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martes, 27 de septiembre de 2016

AMÉRICA DEL SUR / BRASIL Avances de la Operación “Lava Jato”: ¿nuevos escenarios de crisis?


Foto: El juez Sérgio Moro recibiendo el premio de la LIDE, entidad empresarial presidida por João Dória Junior, actual candidato del PSDB a la intendencia de San Pablo. Este lunes (26) Antonio Palocci, quien fuera una de las figuras más importantes del PT fue arrestado en el marco de las investigaciones por corrupción en Petrobras.

Esta nueva detención, se continúa con la ordenada la semana pasada contra el ex ministro de Hacienda de los gobiernos petistas, Guido Mantega. Sólo que esta vez, la Operación “Lava Jato” expuso sus conexiones tucanas (PSDB). La Operación fue orientada a seguir las indicaciones que el ministro de Justicia, el tucano y represor Alexandre de Moraes, había dado hace unos días a respecto de que nuevas detenciones estaban por venir y a quien él mismo parecía señalar: Antonio Palocci, exministro petista. Se abren nuevas contradicciones. El ala política que ahora parece imponerse puede, considerándose imbatible, llevar a un barajar y dar de nuevo en la actual crisis política. 
 
La Operación “Lava Jato” como buena operación mediática tuvo un “spoiler”. El actual ministro de Justicia, el tucano Alexandre de Moraes, fue responsable del adelanto. Vencedor en el golpe institucional y con buenas chances en las próximas elecciones municipales, el tucanato está bien ubicado, liderando en San Pablo y Belo Horizonte y con posibilidades de llegar al segundo turno en Porto Alegre. Ganadores, pero arrogantes, creen que son insuperables y exhiben algunos de los aciertos que lograron en la Operación Lava Jato, pudiendo generar nuevas situaciones en la crisis política nacional. Agravando la falta de legitimidad de la Operación, pueden provocar nuevos movimientos, contradictorios a los intereses tucanos.
 
Coincidencias
Alexandre de Moraes en público intentó explicar que solo había sido informado a las seis horas de la mañana. Pero no fue ese el tono que adoptó en sus declaraciones de hace unos días, cuando llegó a afirmar, en un evento realizado junto a sectores golpistas como el Movimiento Brasil Libre (MBL), que “Hubo la semana pasada y esta semana tendrán más, pueden quedarse tranquilos. Esta semana ustedes se acordarán de mi”. Hizo estas declaraciones en Ribeirão Preto, tierra de Antonio Palocci, donde en medio de la campaña electoral, prometía nuevos “sacudones”. La Policía Federal, a disposición, y la Operación Lava Jato cumplieron con lo prometido. Sin embargo, tuvo que explicar en reiteradas ocasiones durante todo el día, varias veces, cómo no le habían informaron nada, que son una fuerza republicana e independiente y otros cuentos, todo una “coincidencia” que hace de la historia de Papá Noel un relato más que creíble.
 
Los tucanos y la Operación Lava Jato
 
No es ninguna novedad la relación política de la Operación Lava Jato con sectores del tucanato y con quiénes el tucanato está relacionado, como representante de los intereses de EE.UU. Beneficiario político, no faltan denuncias de las relaciones personales del juez Sérgio Moro, que encabeza la Operación, con sectores tucanos y con empresas como Shell, de quien incluso José Serra (PSDB), actual ministro de Relaciones Exteriores, sería casi un lobbista oficial y como consta en los cables diplomáticos filtrados de la embajada yanqui en Brasilia, Sérgio Moro, como parte del Ministerio Público Federal (MPF), fue entrenado por la Agencia de Estado norteamericana, como denunciamos aquí.
 
En momentos en que todos ovacionaban la Operación “Lava Jato”, primero porque la población está harta de tanta corrupción, con los medios convirtiendo a Sérgio Moro en un ángel vengador y hasta incluso corrientes de izquierda defendiéndolo, como varias veces polemizamos en este diario con el grupo de Luciana Genro del PSOL, la Esquerda Diário mostraba en numerosos artículos denuncias de cómo la Operación era no solo arbitraria en sus objetivos, ligados al imperialismo (protegiendo empresas internacionales y favoreciendo a los monopolios), sino cómo trabajaba (en uno de sus escenarios) con un intento de reedición de la política “Mani Pulite” para alterar el régimen partidario y cambiar un sistema de corrupción por otro. Buscamos resumir algunas denuncias en este artículo. Ahora, surge la prueba, indiscutible, no solo de que se enriquecen con las operaciones los operadores de la Operación “Lava Jato” sino que también sus acciones futuras son conocidas y ahora anunciadas por los tucanos. Esta relación probablemente provoque algunos giros en el juego político de la crisis nacional. 
 
