SI, la paz es acá y el tiempo va señalando que el movimiento social y popular sea el protagonista principal,
La búsqueda de la solución al conflicto interno colombiano es una de las propuestas que han atravesado el accionar político y militar de la insurgencia de ese hermano país, es lo que se extrae de los distintas momentos, que cargados de opiniones, ideas, fórmulas a lo largo de los años han sido expresadas a su tiempo.
Las instalación de los diálogos con las FARC-EP, allende 2012, en Noruega, han tenido una gran significación, anhelo, apoyo, solidaridad. Que la política pase a un nuevo espacio, distinto al de las armas, hace parte de la lucha de los revolucionarios y el que sea esa la búsqueda que se ha instalado en Colombia tiene una enorme repercusión en las luchas de liberación de los pueblos de Latinoamérica; como a su tiempo lo ha tenido la resistencia y la persistencia en la forma armada de la política que la insurgencia colombiana ha mantenido.
Harto complejas han sido dichas negociaciones, de lo que se va extrayendo de los resultados de la misma, el establecimiento colombiano ha pretendido en la mesa de negociación lograr lo que en la lucha política y militar no ha logrado: doblegar a la guerrilla.
Hay avances importantes, logros que pueden significar a que las FARC-EP pase a otro momento de su accionar político. Qué significado tiene esta situación, es necesario ir dialogando con la realidad ya presente en el territorio donde se refrendarán los acuerdos.
Partamos que la paz es una construcción que no solo significa convenios entre los contendientes, esa es una parte; la parte fundamental de esa paz es atacar las causas que la generaron; en el caso colombiano el transitar de la política a su forma armado ha sido el resultado de las profundas inequidades, la imposibilidad de expresiones democráticas obligaron a tomar y usar ese medio para accionar la política y defender la vida misma.
Desde esa perspectiva la parte fundamental de la paz es atacar la inequidad social, desarrollar una reforma agraria democrática e integral, detener la persecución política, confrontar y denunciar la violencia como expresión del capital, impedir la explotación de los recursos naturales en beneficio de las transnacionales, inmovilizar el menosprecio a la opinión y a la vida de los demás, transformar la dependencia de las economías transnacionales, combatir la falta de empleo, remediar las carencias en el sistema de salud pública, eliminar el déficit presupuestario para la educación, etc.
Obviamente ver la paz de esta forma implica reconocer que la misma constituye también un campo de disputa: de ideas, prácticas, acuerdos y propuestas políticas para avanzar en la misma.
Los acuerdos, el cese al fuego no significan el fin de la lucha de clases en Colombia, esta se mantiene, pues las relaciones sociales de producción donde unos pocos se apropian del trabajo de la mayoría siguen intocadas, es decir existen clases sociales que defienden el statu quo vigente y clases sociales que por distintos medios bregan por transformar esa realidad.
Y precisamente esa disputa es la que de manera intrínseca estaba en el denominado plebiscito realizado recientemente y donde con desmedida parafernalia se ha publicitado el triunfo del no. La apología del uribismo y su aparato mediático quieren hacer ver esos resultados como un rechazo a los acuerdos ya avanzados y firmados. Burdo análisis por decir lo menos.
Las FARC-EP plantearon desde un inicio que el plebiscito no era el camino, para refrendar los acuerdos ya logrados. El planteamiento desde las fuerzas insurgentes es la realización de una Asamblea Constituyente, como pasos a la creación de una estructura jurídica y base para acciones que apunten a combatir las causas del conflicto, pero que quede claro esos son pasos, instrumentos y herramientas como lo ha sido la lucha armada.
Que no canten victoria las fuerzas reaccionarias, el no gano por muy poco y en base a una campaña de mentiras y engaños, con un alto ausentismo, además y es sabido que en Colombia la forma electoral no es más que el campo donde el establecimiento rubrica su poder, todavía no ha sido un campo de disputa pues las fuerzas populares cuando han querido participar en este campo han sido masacrados.
La paz es acá, es necesario ir asentando esos acuerdos en territorio, en la gente y su imaginario cotidiano, de lo contrario siguen estando lejos y cualquier disputa será vista así.
Esa paz se la construye en Colombia en la diaria confrontación de los indígenas que recuperan la tierra, en los trabajadores que luchan contra los despidos, en los estudiantes que le apuestan a una nueva educación. En la lucha de los familiares de los presos políticos por liberarles, en el digno ejemplo de los familiares de los desaparecidos.
SI, la paz es acá y el tiempo va señalando que el movimiento social y popular sea el protagonista principal, que Colombia sea la sede donde se rubrique los siguientes pasos para afirmar los acuerdos y concretarlos en las realidades del pueblo llano.
SI, la paz es acá ya como palabra concreta de los acuerdos y la política y sus nuevas formas de expresión que va tomando resultado de los compromisos.
SI, la paz es acá en Colombia con todos sus riesgos y con todas sus posibilidades de victoria y en ella nos encontramos desde nuestros espacios y luchas.
Pacho Nataigama
FUENTE:
http://www.abpnoticias.org/index.php/revolucion-debate/3481-la-paz-es-aca
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