que esperó que Cunha haga el trabajo sucio de dirigir la votación del impeachment en Diputados para, con esa tarea resuelta, poder removerlo con el propósito de darle un aire de "seriedad" a la Lava Jato y convencer a todos que no se trataba de un golpe sino de una operación para "limpiarle la cara" al golpe que ayudaron a consolidar.
Queda saber si ahora harán lo mismo con Renan Calheiros: habiendo hecho el trabajo sucio del golpe, ¿lo descartarán para seguir lavándole la cara al golpe? ¿Esperarán la consolidación de la votación del impeachment en el Senado y luego lo descartarán como hicieron con Cunha?
Disputas en el "partido judicial" por la mejor conducción del golpe
Como hemos presentado, podemos ver que hay dentro del poder judicial una disputa representada entre Mendes y Janot, por la mejor forma de conducir el golpe. Gilmar Mendes buscaba una solución que garantizase impunidad a todos los tucanos, incluso Romero Jucá del PMDB. Janot y otras alas del poder judicial lo forzaron a aceptar que las investigaciones sean abiertas también contra los tucanos. Todos hasta el momento siguen blindando a los tucanos paulistas.
También hay disputas entre el poder judicial y los grandes medios: mientras los medios están fervorosos por hacer públicas algunas denuncias, la Corte Suprema quiere retener la información para revelarla según su conveniencia, y por eso Zavascki ordenó que fuesen colocadas bajo sigilo las escuchas de Sérgio Machado y solo reveló una parte, que es la que fundamenta ahora los pedidos de prisión realizados por Janot.

Después del golpe, el PT aplaude la operación Lava Jato

El PT antes denunciaba la operación Lava Jato (correctamente) como una maniobra política de los golpistas para poner a Temer en el poder, súbitamente se llamó al silencio ahora que está metiendo en la cárcel a políticos del PMDB y avanzando contra el PSDB. Más que eso, quiere embanderarse de las grabaciones y delaciones en su propia defensa.
Sus blogueros cesaron las denuncias contra la operación Lava Jato, que repentinamente dejó de ser parte del golpe. Pareciera que ahora el PT puede darse las manos con la "izquierda Lava Jato" como Luciana Genro, que desde el principio aplaudía la operación, diciendo que había que exigir una "Lava Jato hasta el final" y alimentando las ilusiones en esas instituciones reaccionarias que son el poder judicial y la Policía Federal.
No se puede esperar nada de las manos de esas instituciones cuyas medidas, entre ellas el pedido de prisión de algunos políticos, tienen el objetivo de defender este régimen de corruptos y privilegiados, garantizar que los patrones descarguen de la mejor manera su crisis sobre nuestras espaldas y cambiar un esquema de corrupción por otro, esta vez más ligados a los intereses imperialistas.
FUENTE: La Izquierda Diario

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