Distintos caminos para la Operación Lava Jato 
 
Hasta el momento, con la excepción de Eduardo Cunha, una vez consumado el golpe institucional, ni el Supremo Tribunal Federal (STF) ni la Operación “Lava Jato” se movieron más allá de afectar con sus acciones al PT. Muy por el contrario, la lista brindada por el gerente de la empresa Odebrecht que motiva la prisión de Antonio Palocci, incluye a más de 300 políticos, incluidos obviamente a tucanos, del PMDB, del DEM. Sin embargo, ninguna medida fue tomada contra estos dirigentes partidarios.
 
Sin embargo, lo novedoso que señalaría una contradicción en este camino de un “Lava Jato antipetista” está en la decisión del Ministro del Supremo Tribunal Federal, Teori Zavacki, de autorizar la investigación contra Temer (PMDB), Fernando Henrique Cardoso (PSDB) y Aécio Neves (PSDB), y las nuevas declaraciones del Procurador General de la República, Rodrigo Janot, oponiéndose a la anunciada acción del PMDB por la amnistía de la “caja 2” vinculada al financiamiento de campañas políticas y la implosión de la Operación Lava Jato.
Crece la falta de legitimidad de la Operación Lava Jato, dejando en evidencia su múltiple arbitrariedad: procedimental (“sin pruebas, pero con convicciones” y powerpoints como ocurrió con las recientes denuncias contra Lula), sobre su alcance (eximiendo a las empresas extranjeras, blindando a sectores tucanos) y represiva (desde la detención en un hospital del ex ministro de Hacienda de Dilma, Guido Mantega, hasta el pedido por el fin de los habeas corpus). Por este camino, la Operación Lava Jato y el Poder Judicial necesitarán encubrir de un modo más ajustado los errores que quedaron expuestos con las declaraciones del ministro Moraes de este lunes. 
 
Para avanzar en su anunciado objetivo contra el PT, especialmente contra Lula, la Operación Lava Jato necesita recuperar su legitimidad. Siguiendo esta lógica, puede entenderse la decisión del Ministro Teori. Puede ser que Teori sea parte de un ala jugada por avanzar en el sentido de un “Mani Pulite”, es decir, afectar al conjunto del régimen partidario y con mayores o menores niveles de amnistía a políticos y corruptos, contentarse con dar forma a un nuevo sistema político y nuevos esquemas de corrupción ahora avalados por el poder Judicial. Puede ser que no llegue a tanto, y sea una mera maniobra legitimadora del golpe principal provocado al PT. 
Para ganar credibilidad la Operación debe avanzar sobre sectores tucanos y del PMDB, y entonces, por esa vía, podrían esperarse nuevos movimientos de amnistía y de protección del gobierno de Temer. Generando mayores contradicciones, entre las decisiones del poder judicial y el mismo Congreso o incluso el gobierno. Llevar la Operación hasta el final puede ser una jugada que despierte enorme oposición, sin mencionar los riesgos políticos, y por tanto mayor lucha de clases en un país cruzado por el desempleo y el descontento con un gobierno que quiere avanzar contra derechos sociales. ¿La posibilidad de acusar a Temer de corrupto podría ser la gota que rebalse la crisis?
Una crisis que no cierra
 
