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miércoles, 17 de agosto de 2016

CORREOS CHILE Balance, perspectivas y desafíos para los y las trabajadoras de Correos

La intransigencia de la empresa
Efectivamente, no perdimos ningún peso, pero las negociaciones son para que los trabajadores ganemos cosas y no andar repactando deudas… ¿Qué ganamos? Los y las colegas operadores mantienen el artículo 50, pero a costa del chantaje que la misma directiva del SOP propició guardando en un cajón el petitorio que habían presentado en esta negociación. Así también desde la “Unidad Sindical”, vemos que no hemos ganado ningún aumento considerable y digno en nuestros sueldos base o en cuanto al reconocimiento real de nuestra trayectoria y mejorías de las condiciones laborales, demandas sentidas por quienes trabajamos en la estatal y que las dirigencias sindicales se negaron a enfrentar y a luchar por éstas, contra la empresa. Cuestión que se condice también con la política a nivel nacional del gobierno de Bachelet de la Nueva Mayoría (organizaciones políticas de las que nuestros dirigentes son parte) quienes a lo largo de las últimas movilizaciones de sectores estatales de trabajadores, como lo han sido la lucha de los profesores y sectores públicos, han puesto freno.
La negociación colectiva reciente nos entregó derrotas parciales, pero importantes a los correanos: una profundización de los métodos de competencia e individualización como lo expresa el bono bimensual, falsamente presentado como un “bono de experiencia”, el cual está sujeto a la producción de cada colega, y que gracias al rol que han jugado nuestros dirigentes sindicales la empresa lo integró en el contrato colectivo.
Aún mantenemos la deuda intacta en nuestros hombros del préstamo de la negociación colectiva anterior; debemos seguir pagando el monto que supera en el presente los 700 mil pesos para la mayoría de nosotros. Así, el bono de término de conflicto recibido estos días se convierte, sumando y restando, en una cifra mínima e insultante de solo 130 mil pesos de ganancia, pues el resto seguiremos pagándolo mes a mes en la deuda del préstamo.
La apertura a la legitimación de estándares de producción y competencia avalada por las dirigencias sindicales entre quienes damos vida a Correos, no hace más que fortalecer y venir a instalar el objetivo que desde el 2013 gerencia ha desarrollado, lo que avala la lógica de los despidos que tengan como causal la productividad.
El actuar de la dirigencias Sindicales
Para ninguno de nosotros es una sorpresa el actuar de los dirigentes. Ya la experiencia del 2013 nos adelantaba cómo se desplegarían en esta negociación. La poca legitimidad y credibilidad que hoy éstos tienen en Correos ha aumentado día a día, y acciones por su parte hay por montones que avalan esta situación. Como por ejemplo la desarticulación de los Cuerpos de Delegados; el desarrollo de un Congreso de Federación controlado; las escasas y casi nulas asambleas para preparar la negociación colectiva en conjunto con cada uno y una de nosotros; la no defensa de los últimos despidos selectivos de los delegados y colegas que tuvieron un rol clave en la negociación colectiva pasada, fomentando las exigencias de los métodos de productividad; la confección del petitorio, prácticamente a puertas cerradas; el no dar una lucha abierta contra la empresa resguardando la devolución del millón o el aumento del sueldo base; y todo el descontento que estalló en los y las socios y socias del SOP posterior a la votación definitiva de la huelga, donde muchos colegas quedaron sin votar o constataron votar en condiciones irregulares (custodiados por los jefes y dando sus votos por teléfono), lo único que nos demuestra es que éstos dirigentes, han buscado resguardar los intereses de la empresa y del propio gobierno actual más que nuestros intereses.
Los dirigentes negociaron a puertas cerradas y divididos. Esto puede verse con claridad en que siguieron al pie de la letra la división que propició la gerencia, ofreciendo cosas distintas a operadores y carteros, negociando en momentos distintos, y a la larga dividiendo en la lucha a carteros y operadores, siendo que todos sabemos la importancia de mantenernos unidos. Es por esto, y no por otro motivo, que las y los correanos votaron la última oferta: porque desconfiaban de cómo los dirigentes estaban llevando adelante la negociación.
El proceso del SOP
Se fortaleció el último período con el intento de los dirigentes del SOP de desfederarse y que a pesar de no conseguirlo, lograron introducir en un Congreso (sólo con los delegados) la negociación por separado, la división estamental entre nosotros los colegas, y así también la aparente idea de defender y levantar una huelga en esta negociación, que no fue más que un guiño “teatral” que éstos tuvieron para hacernos creer que se presionaba y amenaza a la gerencia, pero que en los hechos nunca tuvieron la intención de enfrentarse a la empresa, bajando las demandas sin votación alguna, poniéndonos a merced de la empresa y el gobierno sin siquiera levantar comités de preparación ante una eventual huelga, ni asegurarse que el proceso de votación que se llevó en el sindicato se hiciera íntegramente, asegurando no un privilegio, sino un derecho democrático básico que tenemos los y las trabajadoras. Es contra ese tipo de cosas, por ejemplo, que se han levantado compañeras y compañeros operadores en el “SOP para las bases”, que levanta las banderas de la unidad de los trabajadores y no de la política de la empresa y el gobierno.
Necesitamos levantar una alternativa sindical y política
Se abre un nuevo escenario para nosotros. Debemos tomar las últimas experiencias para avanzar con toda la fuerza de los y las trabajadoras aprendiendo de éstas. Es tiempo de que abramos un nuevo camino, pues ha quedado demostrado con creces que nuestros dirigentes no están dispuestos a pelear por nuestros derechos y demandas. Tenemos la tarea de organizarnos en cada sindicato, sacar a quienes por años no trabajan, viven de privilegios sindicales y llevan vendiendo nuestros derechos y demandas. Pero esto no podrá hacerlo nadie más que nosotros mismos.
Es momento de que los trabajadores y las trabajadoras tomemos esto en nuestras manos, pues su actuar al interior de correos, no dista de cómo actúan hacia afuera, por ejemplo ¿Nuestros dirigentes nos han informado que éste mes se vota la nueva directiva de la CUT? ¿Nos han presentado las listas en esta elección? Cuando todos sabemos que necesitamos que ésta sea nuestra mayor herramienta de organización y lucha contra el gobierno y los empresarios y no como ha sido durante estos últimos años, una vocería más de la Nueva Mayoría que impulsa para todos los trabajadores lo mismo que en Correos: productividad, rankings y puros bonos. Es decir, se hace fundamental que las bases tomemos protagonismo cambiando a quienes la han dirigido por años.
Debemos levantar un sindicalismo, que rompa con las divisiones estamentales entre colegas a nivel nacional y vaya por un Sindicato Único, que represente nuestros verdaderos intereses impidiendo la lógica de la empresa de introducir criterios productivos manteniendo los mismos salarios de hambre, que ponga en el centro los derechos y las necesidades de nuestras colegas mujeres levantando comisiones de mujeres donde nuestras compañeras se organicen para definir las batallas que todas y todos las y los socios debemos dar. Un sindicalismo que retome y tome en sus manos la necesidad de levantar las tradiciones correanas con el deporte y la cultura, que diga ¡Basta a los salarios de hambre! Aumento del sueldo base y el reconocimiento de años de servicio. Necesitamos levantar una fuerza viva en correos, donde los y las trabajadoras tomemos las decisiones y abramos paso a mejorar nuestras vidas.
Por Cristian Aguilera, Operador Correos Chile
FUENTE: LID

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