Estas indefiniciones en la situación política y la posibilidad de generalización del alcance de Lava Jato prometen abrir nuevos capítulos en la crisis política, que exigan hasta “sacrificios tucanos”.
Al momento del sacrificio, los petistas y tucanos pueden unirse. También cuando llega el momento de exigir ataques, a través de la reforma política, contra los limitados espacios de representación de la izquierda y los derechos laborales y sociales. Pero la guerra interna al interior del PSDB entre sus diferentes alas puede complicar estos planes políticos.
En medio de la crisis política cada partido, incluido el poder judicial y el “partido mediático”, se considera salvador de la patria y cada fracción de cada partido se considera dueña de la verdad eterna. Un sálvese quien pueda anunciado. Entre “el todo o la nada” que aparece en la mesa de opciones como una jugada posible, se levantan voces, como la de Renan Calheiros, por un pacto político. Una propuesta que pude tener sus cálculos políticos y la búsqueda de estabilidad social para preservar al PT como partido de conciliación de clases y por tanto, asegurar un freno a la lucha de la clase trabajadora. Estos movimientos de Renan ya le rindieron un rabioso editorial del Estado de São Paulo que pide su cabeza. El ataque de Fausto Silva de la red Globo a Temer y los frecuentes editoriales de Merval Pereira por un “Manu Pulite”, muestran cómo también en el partido mediático, una vez pasado el impeachment, los caminos no conducen todos a un mismo lugar. Ahí también hay fuentes de inestabilidad y disenso.
 
El rol de las direcciones sindicales 
En medio de tantas contradicciones el país va a las urnas este próximo domingo. El resultado de antemano parece abrigar contradicciones. Se espera un PT perdedor, en gran escala, pero también una fragmentación de los ganadores difícil de ignorar. Fragmentadas las fuerzas políticas, fragmentados los discursos, no parece venir por ahí la recomposición del régimen. 
 
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Si del frente político, de los medios o las urnas no parece venir la recomposición del régimen político hay otras fuentes de inestabilidad. El desempleo se mantiene. Crece la voluntad de oponerse a los ataques anunciados. La burocracia sindical, conciente del problema, ha actuado para dividir los “días de lucha”, entre convocatorias generales (como la del pasado 22/9) y la convocada por los metalúrgicos (29/9), mientras se mantiene la dura huelga de los trabajadores bancarios, un sector que, tal como los petroleros, el gobierno de Temer y las patronales están tomando como caso testigo para rebajar salarios y derechos.
Para completar la obra, la burocracia sindical, las más poderosas ligadas al exgobierno del PT como la CUT y la CTB y la golpista Força Sindical, no construyen desde las bases ninguna acción para que la clase trabajadora, insatisfecha y amenazada por la reforma laboral y el sistema de seguridad social y jubilatorio, tome en sus manos esta lucha; lo que exige asambleas democráticas, coordinación entre las luchas, organización desde las bases. Una política que no puede sostener porque pondría en juego su control férreo sobre el rumbo del movimiento. Entre una derecha rabiosa que comienza a formular en sus planos de (contra) reforma una reforma sindical y por otro lado la necesidad de luchar, la burocracia sindical también deberá experimentar tal como todo el régimen político del país, algún nivel de división entre alas si estas tendencias continúan operando (y todo parece indicar que así será).
Sacar lecciones
Diariamente en las múltiples coyunturas de un país en crisis política, económica y social, hay lecciones para sacar. La más importante de ellas es la batalla por construir una izquierda anticapitalista, que supere la experiencia con el PT que abrió el camino a la derecha a través de la implementación de un plan de ajuste, y que eligió no resistir con la fuerza de la clase trabajadora al golpe.
Una izquierda que saque estas lecciones tiene planteado pelear por la independencia política de la clase trabajadora. Esto pasa por oponerse a todos los proyectos patronales, menores o mayores como los que propone el partido Rede, el PPL, el PSB, el PDT, entre otros. Pero también hay fuerzas más allá de la política partidaria por donde operan los intereses de la élite y del imperialismo, como es el caso de la Operación Lava Jato.
Llevar esta idea hasta su última expresión también pasa por reinventar la relación de la izquierda brasilera con el movimiento obrero (y no solo con los sectores minoritarios, el “movimiento sindical”), sabiendo golpear juntos cuando sea progresivo pero peleando contra la burocracia sindical y su freno al accionar de la clase trabajadora. Batallar para recuperar los sindicatos para que organicen democráticamente a las bases, que unan las filas de la clase trabajadora, sector por sector, incluyendo a los invisibilizados, los tercerizados. Esta es una pelea cotidiana de Esquerda Diário, que se continúa en el terreno electoral por los editores y columnistas del mismo que son candidatos a concejales en San Pablo, Campinas, Santo André, Contagem y en Río de Janeiro.

Leandro Lanfredi

Trabajador petrolero | Rio de Janeiro


FUENTE: LID

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